Epílogo

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—¡Oye! —exclamé. Su sonrisa me trajo calma en seguida.

Otro dedo fue introducido en el recipiente de chocolate, creí que iba a lamerlo como el anterior pero esta vez lo restregó sobre mis labios manchándolos.

—¿Qué ha...—se acercó y me besó, lo suficiente para quitar el chocolate y callarme a la vez. Se separó, abriendo sus ojitos y sonrió.

Aquella dulce y sincera sonrisa de Jungkook.

—Me gusta —admitió con tono orgulloso. Bajé la vista. Mis mejillas ardían y Jungkook cargaba con la culpa a ello. Por más que pasara el tiempo, no soportaba verlo por más de dos segundos a los ojos sin sonrojarme.— Si la abuela escucha esto va a matarme, pero tus galletas me encantan más.

—¡Oh, abuela! —Kook volteó su rostro asustado para confirmar mi comentario. Yo reí al verlo tan atemorizado. De todo los cambios que han habido, el miedo a la abuela nunca iba a irse.

Sabía que iba a reclamarme así que cuando giró maché sus labios con chocolate. Y copiándole la estrategia lo besé para quitar el dulce chocolate y callar aquello que iba a decir.

—Sinceramente, sabe mejor en las galletas. —admití al separarme, frunciendo los labios hacia un lado. Alcé los ojos y reí cuando su ceño se frunció.

—Yo soy una galleta, y muy deli... —metí un poco de mezla en su boca.

—Más cuidado con lo que dices.

Jungkook sonrió, masticando la dulce mezcla. Luego de tragarsela rodeó el desayunador hasta que su cuerpo estuvo detras del mío, con sus brazos rodeó mi cintura y luego dejó caer su mandíbula en mi hombro. Estaba entrenida mezclando el chocolate con cocoa, sin embargo, estaba al tanto de su respiración cerca de mi oído, tan tranquila, pacífica. Adoraba el leve cosquilleo que me traía.

Ambos nos callamos y nos quedamos por un momento en la misma posición. Hasta que yo sonreí, recordando que tan solo un año y medio atrás Jungkook era el tonto con el que molestaba, con el que iba a estudiar todos los días sobre su espalda. Al que solía molestar después de una larga mañana de estudio. Cantando en las mañanitas que era el mejor, que por cierto, dentro de poco volveremos a clases y haré que su espalda duela más que nunca.

—¿En qué piensas, enana? —indagó de repente.

—En que la abuela me regañará por no ponerle suficiente chocolate a las galletas —su cabeza se alejó al igual que su cuerpo. Unos segundos después me giró con esa misma velocidad en la que yo me enamoraba más por él.

Su ceño estaba tiernamente fruncido, con un jodido pucherito en los labios que lo hacía ver tan infantil e inmaduro, pero era Jungkook, bastaba que fuera él para convertirme en una irracional y pensar que ese comportamiento era demasiado lindo para este mundo.

—Tú eres tú, la abuela es la abuela, no quedarán igual, además... —su rostro se acercó y sonrió cómplice del secreto que iba a revelarme— las tuyas salen mejor, no por nada eres mi novia.

Sonreí. Joooooodeeeeeer.

Su novia.

¡Su novia!

Sí, yo lo era. Y podría repertirlo en mi mente todo el tiempo sin aburrirme, incluso le pediría que lo me lo dijera por cada segundo. Porque, oficialmente soy la novia del galletito, de la persona más hermosa del planeta. Y dios, quien diría que cuando se trataría de él, mis pensamientos y boca no iba a tener un límite.

—¿No lo dices porque quieres una extra, cierto? —bromeé, con la mirada escéptica y él se echó a reír. A causa de ello mis oídos automáticamente captaron ese sonido para almacenarlo en lo más preciado de mi cabeza, y mi corazón.

¿Qué es el amor? ⟳ ᴊᴇᴏɴ ᴊᴜɴɢᴋᴏᴏᴋDonde viven las historias. Descúbrelo ahora