Lunes 30 de Julio del 2018

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Desempolve mi ropa de hombre rígido, borré de mi cara todo atisbo de sonrisa y me fuí al bestiario a ser mi papel de guardia, de ordenador, de gritón a sueldo. Lo peor de toda esta imposición es que funcionó. Una mirada ofensiva, un rostro de revolver, funcionaron, las mancuspias se quedaban quietas, me temían. Me costó, a pesar de que hubo más orden y menos ruido, no era yo. Me sentía impostado. Recordando el tiempo en que trataba a todos con apatía, lleno de resentimiento hacía el mundo. Ya en la casa más tranquilo y sin saber cuando ser yo o no serlo. Traté de mantener mi horario programado a la perfección. Traté con mi mentor suizo de estas semanas, quién sigue enseñandome mucho. Nostalgie la posibilidad de cercanía con los seres mágicos. Pienso en el hada cada día, y no siento poder acercarme le, ahora menos. Ahora entiendo que la estructura de este mundo esta hecha para alejar a la felicidad. Me pregunto entonces ¿cuando o en qué instantes tendré derecho al placer?

HOJAS AL VIENTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora