Miércoles 30 de Mayo del 2018 10:19 pm

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Lo sucedido hoy es casi idéntico a lo de ayer, sólo con unas pequeñas modificaciones. Creo que de eso se trata, la idea es crear un hábito del que poder extraer frutos. Lo que busco en esta ciudad requiere de paciencia, del calmado arte de la jardinería, de tratar de percibir el movimiento de la semilla brotando, del brote creciendo, de los tallos y las hojas extendiéndose. Acaso ¿eso hace una vida aburrida ? No creo que todas los días deban ser emocionantes en algo. Sobrevivir al absurdo, es sobrevivir al tiempo, a cada delgado y puntiagudo segundo, cómo gotas, que una a una van rompiendo lentamente tu impermeable. 

Pero el fin de semana pienso desquitarme de la rutina autoimpuesta del resto de la semana. Aunque aún no sé con quién saldré, no siento que haya avanzado un ápice en este propósito o tal vez sí, pero muy imperceptiblemente y no lo suficiente cómo para tener recompensa en los siguientes  días de descanso. 

Hoy sentí temor de mis deseos, una vos interior, algo patética, apelaba a la sensatez en mí. Me pedía paciencia, me pedía no moverme, exaltaba mi temor a quedar en ridículo. Esta división interna me hizo sentirme desalentado. En los hechos ocurrió casi lo mismo de ayer, pero el día fue pintado de un color diferente por un sentimiento diferente, no del todo agradable. No se si atribuírselo a la Luna Llena. No quiero prestarle mucha atención, mejor será arrullarme con la esperanza. 

HOJAS AL VIENTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora