El Secuestro. (+18)

CAPÍTULO 17.

MAIKA.

Zack literalmente me lanza dentro de la habitación una vez que atravesamos la puerta y yo tengo que mantener el equilibrio para no caerme de cara hacia el suelo. Respiro hondo y aprovecho para alejarme de él todo lo posible. Aunque es en vano. Él recorre los pasos que acabo de alejarme y llega hasta mí para sujetar mi cuello con fuerza y acercar mi rostro hacia el suyo. Su mirada furiosa me perfora y me paraliza completamente.

Así mismo, el terror me invade de nuevo.

― No sé a qué juego estás jugando, pero no voy a permitir que te metas con mis hermanos, ¿me entiendes?―Me espeta él con brusquedad y yo simplemente pienso en el hecho de que él no debería preocuparse por eso, yo sólo quiero ser libre, y aunque esos niños no tienen la culpa de nada, no quiero tener nada que ver con ellos si este hombre va a estar saltando sobre mí cada vez que sea amable con ellos.

― Yo no estoy jugando nada, sólo estaba siendo amable porque...

― ¡Me importa una mierda! ¡Te quiero lejos de mis hermanos! Y hoy,  cuando vayamos de compras, no quiero que te acerques o les hables; tampoco quiero que te alejes de mí y que te mantengas callada si alguien se dirige a ti, ¿me oyes?―Cuestiona y yo asiento.

― Sí, entiendo.

― Bueno ―Resopla y se pasa las manos por el pelo― Puedes empezar a ducharte y arreglarte para salir, usa algo de mi ropa que sea decente... Iré a ver a mis hermanos, baja cuando estés lista...―Él empieza a darse la vuelta, pero al parecer recuerda algo, porque regresa y me agarra la mandíbula para mirarme a los ojos fijamente. ― Y más te vale que no intentes algo tan estúpido como escapar, sabes que puedo alcanzarte y que cuando lo haga, las consecuencias serán nefastas para ti ―Advierte con esa voz siniestra que estoy empezando a considerar como un sonido terrorífico que se quedará grabado en mi mente para siempre. ― No me hagas encerrarte de nuevo, esta vez nadie va a poder salvarte de mí. No podrá hacerlo Shawn. Y mucho menos la presencia de mis hermanos podrá evitar que mi furia te alcance y te destruya ―Y con la amenaza flotando en el aire,  desaparece finalmente por la puerta.

Respiro hondo y agarro mi pecho con fuerza, ahí donde mi corazón quiere salirse de mi cuerpo. ¿Qué sucede con él? ¿Por qué razón es de esta forma conmigo? ¿Qué fue lo que le hizo mi padre que tiene la urgencia de cobrar venganza conmigo? ¿Por qué debo aguantarme todas sus humillaciones y agresiones? ¿No le ha bastado con todo lo que me ha hecho hasta ahora y con toda la información que le di acerca de mi padre? ¿En realidad debo esperar a que finalmente me asesine?

Hemos regresado al punto de partida.

En realidad nada ha cambiado. Él sigue siendo el mismo hombre vil, tirano y despiadado, y yo sigo siendo aquella mujer que es la diana perfecta para sus atrocidades. ¿Es este mi destino? ¿Morir en manos de un hombre salvaje, cruel y abusivo? No creo poder soportar ni una más de sus ofensas, porque en última instancia, no va a quedar nada de mí que él pueda romper. Me está destruyendo lentamente y de la forma más terrible jamás vista.

La combinación de sus agresiones verbales y de su forma brutal de usar mi cuerpo están cobrando factura y ya no soy la misma de antes. Han pasado, ¿qué? ¿Unos cuantos días?, y yo estoy pálida, delgada y demacrada. Tengo círculos negros profundos bajo los ojos y miles de arañazos y moretones por todo el cuerpo, sin mencionar a mi pobre entrepierna.

¿En realidad voy a tener que acabar con mi vida para no seguir aguantando esto? Viendo las cosas como están y dándome cuenta de que Zack no piensa cambiar su actitud en un futuro próximo, tengo que pensar seriamente en la mejor solución para mi situación. Juré que no me convertiría en una prisionera ni loca, y a pesar de que esa promesa ya no es tan intensa en estos momentos, sé que debo hacer algo.