Kaidan enamoró a Disney.
Kaidan le rompió el corazón a Disney.
Kaidan se enamoró de Savanna.
Savanna le rompió el corazón a Kaidan.
Kaidan quiere sanar.
Disney quiere superar.
Kaidan quiere recuperar a Disney.
...
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Anoche Kaidan me dijo dos palabras que antes deseaba escuchar cada día y que cada vez que las decía hacían mi corazón acelerarse de maneras que no podía explicar, ahora ha vuelto a decirlas y lo único que hice para escapar fue ir directo a casa de Alex y tener sexo con él.
Anoche Kaidan me dijo que me quería.
Y yo me acosté con otro.
Despierto envuelta en las sabanas de Alex, desnuda y por los ruidos que provoca mientras busca que ponerse, abro los ojos y me cubro el pecho con las colchas antes de inclinarme, Alex me mira con una sonrisa mientras mi mirada se mantiene en su abdomen marcado, se coloca la camiseta blanca y pasa las manos por su cabello arreglándolo.
— Buenos días.
Hago una mueca.
—¿Dormiste bien?
— Preferiría seguir dormida.
— ¿En serio?.— Me mira con una ceja alzada.— Yo desearía que siga siendo anoche.
Sonrio un poco y él toma asiento a mi lado apoyando su mano en el colchón, su mirada queda muy cerca a la mía.
— ¿Qué ocurre?
— Prefiero no hablar del tema.
—Si vamos a seguir escogiendo que preferimos, estoy dispuesto a confesar que quiero una segunda ronda.
— ¿No bastó con la de anoche?
Cierra la boca y se queda mirando mis ojos, me pasa los mechones detrás de la oreja.
—Anoche no te sentí.
Mis ojos se abren.
— No sentí que fueras tú, no como la primera vez. —Me dice. —No te sentí conmigo anoche.
Trago duro y bajo la mirada.— ¿Quién dice que todas las veces el sexo tiene que ser igual?
Guarda silencio.
— ¿Es por Kaidan Coleman?
No respondo y él suspira.
—Por favor ,dime que no tengo que ir a jugar a los puños con él.
Siento las lágrimas en mis ojos otra vez.
— Disney.— Niega al ver mi reacción.
Me aparto las lágrimas con brusquedad.
— Me ha dicho que me quiere.— Confieso y tomo una respiración profunda.
— ¿Y lloras por eso?
— No estoy llorando.— Niego y él me da una expresión de burla.—No le creo, es todo.
— ¿Y tú lo quieres?
Esa pregunta me toma desprevenida.
—¿Qué?
—¿Quieres a Kaidan?.—Vuelve a preguntarme.—¿Lo quieres?¿Estas enamorada de él?
