Capítulo Treintaisiete

966 90 105
                                    

Sakura estaba acorralada. Incluso si ella entendía los sentimientos de Naruto, la sensación de culpa no se desvanecía de su cuerpo. Él estaba tan serio mientras conducía, que Sakura simplemente no podía interrumpir los pensamientos del rubio. Le parecía que él calculaba muy seriamente lo que quería decirle, aunque no daba indicio de hablar al respecto. En realidad, ella sabía que él estaba haciendo eso, pues también la pelirrosa intentaba buscar las palabras para explicarle la situación: Sasuke no tenía toda la culpa de lo que sucedió. Mientras más lo consideraba, más claro le parecía a ella. Pero, ahora, Naruto estaba en un estado de rencor que no se le podía recriminar. Al igual que ella, él había perdido a sus hijos a causa de este capricho, sin mencionar que Hinata claramente no sabía nada... él mismo se lo había dicho a Sasuke y Karin, ¿cierto? Como fuera, no quería que su mejor amigo tuviera rencores, hacia ninguno de ellos dos. Es decir, la única persona lo suficientemente terca para no atreverse a desistir con Sasuke era él. Naruto había heredado la voluntad del Sabio de los Seis Caminos, era un amigo fiel, se había ganado ser el Séptimo Hokage pero, lo más importante, él siempre había sido una persona que lucha por la felicidad de los demás y, de la nada, todo se había arrebatado de sus manos. Así, el pensar al respecto estaba haciendo que el semblante de Sakura se endureciera en un gesto de dolor, algo muy parecido a la cara que su mejor amigo tenía cuando fue a buscar al Raikage para pedirle que tuviera piedad con Sasuke, mientras ella buscaba al pelinegro para terminar con su vida. Sentía que estaban jugando ese mismo juego, pero sus papeles se habían invertido.

—Sakura-chan —la aludida se sorprendió un poco, pues estaba tan concentrada en aquellos malos pensamientos que se olvidó de que estaban juntos—, si sigues apretando así el entrecejo se te va a quedar marcado.

—¡Ah! —exclamó, antes de llevarse las manos al rostro y estirarse un poco la piel. Naruto se rio quedito por aquel gesto desesperado.

—No has cambiado nada. Y, lo más importante: sigues siendo una chica —dijo, entre risas, a lo que ella frunció los labios. Pero, apenas lo hizo, se arrepintió y corrigió su gesto, porque eso también podría ocasionar marcas—. Siempre pensé que las mujeres se preocupaban por nimiedades. Por ejemplo, tú solías cuidar mucho de tu aspecto cuando éramos chicos. Recuerdo que una vez fui de sorpresa a verte y tenías toda la cara cubierta por una cosa verde. Teníamos quince años.

—Era una mascarilla —respondió, para encogerse de hombros—. Las chicas pensamos mucho en mantenernos jóvenes y lucir hermosas, ¿sabes?

—Lo sé. Tú tenías el cabello más bonito —sonrió—. Sé bien que había una especie de competencia porque ustedes se enteraron de que a Sasuke le gustaban las chicas de cabello largo. Ino y tú se lo dejaron crecer mucho tiempo, pero debo admitir que ella jamás fue capaz de vencerte con eso, y dudo que pudiera hacerlo. Es decir, estaba en desventaja tan solo por el color de cabello.

—Ino también tenía una hermosa cabellera. Vaya, sí que fuimos unas mocosas superficiales...

—Eso no te detuvo de cortarte el cabello en el bosque de la muerte —los ojos de Sakura se arrastraron hasta él, que mantenía su atención en el camino—. Me sorprendí mucho cuando te vi tan maltratada, y tu cabello estaba regado en el suelo. Recuerdo que nos sentíamos terrible por no protegerte cuando nos necesitabas. Cuando salimos de ahí, Kakashi-sensei nos regañó.

—Dijo que yo era la única "Sakura" que ustedes tenían...

—Ah, ¿lo sabías? —alzó sus cejas, un poco sorprendido—. Se suponía que era un secreto, no queríamos decírtelo porque pensábamos que te haría sentir mal. Eso es lo que dijo Kakashi-sensei: "no se lo digan a Sakura, ella podrá ser solo una chica, pero es muy determinada y eso seguro la pondría en una situación difícil para su corazón".

EternallyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora