beside you » ashton irwin

Capitulo 33

—Tranquilízate Brook, no le va a pasar nada.

—Michael, ambos sabemos que Ashton no es de quedarse con los brazos cruzados. —lo miré mal.— y Drew menos.

—Sinceramente a mi también me preocupa Ash. —admitió Luke.— llega a ser un poco agresivo en ese tipo de situaciones.

Calum suspiró e hizo una mueca.

—¿Hace cuanto tiempo se fue?

—Veinte minutos.

—Miren, el ambiente esta algo tenso y esto no es normal entre nosotros. —dijo Michael.— ¿por que no hacemos algo divertido que nos pueda distraer?

—Buena idea. —musitó Calum.— ¿pero que podemos hacer?

Michael tomó su computadora y tecleó algo.

—¿Vamos a ver porno? —bromeó Luke.

—No es mala idea. —rió Calum.

—Podemos practicar un par de posiciones. —Luke codeó a Calum y esté lo miró coqueto.

—Que idiotas. —reí.

—Hablemos de Luke.

—Tiene mejores piernas que yo. —murmuré.

—Claro que no, estamos casi igual.

—No es cierto. —lo miré.

—Luke es ochenta por ciento piernas y veinte por ciento cabello.

—¿Sabes de matemáticas Calum? —me burlé.

—Que no haya terminado la escuela no significa que no voy a saber matemáticas. —dijo indignado. Solté una risita mientras negaba con la cabeza, Calum me miró divertido y se acercó a mi.

—Ni se te ocurra tocarme. —lo apunté amenazadoramente.

—¿Si no que? —alzó las cejas en repetidas ocasiones.

—Te voy a golpear.

—Uh, eres mala. —fingió sorpresa.

—Cállate. —solté una risita.

—Callame, pero a besos. —me miró coqueto.

—Te voy a callar y no precisamente será a besos.

—Uh, bebé ¿Me vas a atar a mi cama y me vas a dar latigazos? —se acercó demasiado a mi y lo aparté.

—Te voy a dejar estéril. —lo miré seriamente.

Soltó una risita y volvió al sofá junto a Luke, que idiota.

*Narra Ashton*

—Irwin, que agradable sorpresa. —el muy idiota sonrió cínicamente.

—Lamentablemente no puedo decir lo mismo. —me crucé de brazos.

—Uy, tranquilo chico. —río.— ¿qué te trae por aquí?

—Deja de hacerte el idiota. —gruñí.— mira, deja en paz a Brooklyn de una vez por todas, ya te lo dije una vez, no me gusta repetir dos veces.

—Ella es la que me busca siempre. —se apoyó en el marco de la puerta y me miró con aire superior.

Vaya que odiaba a este chico

—Es ridículo que trates de perjudicarla a estas alturas, te odia, es imposible que te busque.

—No voy a dejarla en paz, no hasta que vuelva a ser mía.