¿Qué es el amor? ⟳ ᴊᴇᴏɴ ᴊᴜɴɢᴋᴏᴏᴋ

「024」

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—Siento... ¡Llevarte al parque de diversiones! —de seriedad pasó a celebración. ¡Dios! Por poco me daba un ataque por tanto misterio.

Se puso a bailar como un loco y pienso que si sigue bailando de esa manera ningún taxi querrá llevarnos.

—¿Qué parte de NO TRAVESURAS entendiste? La abuela nos regaña—

—La abuela nos está esperando, y no debemos tardar. Ya sabes como se pone —me asombra lo que dice. ¿Ahora era la abuelita ilegal? No me convence, ¿qué clase de trampa se trata?

[...]

—¡Mi niña! —la abuela practicamente corrió a nosotros cuando nos vio entrar al parque de diversiones. Al parecer, no se trataba de ninguna trampa así que, tenía que aprovechar esto.

—Ya que estamos aquí ¿qué estamos esperando? ¿Vamos? —mis ganas de estar en un juego eran inmensas, avancé, pero era la única, no había movimiento en ambos y me extrañó por lo que me detuve.

—Sólo falta alguien —mencionó mi abuelita— ¡Oh, ahí viene! —ambos miraron a la entrada nuevamente. Volteé y mis ojos dieron un resplandor al ver a Jungkook pasar por esa pequeña puerta para peatones.

—¡Ahora si vamos porque la entrada a los juegos no son fáciles! —exclamó Yoongi sacándome de ese corto transce. Mi hermano tenía razón, para entrar a un juego teníamos que esperar como media hora, o más. Dependía de la fila.

Mientras Jungkook caminaba y conversaba junto a mi abuela adelante de nosotros, aproveché para aclarar toda duda.

—¿Qué hace Jungkook acá? —susurré al lado de Yoongi. Sus brazos cruzados se pusieron firmes, y con codicia me sonrió de lado.

—Aprovecha, hermanita —y fue la única respuesta que me dió antes de dejarme sola y unirse a los de adelante. No me decía nada, pero de todas formas, este día de diversión no me lo arruinaría nada.

—Miren, los carritos chocones —señalé el área de el juego. Se veía, divertido y me emocionaba uuun poco. Corrí a la barandilla que rodeba el juego y me pegué en ella, observando como los demás estaban dentro.

—Por suerte no tendremos que hacer fila —habló Jungkook, quien ya estaba a mi lado. Le dí una breve mirada y le sonreí.

Cuando el juego se detuvo corrí a la entrada de el juego y así ser la primera en poder en escoger en cuanto salgan los antiguos pasajeros.

—Señorita —el joven encargado de esta área me dio el paso. No lo pensé y me apresuré en subirme a uno que ya tenía en vista. Un carrito color negro. Yoongi me odiara por esto.

—Yo pido el rojo —el pelinegro se subió a su elegido carrito. Yoongi tomó el amarillo. No le quedaba de otra, el único carrito negro, yo lo tenía. Extrañamente no me reclamó por ello, ya me hubiera sacado a patadas.

—¿No subes abuela? —ella negó desde afuera. Era obvio que no. Solo se dedicó a observarnos y a otros más que se hayaban en el juego. El joven pasó revisando los cinturones de seguridad y se volvió a su puesto.

—¿Listos? —moría de ansias al escuchar esa pregunta. Y por fin llegó el momento donde se siente la fricción en el lugar y me da indicios de que puedo comenzar a dar chocones.

—Sin brusque...—se cortaron las palabras de Yoongi cuando le golpeé fuerte su carro. Esto me encanta. Choqué unas veces más y escapé.

Personas desconocidas se chocaban entre ellos, incluyendome.