Familia

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  —¿Quienes son ustedes? — preguntó Kang sorprendido.          

  —No, ¿quién eres tú?— Uno de ellos golpeó a Daniel con la almohada— ¿Dónde está SeongWu? 

Daniel se rascó pues el golpe no le había dolido, observó a su alrededor, Ong no estaba, posiblemente se había convertido en algo y estaba camuflado. 

  — ¡Ah!— uno de los intrusos gritó cuando sintió una mano en su pie, un brazo salía de debajo de la cama, arrastró la pierna hasta jalarlo debajo.

El otro invitado se quedó  inmóvil, Kang sintió pánico, no era fan de las historias de terror y eso lo había asustado. Luego el pie del otro fue jalado y con un grito aterrador fue llevado hasta debajo de la cama. Kang parpadeó. 

—SeongWu... Esto no es divertido— dijo. Tenía miedo de asomarse y ver un monstruo con heridas y mucha sangre. Vaya policía cobarde que era. 

Tomó aire y se agachó, levantando la sabana y asomándose debajo de la cama. Donde tres frías miradas lo observaban. Kang parpadeó. Luego las tres personas empezaron a reír.      

Se había asustado por nada. 

*

  —Él es Woojin y él es Mark— los presentó Ong. 

Tenía en frente a dos pequeños niños, de 5 y 6 años frente a él, Woojin era alto, era menor y tenía el cabello negro, Mark era castaño y tenía una linda sonrisa, era el mayor. 

—Él es mi amigo, se llama Kang Daniel— Ong los presentó. 

—Wow ¿Tienes amigos? ¡yo pensé que nadie te quería como a nosotros!— mencionó Mark.  

—¿Cómo que nadie me quiere? ¿Cómo que nadie los quiere? Ustedes son queridos— Ong puso una sonrisa que pocas veces Daniel había visto en el pelinegro. 

—Ya sabes, cuando nadie te quiere nadie te adopta— explicó el niño de seis. 

Daniel suspiró. Esas palabras también llegó a decirlas cuando era pequeño, cuando pensaba que Dios no se apiadaba de él, cuando veía que todos se iban con padres adoptivos pero a él y a Jisung les tocaba ser golpeados y sedados para entender cómo funcionaban sus poderes.    

—¿Por qué volviste?— preguntó Woojin con una sonrisa. 

SeongWu se quedó callado. Había vuelto porque se necesitaba esconder, pero no debía decir eso a los niños. Oh, sí se los diría. 

— ¿Van a quedarse aquí?— preguntó SeongWu. 

Los niños abrieron los ojos, el brillo en su mirada era adorable. Rápidamente se subieron a la cama y se acostaron, dejando un espacio para Ong. SeongWu se sentó en la cama, más no se acostó con ellos. 

—Estuve en una misión secreta— susurró— Hay una organización malvada que quiere capturar a las personas con poderes como yo. Tuve que esconderme y escapar. Ellos están buscando esto— El hombre sacó de un saco dos orbes brillantes. 

Los niños observaron maravillados, a Daniel no le pareció buena idea que hablara de ese tema, les estaba diciendo la verdad, por más fantástica que sonara. El mayor le dio una orbe a cada niño. 

—¿Y qué hacen?— mencionó Woojin, con sus manitas agitó la esfera. 

Buena pregunta, pues ninguno de los dos Ultras sabían qué hacían exactamente los orbes. 

—Hace mucho tiempo la luna y el sol estuvieron enamorados, pero ellos fueron separados por el egoísmo de los humanos, condenados a nunca verse, la luna aparecía por las noches y el sol por el día. La luna estaba muy triste, así que lloró, cinco de esas lagrimas son las orbes que están esparcidas por el mundo— contó Ong como si se tratara de un gran cuento. 

Moon&Sun (OngNiel - W1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora