Unas ruidosas carcajadas se escucharon desde la amplia mesa que estaba preparada en un pequeño salón, en el interior de la tradicional casa de los parientes de Hinata, propiedad de los Hyuga. Las damas, que habían terminado los últimos detalles decorativos en un instante, no demoraron en sentarse a charlar un poco tras quitarse los abrigos, pues el interior gozaba de una calefacción agradable. En ese momento, Sasuke supo que esas risas eran a sus expensas, pues la pelirrosa no se había contenido en llegar y poner al día a las otras chicas sobre lo acontecido en el hogar Uchiha antes de partir hacia su fiesta de Noche Buena. Entre la considerada reacción de un niño de ocho años que resultaba tan adorable, y el cinismo Uchiha encarnado en un cuerpo tan pequeño, ellas estaban próximas a patalear de la risa. El único que parecía estar fuera de cuadro era Naruto Uzumaki, quien había estado ayudando a Hinata con unas sillas, y se había presentado muy convenientemente en el preciso momento en que la historia se desarrollaba. Si las risas de las chicas —melódicas y llenas de gracia— lograban resaltar en la habitación, pues era aún mayor la forma en que la escandalosa y vulgar risotada de Naruto estaba apropiándose de aquellas cuatro paredes, opacando por completo la música de temporada, lo que resultó terriblemente irritante para el pelinegro, que había estado cooperando con Sai en cuanto a la preparación de la mesa de bocadillos, donde el postre de su madre y Sakura no estaba presente.
—Fue toda una aventura —admiró ella, mientras se apoyaba en la mesa—. En realidad, toda la familia de Sasuke fue muy atenta conmigo.
—Me alegro mucho —aseguró Hinata, observando la forma en la que Naruto casi se arrastraba de camino hacia los chicos, para reírse un poco más cerca de ellos—. Aunque estoy segura de que algo tuvo que ver él, para que resultara así.
—¿De qué hablas? —preguntó, totalmente ajena a sus palabras.
—El hombre se te declaró apenas te miró —Temari, invitada especial de la familia Nara, se cruzó de brazos y piernas, alzó una ceja, y habló con cinismo para evidenciar que era tan obvio que resultaba un poco absurdo que ella se mostrara confundida—. Por supuesto que le dijo a su madre que le tirara un cable y, por lo que entiendo, toda la familia cooperó.
—Encuentro un poco extremo que un niño de ocho años participara en ello —se encogió de hombros, incrédula—. Además, Madara sonó bastante serio y convincente para mí. Estoy segura de que ese niño viene a por mí dentro de un año o dos.
—¡Es un Uchiha! —exclamó Karin. Una risa se extendió entre ellas, aunque Ino dejó de parecer muy complacida con la charla.
—Oh, escuché que el hermano de Sasuke nos acompañará —comentó, entonces, Hinata.
—Así es, y trae a su novia —contestó Sakura—. Creo que va a salir con ella y sus amigos de la infancia antes de venir con nosotros. Aunque no creo que pasen la noche aquí.
—Claro, querrá pasar tiempo a solas con su novia —agregó Temari.
—Ya que lo mencionas, ¿qué hay de ti, Sakura? —Ino cambió el tema de forma drástica—. Estaba casi segura que terminarías mandándonos al traste por irte a Norte América con tu novio y tu padre, en lugar de eso, pasaste toda una semana con la familia Uchiha. Y yo que pensé que Sasuke Uchiha te era indiferente ~
—No me es indiferente —aclaró la pelirrosa, fingiendo que no notaba el tono retador en la voz de Ino—. Me es agradable, pero eso no significa que me vaya a enamorar de él, ¿sabes?
—Entonces, lo tuyo con Kabuto es serio, ¿no?
—Lo ha sido desde el principio —sonrió, encogiéndose de hombros, para alcanzar con su mano su vaso de agua—. Es decir: salir con tu jefe es algo bastante comprometedor. No soy tan estúpida para acostarme con él solo por interés. Eso es tan solo un extra.
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Eternally
FanfictionEstaba preparado, sabía que sucedería tarde o temprano y, a pesar de todo, no soportó perderla a ella. Así, Sasuke pudo conseguir lo único que pedía en su vida: volver a ver a Sakura. Sin embargo, nadie imaginaría lo que sucedería una vez sus vidas...