-¿ALGÚN PLAN?- Grita Kyle por encima del estruendo que inunda el claro.
-¡Si! ¡VAMOS A HACER PAPILLA A ESE BICHO!- Devuelve el grito Román haciendo girar la espada en su mano.
Juntos, espalda contra espalda, esperan. La criatura se detiene, soltando volutas de humo por los orificios nasales. Un olor fétido alcanza a los dos chicos, que hacen muecas de asco, y contienen a duras penas las arcadas.
-¡Por los dioses! ¿Es que los monstruos no saben la existencia de los cepillos de dientes?- Gime Kyle medio ahogado, tratando de no respirar.
-¿Crees que si le tiramos fuego prenderá?- Responde Román con una sonrisita rápidamente borrada de su cara por una arcada de asco.
Kyle suelta un bufido, y mira a la Quimera.
-Todo hay que decirlo, ¡Eres fea de narices! Fíjate Román. Cabeza de león, cuerpo de... ¿Qué es eso?- Finje no ver bien, poniéndose una mano para tapar la luz.
-Parece el cuerpo de una cabra.- Le ayuda Román con diversión, mientras la quimera les fulmina con la mirada de sus ojos rojos como el fuego.- Y eso que tiene por cola, ¿No es una serpiente?
-Eso parece.- Mira detenidamente.- Sí, estoy de acuerdo. Bueno amiguito, aparte de ser un bicho horrible con un aliento pésimo, ¿Qué quieres?
En vez de responder, la quimera suelta un rugido, y salta encima de ellos. Ambos reaccionan con rapidez, a pesar de estar agotados por la reciente escalada.
-Que mal carácter.- Se burla Román nada más levantarse, sacudiéndose el polvo.- Deberías hacer meditación. Viene bien para el estrés.
Sin más, ataca a la cabeza de serpiente, que le esquiva con habilidad y le lanza un bocado que esquiva por muy poco. Le lanza un rápido tajo a la cabeza, que la serpiente/cola lo que sea no consigue esquivar. Con un silbido, retrocede, la sangre brillando en el largo cuello. Una mirada asesina es lo único que ve Román antes de ser atacado por la serpiente de nuevo.
En el otro lado, Kyle lucha contra la cabeza de león, que escupe fuego tratando de alcanzar a su objetivo. Rueda, esquiva, ataca, pero la criatura es demasiado rápida.
-¡ROMÁN! ¡REUNIÓN TÁCTICA!- Grita con todas sus fuerzas, esperando que su compañero lo oiga. Poco después, un grito ahogado llega.
-¡LLEGANDO EN TRES, DOS, UNO... YA!- El cuerpo de Román aparece catapultado por encima del monstruo, rebotando en la cabeza de la quimera, y de eso, rodando al suelo.
-¡Corre!- Le coge del hombro alejándolo rápidamente de la quimera, que les sigue muy de cerca.
-¡Román tengo un plan! ¡Obliguemos a la quimera a tener que ir adelante y hacia atrás a la vez! ¡Es demasiado rápida para nosotros! ¡Yo entretengo al león con el agua, y tu te ocupas de esa linda serpiente! ¿Claro?- Grita sin dejar de correr. Por toda respuesta, Román asiente y sigue corriendo mientras Kyle se detiene, alza las manos, y el agua empieza a salir a borbotones.
Una sonrisa de satisfacción cruza la cara de Kyle, que obliga al agua a golpear directamente en la cara a la quimera, apagando su fuego, y dejándola aturdida. O al menos, la cabeza delantera.
Aprovechando la confusión de la cabeza de león, Román se lanza a por la serpiente, obligándola a atacar, azuzándola a atacar, mientras él retrocede cada vez más, obligándola a seguirle.
Kyle continua bombardeando a la quimera con agua, esta vez subido en una ola. La quimera trata de golpear el agua, pero sus garras de nada sirven contra la superficie líquida. Desde la altura, Kyle se burla de la quimera, obligándola a perseguirle, tirando de la cabeza de león hacia él.
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Hijas de Dioses: La maldición de Heracles
FantasyA Ella siempre le ha faltado algo en su vida. Un padre. Pero, al descubrir quién es, se ve obligada a irse a un nuevo lugar, donde una maldición la perseguirá y se verá obligada a luchar o morir. Entrenada desde la infancia, tendrá que tomar decisio...