BREATHE

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M: No pasa nada, mi niña...

A: Es que me repatea que sean así.

M: Pero eso ya lo sabes – dijo observando cómo su sobrino se despertaba y empezaba a desperezarse – y a mí me da igual, nos veremos mañana.

A: Estupendo, pero prométeme una cosa...

M: Dime - sonrió.

A: Que saldrás a divertirte esta noche... prometo ir mañana por la mañana a tu piso a despertarte...

M: Si esa es la condición, no te preocupes, lo haré – su sobrino empezó a lloriquear – mi niña, mi sobrino se ha activado.

A: Ya lo oigo... bueno, hasta mañana amor, te quiero...

M: Y yo, hasta mañana – colgaron a la vez y Mimi fue hacia el sofá donde lloraba su sobrino y le cogió en brazos – ya está... ¿qué le pasa a mi niño? – en ese momento, su madre entró al salón con su sobrina en brazos.

Luisito: Bibi... mamá...

Peque: Se soltó de la mano de su abuela y fue hacia el sofá corriendo – ¡No Luisito! Mimi no es tu mamá...

M: Miró a su sobrina sorprendida – No pasa nada, Miriam... él es muy pequeño para entender eso – tenía a Luisito en brazos y seguía llorando aún más pues parecía haberse asustado por el arrebato de su hermana.

P: Pero es que – dijo respirando alterada – tú no eres nuestra mamá... mamá está en el cielo y yo... yo... - cada vez respiraba más rápido y sus ojos se aguaron.

Inma: Peque – le dijo acercándose a ella y acariciando su cabeza – ¿por qué le hablas así a tu tía?

P: Se giró a mirar a su abuela y, en ese momento, sus lágrimas escaparon sin control y ella salió corriendo hacia su habitación.

M: ¿Mamá? – la expresión en el rostro de Mimi era una mezcla de incredulidad, sorpresa, tristeza... y estaba a punto de llorar.

I: No sé qué le ha pasado... anda, ve con ella, yo me quedo con el niño...

M: Suspiró y se secó dos lágrimas que caían sin permiso – Claro – dejó al niño con su madre y fue a ver a su sobrina. Cuando llegó a la habitación abrió la puerta, su sobrina estaba tirada boca abajo en su cama y su cuerpo convulsionaba por el llanto – Peque... - la niña no contestaba – oye... dime... dime qué te pasa...

Peque: Ve...vete – hipaba del llanto sin levantar la cabeza de la almohada.

M: Se sentó al lado de su sobrina y le empezó a acariciar la espalda – No me iré hasta que no me digas lo que te pasa... y sabes que puedo llegar a ser muy pesada...

Peque: Es... estás enfadada con...conmigo ahora – intentaba calmarse para hablar.

M: No... no estoy enfadada... sólo sorprendida... yo pensé que era tu tía favorita...

Peque: Y...y lo eres...

M: Sonrió – Es fácil porque no tienes más – escuchó una pequeña carcajada de su sobrina – mira... - suspiró – cuando naciste... yo... yo estaba en la sala de espera del hospital comiéndome las uñas porque estaba deseando verte... y, cuando tu mamá llevaba casi media hora intentando tenerte, una enfermera salió a preguntar si alguien de la familia quería entrar al paritorio... dentro estaba tu padre pero se desmayó – sonrió.

Peque: Se dio la vuelta y miró a su tía, la cara arrasada por las lágrimas y la curiosidad pintada en su rostro – ¿Por qué se desmayó papá?

M: Porque estaba muy ilusionado – no sabía que decir – y... y bueno, se desmayó y yo entré con tu mamá...

Peque: Sonrió tímida – Y me viste nacer.

Más que suerte  [WARMI]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora