Domingo 12 de Agosto del 2018

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                        1. El poder de la danza

Hay muchas formas de control mental. En la tierra alta, aprendí una técnica que logra hipnotizar, inclusive antes de que relacione lo que esta pasando. Tiene que ver con el ritmo y la musicalidad. Es la danza. Desde pequeño fui ejercitado en los movimientos correctos. La idea es lograr una completa coordinación entre los movimientos y la música. Cuando esto se logra es posible atacar la parte pre-consciente de la persona y acceder a sus deseos. Funciona en todos los ámbitos, por ejemplo, es una forma de llamar la atención de las mancuspias, también sirve para atraer a los seres mágicos y a las peligrosas, quién pierden su indiferencia habitual para acercarse, atraídas por el son y cómo este se manipula con los movimientos del cuerpo. Lo practique el jueves con las mancuspias y funcionó. Así que fui en la noche del viernes de casería, esperando ver su efectividad, en los seres de la noche, ya lo había puesto antes en prueba en las tierra alta, pero no sabía si funcionaría aquí abajo. Pero fue efectivo,  así atrapé a atención de tres seres mágicos, pudiendo avanzada la noche tomar algo del hálito vital de una de ellas. Aunque quedé exahusto, pues no lo había practicado hace mucho, por lo que causó que me enfermará,  produciendo malestar sobre todo en el centro del equilibrio. 

Sin recuperarme del todo, el sábado, sólo queriendo reposar, apareció la elfina Princesa, quién quería permanecer conmigo, y me incitaba a hablar, pero ese día mis palabras estaban desgastadas y dudaba un poco de querer seguir tratando con ella. Pero igual permanecimos juntos, mientras caía el sol. Por momentos hablábamos y por momentos permanecíamos en silencio. Sabía yo muy bien lo que ella quería, buscaba nuevamente compartir el néctar. Pero yo trataba de evitarlo, una porque el compromiso que me implicaba su magia, me parecía en este momento hasta cierto punto innecesario, pero más que todo porque no había podido dejar de pensar en el Hada, toda la semana, quién en un arrebato de coquetería que no logro descifrar del todo, tuvo un acercamiento a mí en el bestiario. Por un momento pude contemplarla de cerca, cada vez notando que es más reluciente. Me sentí contento porque miré de reojo cómo la diablilla con la que ya no trato, se asomaba por allí, a observar que estaba haciendo yo con el Hada. Fue un momento corto y significativo, que no dejó que ninguno de los dos mostrará sus intenciones. Por lo que cuando estaba con Princesa, sentía que era necesario alejarme, pues no quería perder la oportunidad con el Hada. Sentía sin saber bien porque que el Hada podía enseñarme una magia de más alta categoría. Pero temía que lo que yo estuviera sufriendo sólo sería un hechizo suyo, que quería ganar mi voluntad para ella, y para vengarse de las demás. O simplemente por jugar con los humanos, cómo suelen hacer, debilitandolos para luego verlos mostrar sus carencias y perder su dignidad. Por eso debía ser cauteloso, así que no aleje a la elfina del todo en ese crepúsculo, sino que permití que compartieramos el néctar, esta vez, ya no sólo degusté unas pequeñas gotas sino que me permitió tomar un trago largo, que me hizo sentir muchas cosas, donde pude viajar a las constelaciones blanquecinas de la tierra de los seres mágicos y contemple algo de su misterio. Cuando conoces el misterio de cada ser mágico, puedes tener poder sobre ellas y tu recargarte de poder, pero también puedes convertirte a la vez en esclavo. Pero obviamente, ella no hizo toda su epifanía. Yo en parte lo agradecí, no porque respetara sus disposiciones, sino porque no estoy seguro aún de querer tener ese tipo de conexión con este ser. Ser que no se que tanto sean cómo las peligrosas, es difícil diferenciarlos, pues son parientes. Pero su néctar, me dejó una cierta alegría, me regaló algo de seguridad y tranquilidad. La que me permitió hoy estar consagrado del todo al estudio de la Nigromancia. Y que pienso que me dará la fuerza suficiente, para poder potencializar al máximo el tiempo y las enseñanzas en esta nueva semana. Aunque no me siento seguro de ella, me siento agradecido por sus dones. 

Y pienso en el Hada, la imagino haciendo su labor de cuidar las estrellas mientras los demás duermen, la imagino cuidando a las creaturas a su cargo, la imagino pensando en mí y la imagino en un futuro posible conmigo resucitando mi corazón. Ella vío mi danza, ¿habré podido en algo hechizarla, cómo ella me está hechizando a mí? Cómo saber que esto no es más que un espejismo. Cómo ser digno de que ella sea mi tutora. 

HOJAS AL VIENTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora