MAQUILLAJE

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Adrián llegó a casa y tiró la mochila al suelo a la vez que se sentaba en el sofá. Su padre, Kibo y Mimi aparecieron detrás de él.

K: ¿Se puede saber en qué estabas pensando para ponerte a pelear con ese chico?

A: Resopló y cruzó los brazos – Ya os lo he dicho, sólo nos empujamos un poco...

M: Y te dio en el labio – se acercó a él con un pañuelo y le limpió un poco, el chico regruñó – perdona... ¿te duele?

A: No... de verdad, déjalo, esto no es nada...

R: Deja al machote... no me lo podía creer cuando me dijeron lo que había pasado.

K: ¿Qué te hemos dicho siempre? Hay que hacer oídos sordos a los necios...

A: Ya lo sé, pero es que el tonto ese está siempre diciendo necedades y esta vez ya...fue la gota que colmó el vaso.

M: Está bien no entrar en cualquier cosa, pero ese chico le está molestando siempre, también hay que hacerse respetar un poco.

A: Le sonrio – Gracias, Mimi

R: Rubia, no lo arregles, no hace falta ser siempre el patrón de las causas perdidas.

K: ¿Pero nos quieres decir ya qué te dijo?

A: Resopló – Ese siempre está diciendo que soy... que soy, marica – todos le miraron y él bajó la mirada – y a mí eso me da igual, ,de verdad, yo sé lo que soy...

M: ¿Entonces?

A: Es que... le iba a decir a... a Claudia si quería ir a tomar un... helado conmigo – sus mejillas se sonrojaron.

K: Miró a Ricky y sonrió – Vaya... Claudia...

A: Sí... y cuando estaba en ello, vino Tomás y empezó a reírse y a decirle a Claudia que dónde iba a ir conmigo, que soy un maricón y que si me iba a acompañar para que me hiciera la manicura y a comprar un póster de Beyoncé...

R: Suspiró – Bueno... Adri, ya sabes que lo que has hecho no está bien y vas a tener dos días en casa para pensar en ello... y lo vas a hacer, porque te quedas estos días sin móvil.

A: Se levantó - ¡Joder, papá!

K: No le hables así a tu padre...

M: Venga, Adri... sea justo o no, sabes que todos los actos traen consecuencias...

A: Los miró a los tres, enfadado – Por si no tuviera bastante con un padre, tengo a tres – le dio el teléfono a Ricky y se fue a su cuarto.

M: No vayas a ser demasiado duro con él, yo le entiendo... además, el niñato ese ha invocado el nombre de la diosa en vano...

R: ¡Déjate ya de tonterías, rubia! – no pudo evitar sonreír.

K: Ya sabes que Adri ha aguatando esas cosas de alguno de sus compañeros y nunca ha saltado, simplemente ha llegado a su tope.

R; Resopló – Esto me hace sentir un poco culpable.

K: Ehhh... eso no – se sentó junto a Ricky y le acarició la rodilla – si no fuera por esto, se meterían con él por cualquier otra cosa... eso ha pasado siempre, por desgracia.

M: Además Adri es un chico fuerte, física y mentalmente... y, por lo que veo, es el único de la familia Merino que le echa lo que hay que echar para quedar con alguien.

R: La miró como si quisiera matarla – Muy graciosa – Kibo les miraba como si no supiese de qué hablaban – por cierto, ¿qué tal con Anita?¿estuviste de maestra? – preguntó para desviart la atención.

M: ¡Ricky... soy una señora, de eso no hablo! Aunque, si te digo la verdad, yo diría que sabe muy bien lo que hace.

K: ¿Pero no tiene novio desde la prehistoria?

M: Pues, desde luego talento natural no es ... me inclino más a escarceos mientras el hombre de Cromagnon estaba fuera cazando Mam
uts...

Mimi entró en su casa y fue asaltada...

M: ¡Pipo! – el pastor alemán enorme, había subido sus patas delanteras hasta sus hombros y ella empezó a acariciarle por la cara – no me vayas a chuperretear, ¿eh? Guapo... - lo bajó y se dedicó a acariciarlo por todo el lomo hasta que el animal se tiró boca arriba – mamá, mira este grandullón – su madre se sentó en el suelo con ellos y también se puso a acariciar a Pipo.

MM: Has ido a la peluquería... te has retocado el tinte, te has hecho manicura – le cogió la mano – bonitas y... cortitas

M: ¡Madre! – retiró la mano y se sonrojó.

MM: Reía - ¿Tienes algo que contarme? Porque, además, me llevas una sonrisilla desde ayer...hasta tu padre se ha dado cuenta,

M: El miércoles fue Ana al "Más que suerte"

MM: Lo sé... - Mimi la miró sorprendida – sé manejarme en Twitter, ya me conoces... y había unos cuantos vídeos de ella cantando y comentarios de lo guapa que estaba, la sorpresa que fuera a cantar allí...

M: ¿Estás stalkeando a Ana?

MM; ¿Qué si estoy qué?

M: Se empezó a reír – Nada mamá, que si ahora sigues todo lo que dicen de ella en Internet...

MM: No, hija, sólo la sigo en Twitter desde hace mucho además y algunas cuentas de fans... y... ¿sabes? También hay fotos de las dos hablando en la barra.

M: ¿Sí?

MM: Sí y son muy bonitas, se os ve a las dos hablando muy entretenidas... y la gente dice que la chica rubia es un pivón...

M: Se sonrojó un poco – Eso dicen...

MM; No sabes lo que me tengo que contener para no decir que eres mi hija.

M: ¡Ni se te ocurra! – reía.

MM: ¿Pasó algo?

M: Suspiró y asintió con la cabeza – Sí... pasó algo y esta noche voy a cenar a su casa.

MM: ¿Y eso no me lo tenías pensado decir o qué?

M: Verás, es que no quiero que te empieces a montar películas ni nada de eso, que te emocionas muy fácil y sólo es una cena,

MM: Ya... una cena y un algo – sonrió.

M: Pero eso no quiere decir nada, ya lo sabes.

MM: Bueno, si te hace sonreír para mí es suficiente – se abrazaron – y ahora levanta, que ya es la hora.

A la hora acordada, Mimi estaba como un clavo frente a la puerta de Ana. Lo cierto era que le sudaban las manos y tenía algo así como mil mariposas revoloteando en su barriga y en eso estaba cuando dio al timbre.

Ana la estaba esperando casi tan nerviosa como Mimi y, en cuanto oyó el timbre, salió disparada a abrir.

Más que suerte  [WARMI]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora