Desagravio

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Princesa:

Sé que debo comenzar con un lo siento, nunca lo dije. Y de seguro es necesario. Es necesario admitir que posees la razón, las hojas lanzadas al viento, no tienen retorno. La verdad es fea dijo el sabio Nietzsche. Y quiero dejarme de justificar con palabras, con hechizos que podrían tener la intención de ocultar una intuición evidente. Tu inteligencia es muy profunda y por eso eres capaz de percibir tras lo engaños retóricos. Y no es mi intención convertir mi palabras en fuente de engaño, sino al contrario de honestidad. 

Ahora, considero que es injusto que por una percepción inicial, deseches lo venidero. Sin tener en cuenta que en aquel momento no sabía yo que camino maravilloso, iba a recorrer. Creo que mis acciones han hablado más que mis palabras en cuanto a lo vívido. Los tesoros que iba a descubrir. No debes desconocer eso. Si en algún momento pensé que aquella magia podía ser mayor, ciertamente fue una percepción errónea  y lo has comprobado. Era un espejismo. Ahora, no se puede determinar cuanto pueden cambiar los sentimientos y las percepciones. Por todo lado hay hechizos, que se desvanecen fácilmente. Pero tan cierta, cómo lo fue aquella percepción y aquel sentimiento en ese momento inicial, cuando nuestro sendero estaba tan escaso de pasos. Así mismo de ciertas han sido los sentimientos venideros y contrarios a ese, que incluso han sido más en cantidad, más potentes y más duraderos. Y puedo recriminarte que te centres en ese mínimo, contrario al resto. 

Hemos hecha legítima magia juntos.  He encontrado contigo lo que buscaba. Aunque sabes que esos pasos son sólo un eslabón del largo camino que me queda por construir. Aún así debes saber que nadie ha podido darme una verdadera alegría y esperanza cómo lo has hecho tú, y no sé cómo demostrar que esta ha sido realmente auténtica. No cambiaría por nada la nutrición del néctar que he probado en estos últimos meses. No reescribiría ni un ápice de lo acontecido entre los dos. Comprendo que tu ego de ser mágico se sienta herido. Ambos somos seres heridos, y salimos de los parámetros impuestos en este manicomio. Tenemos la debilidad y al mismo tiempo fortaleza, de no ser seres que encanten a primera vista. Cosa que no es del todo cierta en ti, que sabes que si lo hiciste conmigo. Pero no por eso estamos privados de nada, porque la magia que influye no se sostiene en espejismos. Hace falta mucho más para ello. Y considero que nosotros tenemos eso. 

Ahora, sabes que no soy un humano cualquiera. Soy un híbrido con vampiro, por tanto, no puedes esperar de mí, lo que podría ofrecerte un humano completamente mortal. Yo también soy de la noche, la libertad y la sed de sangre, y no se me puede atrapar cómo mascota. Mi magia es magia negra, ocultismo. Soy descendiente de aquellos que inventaron las reglas que ahora nos oprimen, y así cómo ellos sintieron el impulso espontáneo de imponer su arbitrio, del mismo modo, yo siento el deseo de desobedecerles e imponer el mío. 

No sé si hayas replanteado seguir siendo mi tutora, y que me dejes a puertas de nuestro primero propósito, y que sea cuando siento que más te necesito. Si prefieres seguir tras ídolos y con propósitos de mortales. Pero si es el caso, yo volveré a la familiaridad de mi confidente más predilecta. He invadido por ella, volveré a las calles, con ojos mendigos y pasos huérfanos. Abandonando los rituales que tan bien me han hecho últimamente. Pócimas que para mí han sido un remedio, elixires de sabores exquisitos, que me han hecho contrarrestado la inercia de la tristeza crónica. Qué han hecho más llevadera la lejanía, lo agreste del jardín, el bestiario y este absurdo. Eso sí, no te diré que somos indispensables, nadie lo es para nadie, ni yo para ti, ni tu para mí. Me rehúso a repetir ese juramento falso que tantos hacen cada día, intentando forzar la realidad. Pretendiendo frenar el cauce del río con las manos. No te diré que no sé que esta asociación debe terminar un día. Aunque siento que aún no es tiempo. Que podemos explotar un poquito más al destino. 

Pero eso sí, tampoco permitiré que rebajes en tu sentir esta magia a simples trucos de ilusionista de fiestas. Declaro firmemente que para mí, el éxtasis ha sido real y ha añadido combustible vital a mi hoguera voluntaria por mantener encendida una temporada más, la llama de la existencia. Y que te valoro a ti, cómo un ser mágico autentico, y que te saques de la cabeza esa idea tonta, que eres un descarte. Porque en lugar has sido testigo, cómo no pudieron serlo muchas anteriores a ti, de que eres una elección que he hecho cada  uno de estos días. 

                                                                                                                                       Con todo mi amor,

                                                                                                                                       Aprendiz de nigromante. 

HOJAS AL VIENTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora