Capítulo Cinco

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Muy en el fondo, la locura que le invadió en aquél entonces—cuando atacó la reunión de los kages— estaba latente, viviendo como un reflejo del dolor que el gobierno ninja le causó a su familia, a su hermano y, eventualmente, a él mismo. Sasuke había sido el objeto de amor de su familia, siendo uno de los hijos menores y de los más queridos infantes del clan. Mientras su hermano era frío, existía una relación de cariño ahí que era imposible de romper, inclusive cuando el supuesto infalible ojo Uchiha hubiese sido víctima del engaño. Era lo mismo que pasaba con Sakura, pues él había recibido tanto amor que adoraba a quienes se lo habían infundido. Esa pelirrosa era una de las personas que participaron en llenarlo de aquél grato sentimiento, aun cuando no era requerido. Ella le hacía volver a la luz, le daba calor a su mundo, le hacía sentir que había un motivo para estar vivo en un mundo en el que él era el último de su linaje. Ella también le dio la felicidad más grande en varias ocasiones, como cuando le dijo que lo amaba, cuando aceptó ser su esposa, cuando se casaron, cuando tuvieron su noche de bodas, todas las veces que se hicieron el amor, cuando lo hizo padre, cuando fue una madre independiente para que él pudiera seguir con su misión, cuando estuvo ahí a su regreso, le sonrió, le abrazó, le besó, le recibió.

Bienvenido a casa... querido.

Ahora había recuperado a los cimientos de su vida: su familia estaba con vida, en una existencia pacífica y alegre. Podía seguir de esa forma, sin problemas por enfrentar. Podía escuchar los consejos de su padre, probar la comida de su madre, perseguir el camino de su hermano, discutir sobre las noticias políticas y legales con los dos caballeros, recibir un beso de maternal—por el que terminaría quejándose—, escuchar que él seguía siendo su bebé sin importar cuán grande fuera, la voz de su padre diciéndole que se cuide y sea responsable, compartir unas cervezas con Itachi, sus familiares presentándose en la noche de año nuevo, las felicitaciones por sus logros, las felicitaciones por tolerar a Naruto por tanto tiempo. De hecho, también él gozaba de contar con sus padres y su padrino. Sin embargo, alguien debía pagar el precio. Es decir, ¿quién tenía la culpa, sino él? Era por eso que el universo había hecho lo posible por cumplir ese capricho, debido a una obligación, a "algo más poderoso". Y de la misma forma en la que había permitido que su orgullo se doblegara ante el pretexto de deseo de un hombre, estaba ahora enmendando lo ocasionado y regresando el golpe recibido de la forma más adecuada, la forma más cruel que conocía: todos estaban felices, estaban vivos, incluso Sakura. Sin embargo, él no tenía derecho, él no la merecía.

—Itachi —uno no tenía que ser un genio para comprender que todo aquello se había salido de control, que era una situación sin precedentes, que cualquier cosa podría suceder—, es posible que tú... ¿recuerdes tu vida anterior?

—¿Mi vida anterior, Sasuke? —sin embargo, quizá era optimista pensar que los demás podrían recordarlo, así que se desalentó al escuchar duda en la voz del hombre más seguro que conocía.

—Oh... olvídalo.

—¿Hablas de la vida en la que protegimos Konoha?


Capítulo Cinco: Mnemósine


En ese momento, un silencio sepulcral llenó la habitación. Los ojos de Sasuke estaban despiertos, mucho más de lo que se habían visto los últimos diez días o, en general, los pasados veintitantos años. Ahora buscaban averiguar la veracidad de las palabras que habían llegado a su canal auditivo. Estaba intentando, con todas sus fuerzas, descubrir si se trataba de un sueño o de la realidad, si su hermano había dicho en serio lo que él creía. Era cierto, hace unos instantes había sentido esa misma sensación, pero en este momento era distinto. Si Itachi realmente podía recordarlo todo, a pesar de que él no era el motivo ni estaba directamente relacionado con la técnica, especialmente considerando que él estaba muerto cuando él la activó, entonces había una oportunidad de que todos fueran capaces de abrir los ojos, existía la posibilidad de que no fuera el único, de que no estuviera solo. Si con Itachi le era suficiente para comenzar, podría recuperar a todos los que conocía, podía traerlos a ésta alegría, podría... oh, podría enfrentarse a la ira de todos ellos, pero no le cabía duda de que prefería vivir con ello a tener que tolerar una vida más sabiendo los secretos detrás de sus existencias, conociendo el verdadero inicio y el verdadero final. Sasuke no sabía si lo que había hecho era cosa de una ocasión, o si los había metido en un ciclo sin fin, pero si todos estaban ahí para investigarlo, entonces sabía que iban a descubrirlo.

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