Capítulo 48.

258 19 1
                                    

Alejandro Hayes.

Tuve la oportunidad de decirle lo que siento y una vez más la he desaprovechado.

Cierro los ojos al escucharle responderle que si.

Internamente algo de mi ha muerto una vez más.

Cierto que Charlie me había contado que quería pedirle a Sky que lo intentaron otra vez. Pero creí que Sky se iba a negar, creí que esperaría un tiempo antes de verse involucrada en una nueva relación.

-¿Escuchando conversaciones ajenas eh?

-Que, no. -Niego rápidamente. -Solo iba a la cocina en busca de algo que pueda comer.

Sarah entre cierra un ojo y asiente. -Esta mañana cocine un pastel de queso, ¿quieres un poco?

Asiento y comenzamos a caminar hacia la cocina.
Cuando llegamos Sarah saca del refrigerador un enorme pastel de queso y me da una porción demasiado grande para mi apetito.

-Gracias. -Digo acomodándome en mi silla.

-De nada. -Sarah me da una sonrisa de boca cerrada y se sienta en una silla frente mi.

-¿Tú no vas a comer?

-Oh no, -niega rápidamente. -He decidido iniciar con una dieta.

-Ahh..

-¿Algo que quieras contarme? -Pregunta al cabo de unos segundos.

Sólo niego con mi vista puesta en el pedazo de pan.

-Sabes que yo he crecido aquí con ustedes, de lejos, pero con ustedes.

-Si. -Me encojo de hombros. -Nunca te acercaste mucho nosotros.

-No.. -Dice minando hacia el suelo. -Porque yo no era como ustedes, no soy como ustedes.

-Yo te veo como cualquiera de nosotros.

Sarah niega rápidamente. -Yo no tengo...

-¿Una pierna? -Le interrumpo.

-No, no tengo...

-¿Dedos en tus muñecas?

-Dinero Alejandro, dinero.

-Ah eso, -Me encojo de hombros. -Si yo tampoco tengo.

Éste voltea a verme con una mirada acusadora. -Claro que si.

-¡Claro que no! Mi familia lo tiene, y yo, bueno cuando yo necesito algo o dinero tengo que pedírselos. ¿Ves? Como no tengo.

-El dinero de tu familia es tu dinero.

-¡Eso es tan descabellado! Es como si yo dijera que el dinero del gobierno es tuyo, ¡duh!

Sarah sonríe levemente. -Es que ustedes no me ven como se ven entre ustedes.

-¿Te refieres como si ya no quisiéramos cuidarnos en las borracheras?

Sarah suelta una sonora carcajada.

-Oh vamos, este fin de semana, vayamos a un club nocturno.

-¿Yo con ustedes?

-Nosotros contigo.

Sarah me sonríe. -Si.

-Bien, después quedamos ya bien. -Le guiño un ojo y Sarah parece incomodarse un poco. -De acuerdo, no lo vuelvo a hacer.

-Alejandro. -Dice atrapando mi completa atención. -¿Por qué no se lo dices?

La miro entre cerrando un ojo. -¿Qué?

Eres Mía. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora