Lograste hacer que alguien se enojara mucho.
—No estaba esperando a que dijeras que me amas, Sasuke —sus ojos jade reflejaban la luz de Selene, mientras su aliento se convertía en vapor—. Tampoco esperaba que me besaras en ese momento, o que me hicieras una promesa.
—Sakura...
—Lo único que quería, era mirarte —su mano, fría por el clima, salió del interior de la frazada, hasta alcanzar el rostro del moreno—, pero tu cabello —Sakura sonreía. Ella podía reír mientras sacudía el cabello de Sasuke—, tu endemoniado cabello no me dejaba mirarte bien.
—Yo...
—Después dije algo innecesario, porque quería darte fuerza —su mano se retiró entonces, volviendo al protector abrigo de la frazada—. Debí haber sabido que bastaba con repetirte cuánto te amo.
—Te amo.
Capítulo Dieciocho: Di que me amas
El día después de su llegada, Sasuke fue monopolizado por los intereses de su padre, a modo de que abandonaron a Sakura con Mikoto, en la casa. Por su parte, Sakura tuvo suficiente tiempo para convivir con la madre del moreno, ayudándole con la casa. Mikoto Uchiha le pidió que solo le acompañara durante la limpieza, para tener con quién charlar. Sin embargo, Sakura insistió en ayudarla y, juntas, comenzaron a disponer la decoración para la casa Uchiha. Según lo que había escuchado, la navidad no era de gran valor para esa familia, así que no les importaba mucho lo que ellos hicieran los días veinticuatro y veinticinco de diciembre. Debido a eso, los jóvenes habían acordado tener una fiesta esa noche, la que sería organizada por aquellos que habían llegado con anticipación: Sasuke y Sakura. El resto llegaría dos días antes, así que cada quien pondría de su parte para aquella fiesta. Por otra parte, Hinata—la única, además de Sakura, que no era originaria de ese pueblo— tenía parientes viviendo ahí, quienes prestarían su casa para la fiesta. Eran jóvenes y no habría problema con ello, pensaban. Sakura se sorprendió un poco al enterarse que se trataba de Neji Hyuga, quien había estado en sus pensamientos hace no mucho.
De esa forma, Sakura y Mikoto habían colocado algunos adornos, así como se habían abrigado bien para hacer un par de muñecos de nieve en la entrada, una sorpresa para los dos Uchiha que vendrían por la tarde. La pelirrosa demostró tener don de ama de casa, pues se le daba bien la limpieza y el orden, pero eso era un reflejo de la vida pasada, algo que la mujer admiró en silencio. Así, Sakura tuvo tiempo para ponerse al tanto sobre la historia de la familia—en esta vida— mientras tomaban té y veían fotografías. Sakura, que había conocido a Sasuke desde la infancia, no contuvo el sentimiento de nostalgia al ver unas imágenes de cuando él estaba en la primaria. Sin embargo, toda su atención se centró en las fotos de bebé del Uchiha donde, en la mayoría, aparecía Itachi cargándolo con mucha habilidad.
—Sasuke siempre tuvo apego con su hermano —le explicó la mujer, mientras se sentaba de nuevo, ofreciendo un plato con sándwiches a Sakura—. Su rivalidad se desarrolló mucho tiempo después, cuando Sasuke terminaba su educación elemental.
—Sin embargo, Sasuke no ha dejado de admirar a su hermano —agregó la pelirrosa, como acto reflejo, ganándose la atención de la amorosa madre.
—Así es —murmuró, orgullosa de ver que ella lo notara—. Los dos se parecen mucho a su padre, así que no hay forma de evitar que sean un poco fríos. No es fácil llegar a ellos, pero son hombres que aman mucho, con todas sus fuerzas. Cuando me enamoré de Fugaku y lo descubrí, quise ser su esposa lo más pronto posible. ¿Te imaginas, Sakura?
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Eternally
FanfictionEstaba preparado, sabía que sucedería tarde o temprano y, a pesar de todo, no soportó perderla a ella. Así, Sasuke pudo conseguir lo único que pedía en su vida: volver a ver a Sakura. Sin embargo, nadie imaginaría lo que sucedería una vez sus vidas...