Black

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—Nombre—El hombre fortachón de seguridad que revisaba la entrada suspiró. Estaba harto de tener que verificar su lista para ver que el nombre de los invitados coincidiera. 

—Yuri Romanov— contestó la mujer con una sensual mueca. Sus ojos desprendían una luz violeta, su escote dejaba ver sus voluptuosas curvas. Su vestido era negro y corto, demasiado sensual, su cabello era pelirrojo y ondulado. Una belleza en verdad.   

La luz de la luna la iluminó y el guardia revisó la lista de invitados, allí estaba el nombre de la señorita. La dejó pasar sin preocuparse por nada, cediéndole el paso y viéndola de reojo. Una preciosidad sin dudas.

La chica caminó por las enormes escaleras de aquella mansión. Amaba las fiestas de la mafia rusa. Colocó su antifaz y se dirigió a su objetivo. Los enormes candelabros que colgaban daban a entender que la fiesta era de una familia muy rica, y los antifaces, denotaban la discreción que la fiesta requería, o quizá el dueño era solo un fetichista más. 

Las personas que convivían en la pista no eran culpables de lo que iba a pasar. 

Se acercó a un mesero y tomó una copa de su mejor champage, brindó por una misión tan sencilla. Fingía ser un alta ejecutiva de finanzas con la que el jefe tenía una aventura. Era bonita, así que se deslizó por el salón principal sonriendo y derrochando confianza. 

 —Aquí estás hermosa Yuri— dijo un hombre albino de un divertido bigote, aquel hombre era su objetivo. Amaba el tono de voz y ese sensual acento con el que aquel caballero se acercó a su oído. 

Ella rió discreta mientras daba un sorbo a su bebida. Amaba el glamour y amaba divertirse. Pero eso acabó cuando el hombre empezó a guiarla por un pasillo, unas escaleras que llevaban hacia la parte de arriba. Necesitaba privacidad.

No tardó mucho en darse cuenta que estaban ahora encerrados en la oficina de aquel hombre. 

Él empezó a tocarla por debajo de su corto vestido, mientras besaba su cuello con sensualidad. La mujer sucumbió ante tan roce. La luna se reflejaba en el enorme ventanal de la habitación, desde hace tiempo sabía que aquel astro le daba más poder a su don. La noche la volvía más fuerte.

  —¿Qué es esto?—Cuestionó el hombre al encontrarse una pistola cerca de la entrepierna de la dama. 

La mujer se lo arrebató con gracia. Y luego empezó a jugar con ella, girando el arma entre sus dedos. 

  —¿Quién eres?— preguntó aquel hombre preocupado mientras se acercaba a su escritorio, allí también tenía una pistola que usaría para contra atacar. 

La chica sonrió y ese extraño brillo en sus ojos volvió. El hombre tuvo miedo, su amada Yuri tenía ojos verdes, no morados. La persona que estaba delante era un "clon" o alguna persona que no era su querida. 

 —Ya deberías saberlo Viktor, tus hombres atacaron a los hombres de "John" y a él no le gusta tener bajas, vengo a cobrarlas— mencionó la mujer jugando con su arma y usando una voz muy dulce. 

  —¿Quién eres tú?— preguntó el albino. Sacando el arma y apuntando con cierto nerviosismo. Le aterraba conocer a alguien que se hacía pasar por otra persona y fuera tan similar.

  — ¿Que dices? Soy yo, Yuri— sonrió con torpeza, ni el color de sus ojos ni su voz no podía ser cambiada por su poder.

—Te mataré a ti también— mencionó el hombre apuntando. 

—"John" está enojado, cuando me manda a hacer un trabajo yo no dejo cabos sueltos, quiere que le deposites los millones de euros que le debes.— La mujer se acercó con cuidado y señaló la chequera que estaba sobre el escritorio— Ahora. 

Moon&Sun (OngNiel - W1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora