「001」

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—¡Enana! —llamó desde la puerta

—Te veo después —me despedí, caminando para la salida.

Comencé a dar pasos más ligeros hasta correr donde mi mejor amigo se encontraba.

—¡Kook!

—Vamos —asentí y salimos del Instituto.

Estaba disfrutando de la brisa que golpeaba mi rostro, sin brusquedad alguna; sujetando las correas de mi mochila, caminaba tranquilamente junto a mi mejor amigo. Un silencio nos acompañaba, pero era de esos en los que te sientes a gusto.

—¡Oh no! —exclamó de repente y paró en seco.

Lo volteé a ver y fruncí el ceño. Estaba totalmente congelado viendo a una dirección justo adelante de nosotros, ví hacia esa dirección y todo tomó sentido.

—Cobarde —espeté y seguí caminando

—______ espera, no te vayas —suplicó en un susurro.

— Cobarde —repetí mientras caminaba lo más lento marcando cada paso. No iba a dejarlo, pero tampoco iba a seguir escondiéndolo, tenía que afrontar las cosas como el chico fuerte que es.

—Te compraré gomitas...—me iba adetener, pero no, no me iba a dejar chantajear— Te compraré las que quieras —bueno, unas no hacen daño.

—¿Las que quiera? —pregunté detendiendome, giré mi cabeza a él y enarqué una ceja esperando su respuesta.

—Sí, todas —sonrió. Conozco esa sonrisa.

—No te creo —aseguré y seguí caminando.

Miré de reojo y noté que el cobarde de Jungkook venía detrás de mí, escondiéndose. Y así lo hace cada vez que ve a esa chica; sólo respiro lo más profundo y trato de comprender el acto tan cobrade que hace ¡como siempre!

—Ya se fue —avisé.

El amor platónico de Jungkook desapareció. Vaya esa chica si que es rápida, por algo algunas personas la nombran como la sombra.

A veces la ves pero de un movimiento tan repentino desaparece.

—¿Segura?

—Sí —repliqué y rodé los ojos.

Jungkook salió de su escondite, el cual soy yo y se posicionó a mi lado caminando al mismo ritmo. Durante unos minutos ibamod bien, como desde un principio y de la nada una pelirroja obstruyó nuestro camino.

— _______, Jungkook —los dos posicionamos la vista en la chica y por inercia ví a Jungkook con rápidez y parece ver al mismo diablo.

—¡Suni! —exclamé con un tono sorpresivo. Se supone que ella se había ido. "Había"

—Hola —sonrió y sus ojos se clavaron en Jungkook.

Okey, aclaremos algo.

Jungkook no es para nada feo, digo, cualquiera caería en sus "encantos". Es más, hay varias chicas del instituto que lo siguen de un lado a otro pero el las rechaza, por Suni. ¿Porqué ella se hace de rogar? Oh, cierto, lo recordé, Jungkook nunca ha hecho nada, retiro lo dicho.

—Su..suni Ho..hola —tartamudeó provocando una risilla en mí.

—¿Me prestas tus aputes de la clase de Mate? —su voz era tan, tan aguda, pero de esas que sólo usan por interés.

Le dí un codazo "discreto" ya que el tarado estaba en un tipo de transce y no respondía.

—Ah ¿es a mí? —Me guardaré mi respuesta a esa pregunta. Las dos veíamos a Jungkook esparando a que respondiera, de una manera menos ¿estúpida?— Ah, sí sí.

Torpemente sacó una libreta de su mochila y se la entregó.

—Gracias —sonrió de oreja a oreja— Te las entrego mañana —La chica desapareció en un segundo.

Giré a mi costado y como lo imaginé, un Jungkook pálido y nervioso, demasiado nervioso. Solté la carcajada que me estaba aguantando. Jungkook posó su mirada en mí, observandome con un toque de enojo y vergüenza a la vez.

—Debiste ver tu cara —me sujeté el estómago a causa de  las carcajadas.

—Dijiste que se había ido, y no fue así —dijo en un todo molesto— ahora las pagarás.

—Ajá, ¿que harás? —lo desafié.

—Tres segundos, uno... Dos... —estaba enfureciendo, son pocas las veces que se a enojado de esa manera y eso me causa terror. ¿Jungkook enojado? No es raro— ¡Tres!, corre —ordenó.

Salí corriendo, su tonito no era para nada amable y como dije antes me causó terror.

—Jung... Kook, para —jadeaba del cansancio. A lo lejos divisé mi casa entonces corrí más rápido.

—Ven aquí ______.

Estaba llegando y ¡Gracias a Dios! La abuela abrió la puerta y aproveché para entrar.

—Cuidado se van a caer —la abuela cerró la puerta mientras observaba como Jungkook me seguía en toda la casa.

Caí sobre el sofá rendida en forma de estrella. Jungkook cayó a mi lado de la misma manera. 

—Ese olor —comencé a olfatear haciendo un notable movimiento de arriba hacia abajo con mi nariz.

—¡Galletas! —exclamamos al unisono con Jugkook.

Me levanté de golpe y corrí a la cocina, encontrandome con una bandeja llena de galletas de chocolate y otras con chispas de chocolate, mis ojos apuesto que brillaban por ver esas deliciosas galletas, sólo faltaba su toque, helado.

—No —la abuela golpeó mi mano cuando intenté tomar una.

—Pero abuela —me quejé.

—Son para tu hermano

—¿¡Qué dijiste!? —veía perpleja a la abuela y en ese momento Jungkook entró a la cocina.

–Sí, para Yoongi, su vuelo no tardará en llegar —replicó la anciana mientras sacaba un tazón de helado.

¿Es una broma?

—¿Yoongi vendrá? —la abuela esta vez golpeó la mano de Jungkook por hacer el mismo intento.

—¡No dije!

¿Qué es el amor? ⟳ ᴊᴇᴏɴ ᴊᴜɴɢᴋᴏᴏᴋDonde viven las historias. Descúbrelo ahora