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Capitulo 36

—¡Drew, sal ahora mismo! —grité desesperada.

Recién había llegado a casa, me había dado una ducha y al percatarme de que había olvidado mi ropa encima de mi cama salí del baño envuelta en una toalla azul que sólo cubría lo necesario. Al salir, encontré a Drew apoyado en la pared, jugando con mis bragas.

—No te alarmes, preciosa. —sonrió.

—Drew, por lo que más quieras, sal de aquí. —rogué.

—Siempre dije que el azul te sienta muy bien. —apuntó a la toalla que cubría mi cuerpo.

—¿Qué es lo que quieres?

—Esa pregunta es obvia. —me miró.— te quiero a ti.

—Imposible. —negué con la cabeza.

—Supongo que tu y tu novio ya tuvieron sexo, ¿o me equivoco? —me miró con una ceja alzada.

—Vete de aquí.

—¿Sigues siendo virgen? —se acercó a mi.

—Eso a ti no te importa. —retrocedí.

—Oh claro que si. —sonrió con malicia.— quisiera saber si seré brusco o amable contigo. —pasó su lengua por sus labios.

—Drew, déjame. Por favor. —mi espalda hizo contacto con la pared y el sonrió.

—Vas a ser mía, quieras o no. —besó mi cuello y traté de apartarme, pero el era más fuerte.— Tranquila, hoy no. —me dio un rápido beso en los labios y sonrió.— Cuídate Brooklyn. —me guiñó el ojo y salió de mi habitación, después de unos segundos se escuchó un portazo desde la planta baja, se había ido.

Me vestí rápidamente con mi suéter negro, pantalones negros y vans negras. Bajé rápidamente las escaleras mientras escribía un mensaje en mi celular.

"Ash, ¿puedo ir a tu casa?"

"Claro, ¿pasó algo?"

"Si."

No esperé a que respondiera, tomé las llaves de mi auto y salí de casa no sin antes cerrar todo. Me monté en el auto con un hábil movimiento y en menos de cinco minutos ya estaba tocando la puerta de los chicos.

—Mierda Brooklyn, ¿qué sucedió? —me miró Ash preocupado, me tomó de la mano y entramos a casa.

—Drew, entró a mi casa. —por más que lo intenté, no pude evitar soltar un sollozo.— salí de la ducha y el estaba en mi habitación, afortunadamente yo tenía una toalla puesta, pero mierda Ash.

—¿Te hizo a...? —se calló, llevó un dedo a mi cuello y sentí una pequeña pulsada de dolor.

Una marca. Me había dejado una puta marca.

—¿No te hizo nada más? —tomó mi rostro entre sus manos y me miró a los ojos.

—No, sólo me besó. —una lágrima cayó por mi mejilla y el la limpió con su pulgar.

—No puedo dejar que estés sola en tu casa con el por ahí. —me abrazó.— desde ahora en adelante vas a estar aquí.

—Ash, no quisiera causar molestias. —lo miré a los ojos.

—No eres ninguna molestia y lo sabes perfectamente. —me dio un beso en la frente.

—Gracias Ash. —lo abracé.

—No hay nada que agradecer linda. Voy a salir, tengo que hablar con Drew.

Pensé en oponerme pero por más que lo hiciera sabía que Ashton no iba a cambiar de opinión. Subió las escaleras y a los minutos bajó con una sudadera negra puesta y sus cosas en la mano.

—Cuídate mucho. —le di un beso.

—Lo haré, vuelvo en un rato. —sonrió.

Abrió la puerta pero antes de que saliera lo tomé de la mano.

—Te amo.

—Yo también te amo linda. —me dio otro beso y salió de casa.

—Hola Brook, pensé que ya te habías ido. —saludó Calum bajando las escaleras.

—Uhm, ya me había ido. —suspiré.

—¿Estas bien? —preguntó dándome un abrazo.

—No lo se.

—¿Es Drew, cierto? —asentí con la cabeza y se tensó.— Juro que la próxima vez que lo vea le voy a dar una paliza que jamás va a olvidar. Ven, necesitas distraerte.

Nos sentamos en el sofá juntos y vimos televisión, después de un rato me dio sueño y me despedí de el, subí a la habitación de Ash y me recosté en la cama, quedándome profundamente dormida.

*Narra Ashton*

Llegué a casa después de casi dos horas. No había encontrado al chico en ningún lado, no estaba en su casa ni en los bares en los que solía ir. Por primera vez lamentaba vivir en una ciudad tan grande. Calum estaba en la sala viendo televisión y lo saludé con un movimiento de cabeza.

—¿Dónde esta Brook?

—En tu habitación, se fue a dormir hace como una hora.

—Gracias.

Subí las escaleras y entré a mi habitación, y ahí estaba. Se veía adorable, me encantaba verla dormir -tampoco crean que soy un acosador o algo por el estilo- me gustaba esa paz que transmitía.

Entré al baño y me di la segunda ducha del día, era raro pero me gustaba pensar y analizar las cosas mientras me duchaba. Salí después de unos minutos con sólo unos shorts negros, a pesar del frío me gustaba dormir con la menor ropa posible y bueno, mi primera opción era dormir en bóxers pero no quería incomodar a Brook.

—¿Ash, eres tu? —murmuró adormilada.

—Si. —sacudí mi cabello y me acosté a su lado.

—¿Estas bien? —sonreí.

—Si, te cuento mañana. —me estaba dando la espalda así que me levanté un poco para darle un beso en la mejilla y la abracé por la cintura; apegandola más a mi.

—Me haces feliz.

Me quedé mirándola por unos segundos sin decir nada, ella solía decirme cosas lindas pero nada como eso, me sorprendió mucho. Sabía que ella tenía muchos problemas y que probablemente yo era la única persona que estaría ahí para ella cuando lo necesitara así que me sentí feliz, por significar tanto para ella. Se sentía bien ser querido de esa manera.

—Tu también me haces feliz. —murmuré en su oído.

**********

*Narra Brooklyn*

Cerré mi casillero y caminé hasta Travis que me miraba con una sonrisa.

—Buenos días. —sonreí.

—Vienes contenta, ¿que ocultas?

—Nada. —reí.— Sólo estoy feliz.

—Es que es raro verte feliz en las mañanas.

—No te acostumbres. —bromeé.

—Hola Brooky, hola Travis. —saludó Madeline parándose enfrente de nosotros.

—Hola. —la miré con una mueca.

—Brooklyn, la fiesta será en dos días y no nos has dado tu respuesta. —hizo un puchero.— ¿Irás?

—No lo se.

—Brook, por favor. —me abrazó y me quede paralizada.— En verdad queremos hacer algo bien y pedirte disculpas por todo lo que te hemos hecho.

—¿Si acepto me dejarán en paz? —levanté una ceja.

—Pues Rose y yo queremos ser tus amigas por más tiempo pero con tal de que vallas, está bien. —sonrió.

—Esta bien, iré. —chilló de la felicidad y me volvió a abrazar para después irse dando saltitos.

No debiste de haber aceptado.