*Por aquí os dejo al guapo de Kyle. Que se que os gusta. Lo seee ;)*
Al despertar, noto que algo me envuelve, casi asfixiándome de calor. Un momento más tarde, me doy cuenta de que son los brazos de Héctor, que sigue dormido, y me sobresalto. ¿Pasó algo anoche? ¿Qué hice? pero no, por suerte, no hice nada. O por desgracia.
Agito la cabeza. Ya no estoy segura de lo que quiero con Héctor. Quiero decir, ¡Le conozco de una semana!
-"Pero te gusta"- Una estúpida voz en mi cabeza salta. Sí, me gusta, pero apenas le conozco.
-"¿Y eso que más da? te gusta"- La puñetera voz no se va. Me levanto con cuidado de no despertarlo, y me pongo en pie. A esta hora, solo están despiertos algunos mañaneros. Creo que haré caso a Izzy e iré a entrenar.
Al ir a bajar, me paro a mirar a Héctor. Con una sonrisita en la cara, me alboroto el pelo y me voy.
-"Te gusta"- La voz vuelve a oirse, y ya me está cansando.- "Y lo sabes, pero no le dirás nada porque 'no le conoces'."
-Callate ya, estúpida voz interior.- Refunfuño para mí, pero en el fondo, sé que tiene razón.
Me visto y salgo con paso rápido hacia el campo de entrenamiento. Necesito sacudirme del pensamiento a Héctor. Necesito centrarme.
Estoy realizando una finta compleja, cuando oigo gritos por todas partes. Intento seguir centrada, pero todo se va al traste cuando Bianca aparece corriendo hacia mí como alma que lleva el diablo. Irónico, puesto que su padre es el Dios de los muertos.
Sonriendo por la ironía, me giro.
-Bianca, ¿A qué viene tanto grito?
-¿No te has enterado? ¡Corre, sígueme!- Bianca me agarra de la manga y tira de mí para que corra.
-Pero, ¡BIANCA! ¿QUÉ HA PASADO?
-¡KYLE HA VUELTO DE SU MISIÓN! CORRE.
Al oir eso, corro más deprisa. Mientras sigo a Bianca hacia la Casa grande, me maldigo interiormente por no poder ir a cambiarme de ropa o por lo menos ducharme.
Miro mi ropa, y me doy cuenta de que llevo shorts de deporte, un simple top deportivo con una camiseta holgada, y las botas militares. Vamos, estupenda para conocer a mi hermano. Pongo los ojos en blanco, resoplo y sigo corriendo.
Al llegar, hay un corro amplio de Semidioses, pero Bianca consigue hacerse hueco.
-¡ABRID PASO MESTIZOS! ¡TRAIGO A LA HERMANA, ASÍ QUE APARTAOS!-Caramba con Bianca, menudos codazos pega. Nota: nunca ponerse a tiro de los codos de Bianca.
Riendo por ese pensamiento, llegamos jadeando al centro del círculo, donde hay tres semidioses. Uno de ellos parece ser hijo de Hermes, porque tiene a media cabaña alrededor, y por sus rasgos. La otra, es de pelo de colores, así que supongo que será hija de Hécate.
Y por fin, veo a un joven, para que mentir, guapísimo, de pelo negro y ojos verdes, como los míos. Me lo quedo mirando mientras Bianca le abraza con alegría, y se vuelve hacia mí.
-Kyle, esta es tu hermana, Ella. Llegó la semana pasada.- Kyle me mira curioso, y veo que sonríe amistoso.
-Hola Ella, dime, ¿Porqué tienes el pelo azul?- No puedo evitar reírme.
-Es un regalo de Padre.
-No. Dime que no es verdad.- Kyle abre mucho los ojos y me mira asombrado.
-Es cierto. Yo lo vi.- Bianca interviene.
-Qué suerte. Al principio pensé que eras hija de Hécate. Bienvenida, hermanita. ¡No sabes cuanto me alegro de que hayas llegado!- Me abraza con fuerza, mientras yo trato de respirar.
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Hijas de Dioses: La maldición de Heracles
FantasyA Ella siempre le ha faltado algo en su vida. Un padre. Pero, al descubrir quién es, se ve obligada a irse a un nuevo lugar, donde una maldición la perseguirá y se verá obligada a luchar o morir. Entrenada desde la infancia, tendrá que tomar decisio...