A-YO

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En la sala de conciertos no cabía un alma más, casi mil personas disfrutaban del espectáculo y se dejaban la voz casi igual que la cantante en el escenario. Mimi miraba a Ana embobada desde el backstage, no había parado de cantar en casi las dos horas que llevaba de concierto. Por suerte, pensó Mimi, tenía un repertorio tan variado que iba salteando canciones en las que bailaba con baladas y canciones más tranquilas. Ciertamente, Ana se transformaba cuando estaba ante el público, ofrecía una versión aún más segura y sofisticada de sí misma.

A: ¿Te ha gustado, mi amor? – se abrazaba a Mimi en su camerino nada más terminar el concierto.

M: ¿Bromeas? – deshizo el abrazo quedando con las manos entrelazadas – ha sido increíble, tienes fuerza en las tablas...

A: Eso me lo ha dado los años, si me hubieras visto al principio... era un cuadro – sonrió.

M: Nahhh... no me lo creo, además, lo de ser un cuadro me lo decían a mí – sonrió – había un coreógrafo que me decía eso a menudo.

A: Dime quién es y le hundo – puso voz profunda.

M: Negó con la cabeza – Puede... y sólo puede, que en su momento tuviera razón.

A: Ven aquí... – la miró con deseo y atrapó los labios de la rubia en un beso que empezó salvaje y se fue haciendo más dulce después – mi niña... - metió su cabeza en el hueco del cuello de Mimi – me encanta estar así contigo.

M: A mí también – golpearon a la puerta y se separaron.

Jadel: Ana, viene...

Miriam: ¡Anita! – entró en tromba apartando a Jadel, se tiró a los brazos de Ana y se fundieron en un abrazo – tía... cada vez eres más bestia en el escenario.

A: Y me lo dices tú – se separaron sonrientes, después miró a Mimi – Miriam, ella es Mimi.

Mi: ¡Tocaya! – se acercó a ella y le dio un abrazo bien apretado y dos besos – así que tú eres la que hace que mi amiga tenga esta piel tan brillante y la sonrisa de oreja a oreja – miró de arriba abajo a Mimi que se sentía intimidada – aunque, viéndote, no me extraña...

A: Le dio un manotazo a su amiga - ¡Puta!

Mi: ¡Tranquila, leona! – estalló en carcajadas.

Mimi y Sandra esperaban en la puerta de la discoteca donde habían ido todos a que los fotógrafos terminaran de tomar imágenes a Miriam, Ana y Jadel.

M: ¿Siempre que salen es así?

Sandra: Normalmente no, pero es que se han juntado las dos, Ana va con Javi, acaba de dar un concierto... era de esperar – observó a Mimi que estaba fija mirando a su chica agarrada de Jadel – al final te acostumbras... a esta locura y a fingir que no te importa que todo el mundo piense que tu pareja es la pareja de otra persona.

M: Resopló – Si tú lo dices...

S: Lo mío fue peor... hacía relativamente poco tiempo que lo dejaron cuando conocí a Javi, nuestros comienzos fueron convulsos porque yo pensaba que él no había pasado página del todo... por suerte me equivoqué, pero...

Jadel: Bueno, chicos, entramos...

Sandra tiró de Mimi y todos entraron con pocos segundos de diferencia. Fueron directamente hacia un reservado al que, por lo que parecía, estaban bastante acostumbrados a ir.

A: Ven... - abrazó a Mimi y le dio un pico - ¿estás bien?

M: Bueno... he estado hablando con Sandra... supongo que terminaré por acostumbrarme – le sonrió y volvieron a abrazarse.

Mi: Venga, el pasteleo – las separó – que hace mil que no hablamos, cabrona, que estás muy entretenida – reía.

A: ¡Envidiosa! – le sacó la lengua.

Mi: Pues sí... oye, Ana, ya sabes lo del reencuentro... ¿Irás?

A: ¿A ver a éstos y cantar juntos de nuevo? Pues claro...

Mi: Estuve hablando con Mila y también va a vernir.

A: Bien, ya veras, está increíble....

Mi: Lo sé – miró a Mimi – yo que tú vigilaba a Mila, se quedó con las ganas de darle un muerdo a la Guerra...

M: Alzó las cejas – Pero ahora tiene novia, ¿no?

Mi: Tenía – Ana la miró extrañada – hablé con ella y me dijo que lo habían dejado...

A: Pues habrá sido hace poco porque cuando estuve de gira la vi y estaban juntas, y era una chica preciosa y muy agradable...

Mi: Ya sabes, quizá no era todo felicidad en el paraíso.

M: No me has hablado nada del reencuentro – miró a Ana.

A: Supongo que se me pasó.

Mi: ¿Te metes en una cueva? Llevan anunciándolo en la tele desde hace unos días. El reencuentro de OT07 más de diez años después, creo que estaremos todos, será un programa especial en TVE que grabaremos el día 10.

Pasaban la noche entre risas, algún baile y algunas copas cuando Ana se acercó a Mimi, lanzada, para pedirle que bailara con ella.

A: Venga, amor, que he bailado con cualquiera aquí menos contigo y es con quien de verdad quiero bailar – se sentó sobre ella.

M: Respiró profundo – Ana... ya sabes que...

A: La calló con un beso – Venga... por favor – le hizo un puchero y le puso carita de gatito desvalido.

M: Negó con la cabeza – Tú ganas, chantajista...

A: ¡Bien! – se levantó y le tendió la mano a su chica – venga, amor – tiró un poco más de ella y se acercaron hacia las pocas personas que estaban también allí y que bailaban.

M: Se abrazó a Ana, abrazándola por la cintura – Así...

A: Mi amor, no es una balada, ¿te das cuenta, no? – rodeó el cuello de Mimi con sus brazos y la miraba divertida.

M: Quiero bailar así... así o nada – apretó aún más su abrazo y Ana apoyó su cabeza en su hombro por lo que podía sentir su respiración en el cuello – Ana, el día 5 es el cumple de mi sobrina, si quieres venir a mi casa... a mis padres les hace ilusión.

A: Levantó la cabeza para mirarla – A tus padres... a ti... nada...

M: Nada, me das igual, realmente...

A: La miró con odio fingido – Te libras porque quiero conocer a tu familia...

M: Bien.

A: Bien.
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Estuve a punto de llamarlo mi gato y poner la de Rosario, pero paso 😂😂
Ahí vamos!!

Más que suerte  [WARMI]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora