Eres Mía.

Capítulo 32.

Llegamos a casa de los chicos, realmente nunca dejarán de sorprenderme. Deduje que su casa estaría a reventar de música, alcohol y personas, bueno mis expectativas ni siquiera se acercan a la realidad.

Bajamos del auto luego de no encontrar un lugar donde estacionarlo. -Lo llevaré unas cuadras adelante. -Dice Alejo. -Ahora los alcanzo.

Asentimos y terminamos por bajar del auto.

-Lo que es tener dinero. -Menciona Steven mirando la casa de reojo.

-Si, la familia de los chicos siempre han sido muy adinerada. -Responde Rosie restándole importancia.

-Mi amor. -Dice Finn poniendo su cabeza en mi hombro. -¿Hoy vienes a dormir conmigo a casa?

Sonrío. -Claro.

-Haciendo planes para más tarde, ¿eh?

Niego sonriendo y Finn me abraza.

-Hola. -Una chica cuyo completamente desconozco por su atuendo evidentemente se acerca a nosotros sonriendo.

-He, hola. -Respondo confundida.

-Rebecca. -Le sonríe Rosie.

Oh, Rebecca, ella ha estado saliendo con Alejo, no considero que sea buena para él, no porque desde que comenzaron a salir Alejo se ha alejado de nosotros notablemente y cuando está con nosotros no hace otra cosa más que estar con su celular hablando con ella dedujo.

-¿Y Alejo? -Pregunta. -Dijo que llegaría con ustedes.

-Si, es sólo que fue a buscar un lugar para estacionar su auto.

Rebecca asiente mientras mi amiga sigue explicándole. Mi mirada cae sobre un grupo de chicos que al parecer están llegando, llama mi atención sus atuendos todos son similares, están disfrazados de muerte y tienen su rostro completamente cubierto, ese no era el plan, es una fiesta de disfraces no Halloween.

-¿Alguien tiene idea de quienes son? -Pregunto refiriéndome a ellos.

-Ni idea. -Se encoge de hombros Steven. -No conozco a nadie, mucho menos estando disfrazados.

Asiento y sin dejar a donde los chicos se fueron mi novio suelta mi mano para abrazarme. -¿Qué te preocupa mía?

Niego. -Nada, es sólo que, co-como que se me hicieron conocidos, no sé.

-Quizá son compañeros del colegio. -Dice restándole importancia.

-Si, eso debe ser.

-¿Pueden creer que tuve que caminar 3 cuadras? ¡Esto realmente está a reventar!

-Hola Alex.

Alejo la mira un par de segundos. -¿Rebecca?

Ella sonríe. -Si.

-Casi ni te reconozco.

-Lo mismo digo, ¡qué disfraz tan trabajado!

Alejo sonríe. -Gracias.

Rosie aclara la garganta. -¿Cómo que entramos ya no?

Asentimos y comenzamos a caminar hacia la puerta principal.
Cada paso que dábamos la música se escuchaba mucho más fuerte, casi ni siquiera podía escuchar lo que Alejo y Rebecca estaban hablando y vaya que prácticamente estaban gritando.

En el patio principal de la casa ya habían muchas personas bailando y disfrutando de la fiesta, no quiero ni imaginar cómo lucirá el patio de atrás donde está la alberca.

-¡He chicos! ¡Chicos!

Volteamos al escucharle, Scott.

-¡Les he estado gritando y no me escuchan!