Capítulo 37.

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Finn Kester.

Jerry abre la boca para decir algo pero luego vuelve a cerrarla.

Ella no pudo enterarse, no así, no ahora.

Paso mis manos frustrado por mi cabello desordenándolo por completo, Jerry no deja de mirarme y eso me está hartando.

-Ella tenía que enterarse de todas maneras. -Dice encogiéndose de hombros.

-¡Pero por mi! -Exclamo golpeando en mi pecho.

-Tuviste muchas oportunidades para decírselo.

-¡Pero es mi novia Jerry! ¡Y la conozco! ¡Ella se querrá alejar de mí y lo que menos quiero es perderla!

-Debiste haber pensado en eso antes.

¿Qué esperabas? ¿Qué ella no se enterará de absolutamente nada mientras todo el colegio lo está murmurando?

-Ella no se deja llevar por los comentarios de las demás personas.

-Tus antecedentes no ayudan mucho. -Me dice.

Cierro los ojos pesadamente, ¡maldita sea tiene razón!

-¡Tengo que hablarle, tengo que explicarle las cosas, tengo que rogarle que no se aparte de mí!

Jerry me da una mirada de desaprobación, pero no me importa, no me importa nadie, solo me importa ella.

¿Por qué la vida es tan mierda para castigarte en el presente con acciones del pasado?

De una cosa estoy seguro, siempre me he cuidado, así que no hay muchas posibilidades de que el hijo de Raquel también sea hijo mío.

Ningún método anticonceptivo es totalmente seguro.

Cuánto te odio maldita conciencia.

Monto mi motocicleta y enciendo el motor a máxima velocidad, tengo que encontrarla pronto, no puedo ni siquiera puedo imaginar el perderla.

Hace un par de semanas me enteré sobre el supuesto embarazo de Raquel, en cuanto ella me lo dijo corrí a ver a Skyler, me la encontré golpeada, sentí terrible cuando ella me dijo que sabía lo de los vagos esos que denuncié, y me arrepentí al verle, no lo hice para afectarlos, no quería afectar ni a los vagos, ni a Alejandro y Steven mucho menos imagine que mi mía se vería involucrada en una pelea por la situación.

Cuando me enteré que el vago de Marco, había regresado, me alarmé, porque Skyler y yo estábamos muy bien, y porque él podía llegar y arruinar las cosas. Así que sin pensarlo decidí un día seguir a Sky, cuando fue a visitarles, pero solo habló con un señor de edad avanzada ahí mismo en la calle, yo no podía permitir que alguien la apartara de mi.
Así que cuando los denuncié solo esperaba que arrestaran a Marco y a sus amigos, y siendo sincero los amigos siquiera me importaban.

Toco desesperadamente el timbre de casa de Sky, pasan más de 15 segundos para que Dora aparezca detrás de la puerta se ve molesta, quizá por mi insistencia, mismas costumbres.

-Sky... necesito hablar con ella.

-Buenas tardes joven, Sky no se encuentra en casa, ¿gusta dejar algún recado para ella?

-¿Dónde está?

-No tengo ni la menor idea.

Suelto un suspiro y niego. -Siento haber llagado así. -Me disculpo. -Pero realmente necesito hablarle.

Dora niega y una pequeña mueca de sonrisa atraviesa su rostro. -Supuse que Sky estaría contigo Finn. -Dice.

-No. -Gruño.

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