No he dormido desde hace tres días, creo que se me nota, porque en el entrenamiento grupal, me dormí corriendo, no sé como fue posible, pero me dormí, la entrenadora me reprendió, pero hey, Gwendolyn Morgan es mi entrenadora.Me exige casi igual que mi padre, sino es que más, pero estaba enamorada de esos entrenamientos.
Ese día, llego a quien reemplazaría sino se desintoxicaba del alcohol que ha estado ingiriendo a lo largo del año.
—Déjame sentir tu aliento —pidió la entrenadora, cuando la chica rubia se acercaba al grupo sudado, esta ríe.
—He venido, porque mi buena amiga, me alerto de que intentan reemplazarme con una mocosa —me señaló a mí, que estaba sudando y cayéndome del sueño.
—Si te puedes mantener sobria por los siguientes dos días, podrás jugar —dijo la entrenadora, la chica hacia lo mismo que todos, repasarme con la mirada.
—Hare lo posible —dice está acercándose a mí, podía ver que era muy alta, además de que estaba muy trabajado su cuerpo, recordándome a las chicas del equipo nacional de Francia—, ¿Creías que me reemplazarías? Una novata como tú, creo que has volado muy alto.
—Creo que he volado lo suficiente, como para que no se te extrañe en la cancha —replique con una sonrisa satisfecha, esta ríe, y su personalidad me recordó en su totalidad a mi hermana Mandy, de como se movía, su fría mirada, parecía que le faltase un tornillo. Cuando le tuve mas cerca, sentí un tufo—. Apestas a troll.
Me separaba de ella y comenzaba a abanicar el lugar.
—¿Acaso vives con ellos? —le preguntó, algunas se aguantaron la risa, pero mi actuación por cabrearla estaba saliendo a la perfección—. Creo que he ofendido a los troles, porque tu hueles a alcantarilla.
—¿Quién te crees al meterte conmigo? —pregunta la chica preparándose a golpearme.
—Para, Laurel, por mucho que te provoque no podrá jugar nunca con el equipo —nos detiene Gwenog, le mire enfadada, con el puño formado, ella volvía aplicarme su caminata fría, dándome la espalda, pero ya no lo permitiré, puede que Gwendolyn me esté entrenando, y en el coliseo no necesite un equipo para defenderme, pero en el partido.
Necesitare un equipo que me cuide la espalda.
—Bien, esa mierda no la aguanto más —empecé a caminar, para cerrarle e impedir su paso—, puede ser que entré al equipo con contactos, pero ¿y qué? Por lo menos no estoy llevando a un equipo a perder, ¿Por qué? Quiero que mi mejor amiga se quede jugando, eso se le llama falta de profesionalismo.
—Esta pasando por momentos difíciles —gruñe la chica.
—¿Si? ¿Qué? ¿Acaso vio morir a un amigo enfrente de sus ojos? ¿o tuvo que enfrentarse a la muerte? —le cuestionaba con los puños formados, la chica parecía que fuese broma lo que estaba diciendo, pero no iba a dejar que mis palabras se las llevara el viento, estaba perdiendo la paciencia con esa actitud, así que tomaba su playera en mi mano, y la levantaba por arriba de mi cabeza.—. Respondeme, Jones, sino preferiría abandonar este equipo, antes de lidiar con una persona que no reconoce lo que son momentos difíciles.
—Suéltame Wright.
—Te admiraba —dije poniéndola en el suelo—, creía que eras excepcional, quería aprender de ti... la elegancia y confianza que juegas —esta soltó un sonido de risa, mire a las demás que me rodeaban, pero sabían que no había nada de risa en lo que decía, estaba segura que comenzaron siendo fan de algún jugador, nunca esperarían ese trato—. Me decepcione, porque inclusive que no te agradase, me hubiera servido que fueses dura conmigo, como lo fue mi anterior capitan Ryan.
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Destiny y La Orden del Fenix (DEH #5)
FantasyDestiny ha cambiado, desde psicológica, hasta físicamente, los sucesos ocurrido el curso pasado, dejaron marca permanente en la chica, su habilidad de predicir el futuro se volvio una maldicion. Nuestra protagonista ha pasado un verano entre el Qui...