Escape

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Hace tanto tiempo La Ninfa me había querido llevar a su Castillo. No nos habíamos atrevido, ya que el mundo de los seres mágicos está vetado para seres como yo. Pero ahora, gracias al descanso del bestiario yo dispongo de más tiempo, y mi espíritu aventurero se reactiva, por lo que esta vez decidimos arriesgarnos. Eso sí, tenía que ocultarme, no podían descubrirme, por lo que hice el hechizo de invisibilidad, que tantas veces me ha funcionado y emprendimos el viaje. Siempre tenía algo de miedo, porque a pesar de estar invisible, no era del todo imperceptible de los seres mágicos. Así que siempre había un riesgo grande de que me descubrieran.Arrancamos y no fue fácil llegar. Había que atravesar por un valle de zombies, luego esperar pacientemente un viento del oriente que nos llevara para llegar al lugar antes del atardecer. El plan era quedarnos una noche. Pero en cambio, pasamos tres noches allá. Ella se sentía dichosa de tenerme en su espacio. Por primera vez lejos de la vista de todos, estábamos solo los dos y teníamos tiempo para fundir nos en abrazos y compartir horizontes.Ella procuro que me mejorara del virus de la actividad que era inevitable coger en un mundo cómo el jardín. Por lo que en cierta forma había dejado de ser yo un ser contemplativo y tranquilo, y era alguien hiperactivo y ansioso. Estado que no era del todo desventajoso, pero que era susceptible de traer grandes riesgos al espíritu.Así que, aunque intentamos pasar momentos largos de quietud, yo no podía del todo, sentía la necesidad de comprometerme en alguna actividad, en sentir que era parte de algún cronograma.Durante esos días hicimos varios rituales invocando a la alegría. El primero de ellos, fue el banquete. En este el fuego y la ofrenda, reavivaba mis instintos salvajes, la energía de la lucha y la intuición del cazador.El lugar era helado. Pero el reto era despertar el fuego interior así que, con las técnicas de cariño y pasión procuramos encenderlo y avivarlo. Los elixires de la ninfa también son combustible para atizar y temperar.El segundo ritual era perseguir el amanecer, por lo que pesar del inclemente frío, avanzamos a la intemperie en la oscuridad y mezclados en un abrazo de compartir de energía dimos bienvenida a la luz. Yo intentaba pasar ratos de contemplación, pero estuve también ocupado en la elaboración de los alimentos y orden. Entonces decidimos pasar una segunda noche.Esta vez hicimos el tercer ritual. La danza de fuego. Siempre se aprende mucho de sí contemplando el interior palpitante del fuego. Por lo que en medio de la oscuridad y el frío, hicimos una fuente de luz y calor. Nos divertimos porque yo soy un experto en generar y conservar fuego. Pero la ninfa no lo era tanto, así que se propuso aprender y le costaba mucho. Había destinado su magia a otras artes, pero no había practicado un arte básico como éste. Yo la guíe con paciencia, aunque por ratos quería explotar y decir yo lo hago, ella por momentos quería desistir y se frustraba. Pero al final lo consiguió y el fuego se elevó en dirección al espacio, lanzando sus olas de calor y cada tanto exhalando chispas que después se convertían en estrellas.Esta noche decidimos dormir a la intemperie, esta vez sentíamos que estábamos listos para contrarrestar la frivolidad.Siempre me despertaba yo antes que ella,por lo del virus y caminaba por la campiña intentando aquietarme al máximo. Tomaba el combustible negro siempre pues ya era una adicción. Y luego me ponía a lavar y limpiar hasta que ella se levantara. Habíamos traído provisiones para una tarde y un día y ya íbamos por dos, así que debíamos administrar muy bien los insumos. En la mañana del segundo día en el castillo. Teníamos planeado volver por lo que alistamos todo. Y luego hicimos el cuarto ritual: la profanación del placer. Siempre era necesario bendecir una casa dejando áureas de deleite repartidas por todo el lugar.

 Luego de esto, salimos a atrapar un viento del norte para que nos devolviera. Y comenzó a llover fuerte, nosotros divisabamos desde la hamaca y en el balcón el horizonte esperando captar el viento. Pero en medio de la comodidad, pensamos en la posibilidad de pasar una noche más. Cuando el viento pasó decidimos no tomarlo.

Era necesario que la ninfa vaya a conseguir provisiones para esta noche, mientras tanto yo seguí con mis ejercicios de quietud. En esa soledad, las nubes lo rodearon todo y el frío quería congelarme. Yo me resistí en quietud y protegido con pieles. Y use el recurso de la llama familiar que avive con la conexión telepática y retrospecciones.Esta noche hicimos un quinto ritual, después de una rica velada, salimos y en círculo encendidos diez luces. La Ninfa decía que cada una era una bendición para algún ser a quien se le deseara. Y yo pensaba en la restauración de mi armonía y mis éxitos futuros.Contemplando las luces y luego el horizonte hicimos un viaje al pasado recordando días como este y percibiendo el fluir de mi personalidad y emociones a través del tiempo.Parecía que el ambiente sabía que era la última noche, así que en su sabiduría didáctica rodeo el castillo de un frío inclemente. Amenazaba con congelarnos, era una prueba. Por lo que utilizamos una técnica de protección y creamos un lugar seguro. Así podíamos pasar la noche, fundidos en una abrazo y en un bloque de protección.

Al día siguiente, después de superar la prueba, me levanté más temprano cómo todos los días y me dedique a alistarme, ordenar y meditar. Entre tanto ella seguía descansando, enseñándome la quietud. Pero también noté en ello su intención de que no nos fuéramos. Cual Calipso quería retenerme por más tiempo en la isla. Yo fuí paciente y espere, y luego ella propuso esperar nuevamente el viento, pero sospeché en ello una treta para permanecer un días más, así que con firmeza le dije que era mejor emprender el descenso, y toparnos por el camino con el viento. Y así lo hicimos, parecía algo peligroso, pero resultó muy bien. Entonces volvimos de nuevo al Jardín y quedamos con la alegría y a la vez la nostalgia de haber estado en un lugar mágico y haberla pasado delicioso. 

¿Cuánto aprendí en aquella aventura? En estos días me corresponde rumiarlo. 

Gracias, dulce Ninfa <3

HOJAS AL VIENTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora