Finn Kester.
Estoy borracho acostado en mi cama casi completamente desnudo con mis manos sobre mi cabeza cubriendo mis ojos y una manta cubriendo una parte de mi cuerpo. Me duele la cabeza y siento que todo me da vueltas.
Aún puedo respirar el olor de su cabello y puedo sentir su cintura entre mis manos.
Esto no debería estar ocurriendo, no a mi.
Escucho unos pasos acercarse, y cierro mis ojos debajo de mi mano haciéndome el dormido.
Skyler aparece en mi campo de visión, está toda empapada ella tuvo que ayudar a ducharme.
Volvería a emborracharme y salir a buscarla a su casa con tal de volver a verla así.
Flashback.
Tengo los auriculares sobre mis oídos escuchando Luna de Zoé a alto volumen.
Realmente pocas cosas me hacen sentir completamente bien, escuchar música es una de ellas.
Mi puerta se abre bruscamente dejándome ver la figura de Jerry, el chico que se dice ser mi amigo.
-¿Qué te pasa? -Pregunto quitándome uno de los auriculares.
-Tengo al rededor de media hora tocando tu puerta.
-Ahh... -Digo apagando la música y arrojando mi celular por algún lugar de mi cama. -Quizá por la música. -Me encojo de hombros.
-Tenemos que hablar.
-Yo pensé lo mismo. -Digo cruzándome de brazos. -Desde ayer, pero te estuviste escondiendo de mi todo el tiempo en la escuela, ¿por qué?
-Porque te veías cabreado y podías asesinarme.
Volteo los ojos ante su exageración. -Estabas coqueteando con mi nena.
-¿Tu nena?
-Skyler.
-¿Ustedes están saliendo?
Pongo mis manos sobre mi cabeza estresado. -No.
-¿Pero...
Bueno, si quieres salir con ella, solo díselo, ella quiere.
-¿Cómo sabes?
-Me lo dijo. -Se encoge de hombros.
-¿Hablaron de mi?
Jerry asiente. -Y llegué a esta conclusión.
A ella le gustas pero no quiere nada contigo porque eres un mujeriego que solo puede lastimarla y jugar con ella.
-Si trabajarás como animador morirías de hambre.
Jerry levanta los hombros y asiente. -Soy sincero.
-¿Qué debo hacer?
-¿La quieres?
-Maldita sea si, me he tratado de convencer de lo contrario pero no puedo.
Jerry se queda pensativo unos segundos y luego ríe. -Ahora tiene sentido porque siempre veías fijamente en los pasillos y en la cafetería, como si estuvieras buscando algo o a alguien.
Sonrío negando.
-¿Pero qué hay de las otras?
-¿Cuáles otras?
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Eres Mía.
Roman pour AdolescentsIncluso yo podría olvidarme de todos, pero no de ti. ¿Que cuál es la maldita necesidad de conservar dentro de tu ser a una persona que no se lo merece? El maldito sentimiento del amor. Lo sé, estoy jodida. Warning. Este libro lleva la toxicidad a...