No se rendía. Ella sabía que nunca debió haber abierto la boca, pues él no se rendiría jamás. Sin embargo, en un impulso antinatural de su persona, había terminado por decirle la verdad. Sakura, quien había estado ocultando todo ese tiempo el hecho de que le reconocía, estaba ahora ahí, en su habitación, no queriendo prepararse para ir al laboratorio. Tenía puesta una camisa del hospital en el que trabajaba su novio, con solo ropa interior debajo. Le había pedido a Kabuto que la trajera a casa, y no habían pasado la noche juntos. Es decir, ¿qué mujer—en su sano juicio— le daría una paliza así al que fue el amor de su vida y luego se iría a acostarse con otro? Sakura no era un monstruo. Ella tenía emociones, mismas que la tenían recluida en una habitación a las siete de la mañana del día domingo, un día antes del cumple años de Naruto Uzumaki. También conocía a Sasuke Uchiha lo suficiente para imaginar cuáles serían sus vías de acción, y la opción de que él se apareciera en la facultad de medicina tenía altas probabilidades, como la idea de que consiguiera su domicilio, o que la acosara el resto de su vida porque, ella lo sabía, él era un obstinado y nada lo detendría ahora. Por eso debían de ser tal para cual, ¿no?
Pero eso estaba en el pasado.
Se armó de valor para levantarse de la cama y no tener que seguir viendo a la desconocida del espejo. Se quitó la camisa en el camino, soltándola en cualquier parte de su transcurso, y abrió la llave de la regadera permitiendo que el agua saliera fría, hasta entibiarse. Volvió a encontrarse con esa mujer, más desnuda de lo que estaba antes, y estuvo cerca de gruñirle en un acto de rechazo a lo que su rostro reflejaba. Así que se cepilló los dientes, porque era mucho más fácil ignorar a la mujer con la que compartía el cuerpo cuando estaba haciendo algo, no importando lo simple de esa acción. Ella no sentía la necesidad de decir lo que le había pasado, la sorpresa de enterarse de que él estaba en la misma universidad. Sasuke no lo sabía y ella lo descubrió cuando lo despertó, algo que terminó siendo devastador. Si ella era su motivo, entonces ¿por qué? Se lo preguntó cuándo se percató de aquello. Ella lo había evitado, era cierto. Pero Sakura conocía a Itachi, estaban en la misma universidad. Tenían que haberse encontrado, tenía que haber escuchado de ella. Tenía que haberla recordado, ¿cierto?
Capítulo Nueve: Cuentos chinos para niños de Japón
Por supuesto que estaría ahí. Sakura ni siquiera tenía derecho a sorprenderse cuando veía a un pelinegro esperando en la entrada del edificio de investigaciones, de cuclillas, con gafas de sol estilo aviador y dos vasos desechables con café esperando en el suelo. Él andaba por ahí en un domingo a las ocho y treinta de la mañana, con jeans y zapatos deportivos, además de una hoodie negra sobre su camisa de la universidad. Decía "highway to laws", seguramente diseñada por algunos de sus compañeros de carrera. Algo en lo que Naruto debió haber influenciado, seguro. Claro, nada de eso la detuvo. Ella había decidido que se presentaría ese día, sí o sí. Sin embargo, venía sola. No le había dicho a Kabuto que la acompañara, ya que sabía que esto sucedería. En cualquier caso, llevaba protección con ella: un atuendo similar al de Sasuke, excepto por el hecho de que sus gafas eran de tipo retro y su hoodie era blanca, con el logo de la universidad, sobre una blusa gris que decía "go to hell". Posiblemente no lo habrían hecho tan bien si hubiesen acordado llevar ropa que hiciera juego, o que intentaran lanzar un mensaje. Bueno, Sakura sí lo hizo.
—Me habría gustado más con la letra original —comentó ella, con su mochila sobre la espalda y el cabello recogido en un moño alto. Desde esa distancia podía admirar la marca roja que atravesaba la boca del mayor, un poco amoratada—. Luces como si te hubieran dado una paliza.
—Lo hicieron —su interacción fue fría, pero él hizo una pausa para tomar uno de los cafés y extenderlo hacia la pelirrosa—. Pensé que te gustaría... un cappuccino con caramelo.
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Eternally
FanfictionEstaba preparado, sabía que sucedería tarde o temprano y, a pesar de todo, no soportó perderla a ella. Así, Sasuke pudo conseguir lo único que pedía en su vida: volver a ver a Sakura. Sin embargo, nadie imaginaría lo que sucedería una vez sus vidas...