CAPÍTULO 18.

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SIGMUND.

Ya no puedo soportarlo más.

¿Qué le pasa a ese hombre? ¿Por qué se empeña tanto en hacerla sufrir tan despiadadamente? He dejado a Maggie en la habitación con los audífonos nuevos que obtuvo hoy de ese maldito como regalo para que no pudiera oír los gritos desgarradores de Maika. ¿Y por qué los demás no hacen nada por evitarlo? Sé que sus gritos se pueden oír por toda la casa. No puedo imaginar cómo una persona puede obsesionarse tanto con algo, que es capaz de cometer locuras y hacer daño a otra persona como si de ello dependiera su vida. ¿Por qué Zack no simplemente pone un balazo en la puta cabeza del maldito Chuck y se libra de todo esto?

Shawn me contó que así es como se llama el tipo que asesinó a nuestros padres y dijo también que Zack era una buena persona, y si eso es cierto, se arrepentirá de esto más adelante, pero será demasiado tarde. Ya no quedará nada de Maika que pueda perdonarlo. Él lo está destruyendo todo con su actitud rebuscada de secuestrador. Y ya puestos, ¿a quién demonios piensa engañar con eso? A mí no me engaña, de secuestrador no tiene nada, y todos lo sabemos.

Por eso es que no puedo entender cómo es que le hace esto a Maika.

Y debo detenerlo.

Por su bien y por el de ella.

Maniobrando mi fiel navaja suiza en la cerradura, logro abrir la puerta y entrar a la endemoniada habitación. De inmediato, mi corazón se paraliza al ver el reguero espantoso de sangre por el suelo y vidrios rotos en la entrada del baño. ¿Pero qué demonios has hecho Zack? ¿Ya te has convertido en asesino y no he podido evitarlo? Asustado, corro hacia el baño y veo un desastre sangriento en el suelo blanco, no encontrando el bello cuerpo de Maika por ningún lugar. ¿Dónde está?

― ¡Maika!

La voz de Zack me llega de un lugar cercano y el tono desesperado en su voz me dice que eso del arrepentimiento ya está comenzando y que eso de la destrucción de Maika ya ha finalizado. Con el corazón en la garganta, salgo del cuarto de baño y sigo el rastro de sangre que hay en el suelo y que me conduce hacia el balcón. Veo un computador portátil y unos papeles regados en el suelo, sobre más sangre, y parece como si alguien los hubiera tirado al suelo de cualquier manera. Veo entonces hacia el balcón y la visión me paraliza.

Maika, desnuda, con un vidrio roto en la mano y sangrando, parada sobre un escritorio al borde de un balcón, mirando hacia abajo, a punto de saltar y acabar con su vida. ¿Tan terrible es lo que le ha hecho Zack para que piense seriamente en quitarse la vida? Miro a ese hombre con todo el desprecio del que soy capaz y me lanzo hacia él.

― ¡Maika! ―Grito y mi voz corta el aire como si fuera una luz en la oscuridad para este par de almas perdidas que buscan el consuelo y el amor de una manera equivocada. ― Todo está bien, baja de allí...―Apunto mi navaja en el cuello de Zack, justo sobre su yugular, apretando, y tomando su cabello en un puño para levantarle la cabeza de donde estaba arrodillado en el suelo, tal vez desolado al ver que la mujer que llegó a amar sin saberlo, iba a morir.

Y sí, sé que la ama.

Él no lo sabe, pero el hecho de que no quiera que muera debe significar algo.

Y ya puestos, me sorprende que se deje manipular por mí tan fácilmente.

― Sigmund...―La voz de Maika es un sonido tan bajo que casi no logro oírla, se oye tan vacía, tan destruida, tan cansada...

― Sí, soy yo... Baja de ahí, por favor... ―Le digo y trato de ignorar su desnudez, la cual a mis ojos es hermosa si ignoramos los rasguños, los moretones y los cortes sangrantes. Veo que se ha cortado la muñeca y que terminará desangrándose si no la llevamos al hospital o si no hacemos algo por cubrir su herida. ― Suelta el vidrio...―Digo, pero ella sacude su cabeza, suelta más lágrimas y pasa el vidrio por su otra muñeca, cortando profundamente, ocasionando que más sangre emane de su herida.

― Lo siento, Sigmund, no puedo vivir con esto... Duele tanto...―Su voz temblorosa muere rápidamente, cuando cae de rodillas al suelo y mira fijamente a Zack. ― ¿Estás feliz porque finalmente voy a morir?―Le pregunta sin emoción y sé que no será necesario darle un sermón a Zack.

Ver eso debe ser suficiente castigo para él.

Mirándolos ahora, sólo espero, que las cosas mejoren para ellos.

Es mi mayor deseo ahora mismo.

Y no me malinterpreten, amo a mi hermano. Estoy realmente agradecido de que él nos haya traído a Maika y a mí de ese orfanato de mierda en el que estábamos, pero cuando vi que él tenía a esta bella mujer detenida en esta casa en contra de su voluntad, decidí que debía ayudarlos y tratar de evitar que Zack continuara con esto. ¿Qué es peor que tu propia familia te odie? Quise hacerle entender a Zack que lo odiaba desde el principio como un método para evitar que le siga haciendo daño a la chica. Pero veo que Zack es tan voluble como yo y que se ha tomado las cosas a mal.

Piensa que lo odio y cree que es culpa de Maika.

Qué equivocado estás, hermano.

Ya veo que debo cambiar mi método de persuasión.

El Secuestro. (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora