Bona Vida

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Recriminame si me atrevo a quejarme de estos días. Si me atrevo a decir que no conozco la alegría y la buena vida. Si falazmente digo que está lejos de mí el placer, o me preocupo sin necesidad por fantasmas que aún no han llegado. Recuerdame mis ratos de soledad y libertad para consentirme, recuerdame que puedo descansar cómo un príncipe, hazme caer en cuenta que muchos de los placeres reservados en la antigüedad a la aristocracia, son parte de mi rutina diaria. 

Recuerdame las mañanas en las que me uno con gente, que comparté mis aficiones, a hablar de aquello que me apasiona y me lleno de conocimientos e ideas. Hazme caer en cuenta que ellos me admiran y ven en mi un gran prospecto. 

Recuerdame nuestras veladas juntos al aire libre, al son de la música, excitados por un buen vino, tu y yo, nuestra compañía, nuestro cariño, nuestro humor, nuestra lujuria, nuestra falta de pudor, nuestras locuras, tú complacencia, tú disposición. No dejes que obvie los maravillosos detalles de mi vida, el lugar donde me encuentro, las rutinas que llevo, la salud de la que gozo y la posibilidad de cumplir mis sueños. 

Confío en ti, para que no me dejes estar distraído, espero en ti para construir más aventuras. No dejes que olvide que si alguna vez me aburro, este aburrimiento no es más que un lujo, que sólo pocas personas afortunadas como yo, pueden permitirse en este siglo. 

HOJAS AL VIENTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora