Blindly »joerick

21

Cerré mis ojos con fuerza. No. No podría hacerlo. Me abrí paso entre la gente sintiendo como mis ojos se llenaban de lágrimas. El pecho me dolía horriblemente, el nudo de mi garganta amenazaba con ahogarme, las manos me temblaban, mi corazón latía frenéticamente en una mezcla de coraje, dolor, impotencia y desesperación.

¿Como había sido tan estúpido?, era obvio que esa chica y Joel tenían una historia antes de mi. Era obvio que esa historia aun no estaba concluida. Era obvio que aquella hermosa joven había amado a Joel antes. ¿Como podría yo, un chico que pelea con su cabello y las bolsas bajos sus ojos, competir con aquella chica que podría ser modelo si lo quisiera?

Me trague el nudo de mi garganta y me acerqué a la barra.

—¿M-Me das un vodka con jugo de arándanos, por favor?—dije alzando mi mano al bar-tender.

El trabajo rápidamente en mi bebida y deslice un billete de veinte dolares para pagar. El hombre fue a buscar mi cambio y yo le di un trago largo a mi bebida.

—¡Wow!, ¡Tranquilo!, ¡Vas a terminar borracho en veinte minutos si no te lo tomas con calma!—dijo una voz ronca detrás de mi.

Me gire sobre mis talones y pude ver una figura alta, rubia de ojos increíblemente azules mirándome con curiosidad.
Trague el líquido que aún tenia en la boca y me lamí los labios quitando el resto de jugo y vodka de mi boca, observándolo con cautela.

—Mi nombre es Riki. Riki Marcuzzo.—extendió su mano hacia mi.

Yo dude un segundo y respondí. —Soy Erick. Erick Colón.—no extendí mi mano para tocarlo, solo le dije mi nombre.

El entendió el mensaje y bajo la mano lentamente antes de sonreír nerviosamente.

—¿Vienes con alguien?—dijo.

El bar-tender volvió con mi cambio y lo tome antes de darle otro trago a mi bebida.

—Si—dije mirándolo.

—¿Tu novia o algo?—dijo Riki con una mirada decepcionada.

Reí un poco. Después de lo que había visto, no estaba seguro de querer seguir con Joel pero no iba a mentir.—Novio.—dije.

Riki suspiro aliviado, pero de igual forma fruncio el ceño.—Una lástima para mi. Me paso esa estúpida idea en la cabeza de que, quizás, venías con tus amigos o algo.

Sonreí forzadamente mientras decía. —Si, bueno..., lo lamento..., supongo.

Riki sonrió.
Su sonrisa era radiante. No como la de Joel, pero era preciosa.

—¿Me dejas invitarte otro?—diho señalando mi vaso.
Baje la vista y abrí los ojos como platos al ver que estaba casi vacío. Definitivamente necesitaba otro.

—Seguro.—dije encogiéndome de hombros.

Riki le hizo una seña al bar-tender y el rápido trabajo en mi bebida.

—Es raro que tu novio te haya dejado solo. Quiero decir, eres muy guapo. Si yo tuviera un novio como tu no lo dejaría solo pro ningún motivo; ya sabes, hay muchos buitres por ahí que intentan comprarles bebidas a tus chicos y...—sonrió con picardía y yo solté una carcajada.

Era divertido.
Cuando el camarero se acercó, me apresuré a pagar mi bebida. Tenía razón. Yo tenia un novio y, aunque solo quisiera comprarme una bebida, seria como si yo accediera a que el se tomara atribuciones que no le correspondían y por ende, a que malinterpretara mis acciones. No quería ilusionarlo.

—¡Hey!, ¡Yo dije que te la invitaría! —se quejó.

—Y yo acabó de cambiar de opinión.—dije encogiéndome de hombros mientras cogía mi cambio y mi bebida.—Un gusto, Riki. Debo irme.

—¿Bailamos?—dijo apresuradamente mientras se giraba en sus talones y me detenía por la muñeca suavemente. Me gire para mirarlo y pude ver una sonrisa coqueta en sus labios.—, vamos. Sólo será una canción.

—¡El no va a bailar contigo, imbécil!—bramó la voz de Joel detrás de mi.

Todos los vellos de mi nuca se erizaron de miedo.
Sonaba tan amenazante, tan intimidante, tan insoportablemente aterrador.
Parecía como si su voz hubiera salido en un gruñido.

—J-Joe...—tartamudeé con un hilo de voz mientras me giraba para encararlo.

¡Prefecto!, ¡Simplemente perfecto!, ¡Todo iba a irse a la maldita mierda!, esta seguro.