Capítulo 6: Profecias y Katanas

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*Por aquí os dejo una foto de mi Héctor. Mío. jajaja es broma. De Ella ;) *

Voy a resumir. El caso es que cuando llegó Kyle, Izzy y el se hicieron inseparables. Como hermanos. Ambos habían sufrido mucho por los monstruos, y el abandono de sus padres mortales, y se apoyaron el uno en el otro. El problema empezó el año pasado, cuando Izzy se dio cuenta de que Kyle estaba saliendo contigo, Vanessa. Ellos siempre han estado juntos. Y está celosa por tener que compartir.
-Algo así me imaginaba. No es realmente difícil darse cuenta, pero pensé que era porque estaba enamorada de él. ¿Estás segura de que no lo está?- Suspira y mira a Bianca de reojo.- Las hijas de Afrodita tenemos un sexto sentido para eso.
-Por lo que me ha dicho, no. Eso es todo. Por eso se comporta así contigo.
Voy a abrir la boca cuando capto una mirada de Bianca que indica claramente que me calle. Vuelvo a cerrar la boca y espero.
-Pues que pena. Quiero decir, es muy simpática y relamente me cae bien, para ser hija de Ares y todo eso.- Vanessa pone cara de pena, pero no parece del todo convencida con lo que le ha dicho Bianca.
-Lo siento. Ella realmente no es así.- Bianca se encoje de hombros y mira a Vanessa con tristeza.
-no te preocupes Bianca, no es tu culpa. Me voy chicas, y gracias por contármelo.- Se pone en pie, se mira una vez más al lago, y se va.
-Vale, Bi, ahora cuentame la versión extendida.- Bianca se acerca a mí como para que nadie nos oiga, y murmura.
- Todo lo que he contado es cierto, salvo que el año pasado empezó a ver a Kyle como algo más que como amigo. Por lo que vi, ella nunca fue muy clara ni directa, así que no me sorprendió que él no se diese cuenta. Todas sabemos lo ciegos que son los chicos.- Rueda los ojos y yo río. Cuanta razón tiene.
-El caso es, que poco después, él empezó a salir con Vanessa. Ya sabes, típica chica super popular, una de las más bonitas del campamento, con el chico guay y guapo y para más hijo de Poseidón. Ella le quiere, eso sin duda, pero él no estoy segura de porqué empezó a salir con ella. El caso es, que a Izzy no le hizo mucha gracia, y desde entonces no traga a Vanessa, y su relación con Kyle empeoró mucho.
Me quedo un momento callada, procesando todo esto.
- Pobre Izzy. ¿Porqué no se lo dice?
- Ya se lo he dicho, pero está convencida de que le va a responder que no.
-Pues yo no estoy tan segura de eso. Por lo que he visto, a Kyle le gusta Izzy.
-Eso pensaba yo. Ella, tenemos que intentar que estén juntos. Son la pareja perfecta.- Bi me agarra del brazo y me sacude entusiasmada.
-¡Lo sé! Ya veré que consigo.
-Justo en ese momento, se oye el ruido de la caracola.
- ¿Otra vez? No debería tocar hasta dentro de media hora. Eso significa que hay que ir a la Casa Grande. Vamos.
Corremos hacia allí, y para cuando llegamos, Quirón nos hace un seña, y entramos en la casa.
-Ella, Bianca, pasad. Tenemos cosas de que hablar.
Al entrar, puedo ver que la mesa de reuniones ya está llena. Izzy, Kyle, Héctor, Noah, Tom, Anabelle, de la cabaña de Atenea, Vanessa, Nyssa de la cabaña de Hefesto, James de Apolo, y alguno más.
Bianca se sienta al lado de la cabezera, que es el único sitio que está vacio. Vacilando, me siento allí. Quirón se pone enfrente mío, en el otro extremo de la mesa, y empieza.
-Mestizos, estamos aquí para explicaros la misión que Kyle, Noah y Tom han llevado a cabo. Como sabéis, se mantuvo en secreto, pero ahora, ha llegado el momento de contarlo.- Quirón hace una seña a Kyle.
-Han estado surgiendo antíguos monstruos, que hacía milenios que no salían. Nuestra misión consistía en averiguar donde y porqué. Por el camino, nos encontramos con Apolo, Dios de las Profecias, que nos dijo que cuando la hija del Mar llegase al Campamento, consultase al oráculo, puesto que tenía un arduo trabajo por delante.
-Y ahora.- Continua Quirón.- La hija del Mar ha llegado, y debe consultar al oráculo. Esas criaturas, hace mucho tiempo que no oigo hablar de ellas. Te contaré más cuando oigas la profecia. Ahora, ve a la habitación del oráculo. Te está esperando.
-Un segundo, ¿Me estáis diciendo que Apolo os ha dicho que tengo un arduo trabajo? ¿Y porqué sabéis que soy yo? LAs profecias suelen tener más de una interpretación.
-Lo sabemos porque Apolo no estaba diciéndonos una profecia, y porque no hay más hijos de Poseidón, salvo Kyle y tú.- Interviene Tom como si fuese obvio. Vale, lo es, pero apabullante.
-Ella, se que es difícil de aceptar, pero tienes que hacerlo.- Quirón me observa comprensivo.
Bajo la cabeza, suspiro, y me levanto. Bianca apoya su mano en mi brazo, como para darme apoyo, y consigo formar una media sonrisa para ella.
Subo despacio los escalones, consciente de que todas las miradas están centradas en mí. El peso que llevo encima me hace sentir como que me voy a caer. Vale, es una exageración. Abro la puerta, y entro.
La habitación es bonita, pero no me fijo mucho en ella. Sentada junto a la ventana, está el oráculo. Es una chica joven, de pelo corto rubio, muy rizado. Se vuelve hacia mí y sonríe.
-Ella, te estaba esperando. Mi señor Apolo me avisó de que vendrías. Ven, y escucha atentamente.
Una niebla verde empieza a surgir de sus pies, rodeándola. Sus ojos se quedan en blanco, y cambian repentinamente a verde brillante. Esto da muy mal rollo. Se me eriza la piel.
Doce monstruos han resurgido, doce trabajos por hacer.
La hija del mar partir deberá, Cinco mestizos con ella irán.
Buscad al hijo de la Victoria, sin el no llegaréis jamás.
Más cuidaos del corazón, que a vuestra pérdida puede llevar.
La niebla desaparece, los ojos del oráculo vuelven a ser ojos normales. Los cierra, y se desploma sobre mí. consigo cogerla antes de que se de contra el suelo. La deposito suavemente sobre el sofá. Justo antes de que me vaya, abre los ojos.
-¿Lo has memorizado?
-Si.- Asiente levemente y vuelve a cerrar los ojos.
Suspiro, y me paso las manos por la cara, con intención de despejarme. no sirve. No tengo miedo, pero esa profecia me recuerda a algo, y tendría que ser muy idiota para no temer lo que se me podría estar viniendo encima.
Bajo las escaleras despacio. Debo tener una aspecto terrorífico. Todo el mundo guarda silencio, hasta que me siento en mi sitio.
-Y bien, ¿Qué ha dicho el oráculo?- Quirón es el primero en hablar. Le miro fijamente, me siento derecha, y se la cuento.
-La profecia decía tal que así.- Me centro para recordarla.- Doce monstruos han resurgido, doce trabajos por hacer. La hija del Mar partir deberá, cinco mestizo con ella irán. Buscad al hijo de la Victoria, sin él no llegaréis jamás. Más cuidaos del corazón, que a vuestra pérdida puede llevar.
Por un momento, todo está en silencio. Después, la voz de Izzy resuena, rompiendo el silencio.
-Quirón, ¿Esto es lo que creo que es? O sea, ¿Está hablando realmente de los doce trabajos?
-Me temo que si Izzy. Los doce trabajos de Hércules. Doce difíciles trabajos, que solo Hércules ha podido hacer. Y me temo, que ahora es tu turno de intentarlo, Ella.
-Pero, ¡Yo no soy Hércules! ¡Para empezar, no soy chico! ¡Y no tengo su fuerza! ¿Cómo diablos se supone que voy a conseguir todo eso?- Me estoy empezando a poner frenética.
-Por suerte, parece ser que vas a tener ayuda. ¿No recuerdas? Cinco mestizos con ella irán. Y buscad al hijo de la Victoria, sin el no llegaréis jamás- Como siempre, Tom aporta obviedad al asunto.
-Ya me he dado cuenta, Tom, gracias. Pero aún con ayuda, es difícil. Muy difícil. Vamos a ver, ¡Hércules era un jodido héroe! ¡Yo soy una chica de apenas dieciseis que hasta hace apenas una semana no sabía que era mestiza!
-Pero tienes un entrenamiento que la mayoría de los mestizos no tienen, Ella.- Gracias a los dioses que está Quirón. Gracias a eso, recuerdo todo lo que mi madre me ha enseñado, y me relajo. Repaso los doce trabajos.
-Hay más de uno que me ayudará mucho ser hija de Poseidón.
-¿Ves? No todo es malo. Pero lo primero de todo, es decidir quien va a ir contigo.- Quirón mira alrededor, como valorando opciones.
-Del campamento iremos cinco, yo incluida. Creo que es obvio que el sexto es el tal hijo de la fortuna.- Digo antes de que nadie hable.
-Estoy de acuerdo. Y también pienso, que al ser tu misión, debes escoger tú a tus compañeros de viaje.- Quirón me mira seriamente. Asiento levemente y miro al lado.
-¿Izzy, Bianca? ¿Vendréis conmigo?
-¡Eso no se pregunta prima!- Izzy sonríe contenta y me palmea la espalda.
-Iríamos contigo al fin del mundo si hiciera falta, Ella.- Añade Bianca, que también sonríe.
-Bien, ya sois tres. Faltan dos.- Miro alrededor, pensando en las mejores opciones, y mis ojos se clavan en Héctor.
Héctor. Solo el pensar en no llevarlo conmigo me duele, pero el hecho de llevarlo y que pueda morir me duele casi más. Sin embargo, ¿Qué opciones tengo?
-Héctor, ¿Vienes?- Pregunto casi sin voz, tengo miedo de la respuesta.
-Claro que sí, Ella. Y aunque no me lo hubieses preguntado, habría ido igual.- El alivio me recorre el cuerpo. Tenerlo a mi lado, me llena de seguridad. Se levanta muy seguro, y se coloca detrás mio, sus manos en mis hombros.
-Solo falta uno, Ella. Escoge bien.- Asiento, sé a quien coger. Recuerdo la conversación con Quirón. "Tu hermano es muy bueno comunicándose con animales".
-Kyle, ¿Vendrás conmigo?- No me hace falta su respuesta, no realmente.
-Por los dioses hermana. Me has tenido en tensión hasta el final. ¡Vamos a la aventura!
Sonrío ante su entusiasmo, pero no puedo evitar la preocupación. ¿Serán los correctos? ¿Morirá alguno por mi culpa? ¿Estoy dispuesta a arriesgar la vida de mis amigos? Pero claro, ¿Qué otra opción tengo? Ninguna, esa es la verdad.
-¿Alguien sabe quién puede ser este hijo de la Victoria?- Noah interrumpe mis pensamientos.
-Debe referirse a un hijo de Niké, Diosa de la Victoria.- Responde Anabelle.- Es lógico, ella es la Diosa de la Victoria. Pero no conozco a ningún hijo suyo.
- Eso tendréis que averiguarlo por el camino. Suerte Mestizos. Partís mañana al alba. Ahora, preparad todo.- Quirón nos saluda a todos.
-Si necesitáis armas, la cabaña de Hefesto está hoy a vuestra disposición.- Añade Nyssa. Es la primera vez que me fijo en ella. La sonrío y asiento en señal de agradecimiento.
Unas horas después...
Ya tengo todo listo, una mochila con todo lo necesario. Ahora, estoy buscando a Nyssa en las fraguas. De repente, la veo en una esquina.
-¡Nyssa! ¿Te importaría hacerme un favor?
-¡Ella! dime.
-Tengo el presentimiento de qu eeste anillo es algo más. Y como he oido de armas mágicas, que se transforman en cosas de uso corriente, quisiera comprobarlo.- La enseño el anillo que llevo siempre puesto.
-Ya veo. Ven al campo de entrenamiento. A ver que podemos hacer.
La sigo hasta que llegamos a la zona de combate. Allí, Nyssa coge un hacha del suelo, y se prepara.
-si es cierto que es un arma mágica, deberías actuar por instinto para sacarla. siempre para así con sus dueños. A ver como reaccionas.- Y sin más, se abalanza sobre mí.
Me aparto con un ágil movimiento, a la vez que mi dedo pulgar hace girar el anillo que llevo en el dedo anular. Cuando recupero la postura de defensa, el anillo ha desaparecido, sustituido por mis dos armas predilectas. ¿Es una broma? ¡Pensé que serían armas griegas corrientes!
Sonriente, cojo una katana con cada mano, y las hago girar. Son livianas, cómodas, la empuñadura es perfecta para mí. El metal tampoco es el corriente. Parece una aleación de Bronce celestial e hierro estigio. Asombroso.
Nyssa me mira con la boca abierta. Se acerca dejando caer el hacha, y coge una de las espadas para examinarla.
-Jamás había visto semejante arma. Es impresionante. Aleación de bronce celestial e hierro estigio, ¡Es algo nunca visto! Y es increiblemente dura, y más flexible de lo habitual.- No sale de su asombro.
-¿Tu sabes qué tipo de espada es, no Ella?- Me mira.
-Si. Es una katana. Un tipo de arma japonesa, usada por los ninjas y samuráis. El proceso de fabricación es increíblemente complejo a la par que largo.- Acaricio suavemente el mango.
-Es mi arma favorita. Es la que mejor manejo, de todas las que he probado.- Nyssa asiente despistada.
-Es como tú, liviana, dura, flexible, temperamental. Algo inédito.- Pongo cara de sorpresa.
-Vaya, gracias Nyssa.- Ella hace un gesto.
-Nada, nada. ¿Eres ambidiestra?- Sigue contemplando y examinando la espada.
-Si. por eso me gustan, además. Y en caso de perder una, puedo usar la otra a dos manos a solo con una.- Nyssa asiente, comprendiendo.
-cuando vuelvas de tu misión, ¿Me la prestarás para que la examine más a fondo?- Al principio no estoy segura d equ elo diga en serio, pero enseguida cambio de opinión. Está hablando completamente en serio.
-Am, claro Nyssa.- Sujeto la empuñadura con fuerza. No me hace gracia, pero si promete cuidarlas, no veo porqué no.
-Gracias Ella.- Y se va corriendo hacia la fragua.
Me encojo de hombros, y por instinto, juntos ambas espadas, que encogen hasta quedarse como anillo, puesto en mi dedo.
No puedo evitar sonreír. Ya tengo mis armas.
-Gracias padre. Muchas gracias.- Una brisa marina me llega, y sonrío contenta, por primera vez desde que me dijeron la profecia.
Mañana partimos, en busca del hijo de la Victoria.

Hijas de Dioses: La maldición de HeraclesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora