Ni un paso atrás

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Celebraba un año de haber llegado a estas tierras, de haber descendido con la intención de quedarme y encontrar la magia. Maravillosamente mucho de lo previsto se ha cumplido, y siento el avance, la circunstancia ha sido afable conmigo a pesar de sus constantes retos. Así que la noche con su embriagadora magia invadió y trastocó los sentidos cómo el vino, la música invitó el cuerpo al baile, hasta un ser de las alturas quiso unirse a la fiesta. Hubo por un momento goce, el disfrute distensionado del presente. Pero cuando me adentraba más en la noche, ni el ruido, ni el abrazo de melopea, pudieron evitar que se me apareciera un fantasma. Un fantasma que me hostigaba en las tierras altas. Mi corazón se llenó de rabia y tristeza.

¡Maldito fantasma me has seguido, vine huyendo de ti y estás aquí!

Corrí a refugiarme en el sueño para no seguirlo viendo. Ya más calmado en el comienzo del narcótico estado, pensé en qué tal vez esta aparición era necesaria, y en medio de la celebración, era un regalo, que me recordaba porque tenía que permanecer aquí, porque debía luchar para no dejarme expulsar.   

      "El hombre libre es aquel que piensa de otro modo de lo que podría esperarse en razón de su origen, de su medio, de su estado y de su función o de las opiniones reinantes de su tiempo." (Nietszche)

HOJAS AL VIENTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora