MAIKA.
Miro a ese hombre roto.
Y sé que me he enamorado de él.
Pero no puedo dejarle las cosas fáciles.
Observo atentamente sus ojos a medida que se cierran y cómo su respiración pronto se vuelve más tranquila y suave. Se ha quedado dormido. Debe haber estado cansado. ¿Hace cuánto tiempo no habrá dormido como es debido? Acaricio su bello rostro pacífico y me doy cuenta que es la primera vez que lo veo indefenso y a merced de cualquiera, sin esa constante mirada de enojo y crueldad o sin esa postura intimidante y ruda. Es refrescante, pero también inquietante verlo así, creo que una parte de mí aún no cree toda esta situación y medio espera que él salte sobre mí directo a mi yugular.
No puedo evitar deshacerme del temor.
No aún.
Así que huyo antes de que algo más raro pase.
Me levanto de la cama, con mucho cuidado para no despertarlo, y salgo rápidamente de su habitación. Respiro hondo y me dirijo de inmediato a mi habitación para serenarme. Aunque me sorprende encontrarme a Sigmund y Maggie esperando por mí allí. Aún es temprano y ni siquiera es hora de la cena así que entiendo que los niños estén ansiosos por mí, después de todo, estos dos meses han estado conmigo en ausencia de Zack y han tenido que encontrar apoyo en mí. No me quejo.
Adoro a esos niños.
Entonces recuerdo lo que me acaba de revelar Zack...
¿De verdad estoy embarazada?
Recuerdo entonces esas mañanas en las que despierto con unas ganas tremendas de vomitar o esas madrugadas en las que tengo que levantarme y bajar a la cocina en busca de pepinillos con azúcar, chocolate caliente con espárragos o leche fría con torta de verduras. Y eso confirma las sospechas. Si... Es cierto. Una sonrisa suave se instala en mis labios, recordando todas esas veces en las que quise quedar embarazada con Dustin sin éxito.
Entonces recuerdo a Dustin y nuestra boda que debería haber sido dentro de quince días.
Me estremezco.
Gracias al cielo no tengo que hacer eso...
― ¿Maika? ¿Te encuentras bien?―La dulce y pequeña voz de Maggie a mi lado me hace salir de golpe de mis pensamientos, y doy un respingo al sentir su mano en la mía. Ella me mira extrañada.
― Sí, sí... Estoy bien, bien... ―Frunzo el ceño y miro a ambos niños. ― Acabo de enterarme de algp realmente loco ―Les digo y voy a sentarme junto a ellos sobre la que ha sido mi nueva cama estos últimos dos meses.
― ¿De qué se trata?―Pregunta Sigmund con seriedad y me pregunto si para el chico será difícil sonreír o poner una expresión diferente a la de alguien calculador y astuto, pero me parece que ya es duro para él.
― Estoy embarazada ―Suelto, admitiéndolo en voz alta finalmente. Se hace el silencio. Los niños me miran con ojos como platos y la boca abierta y no puedo evitar reír.
― ¡¿En serio?! ¡¿Voy a tener un sobrinito?! ―Chilla de inmediato la niña y ya me imaginaba yo quién iba a gritar tanto. Asiento con efusividad, llevando mis manos a mi vientre plano.
― Yo ya lo sabía ―Suelta Sigmund y lo miro.
Eso sí no lo esperaba.
― ¿Cómo lo sabías?―Cuestiono― ¿Shawn te lo dijo?
Él niega.
― Todas esas madrugadas viéndote consumir asquerosidades no me lo dijeron ―Dice el niño y yo alucino. Este niño es increíble.
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El Secuestro. (+18)
AcakÉl tiene un enemigo. Su enemigo tiene una hija. Y él quiere a esa chica para cobrar su venganza. Una venganza por su vida robada. Presa en un mundo donde las drogas, la prostitución y las pandillas son comunes para ella, esta chica debe enfrentarse...