Capitulo 12. The Struggle.

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Estaba un poco cansada ya, aunque no podía tirarme al suelo, ya que una construcción de lava me cubría todo el cuerpo, como si me hubiera tragado la tierra.

—Es muy gracioso —dije cuando intentaba liberarme de la prisión, en la cual, Mik, se reía en silencio chiflando, dando vueltas conmigo en el medio—. Muchas veces quise que la tierra me tragase.

Intentando moverme, había espació para moverme levemente, aunque esto es...

—Ridículo.

—Vamos, estas más distraída de lo usual —dijo este sin disimular que se quería reír.

—Un segundo, creo que leí algo sobre como romper rocas.

Respirando hondo, fui colectando el poco aire que tenia a los alrededores, con el cual, cree vibraciones en el aire, para cuando tocaba una parte de la piedra de lava se cuarteaba en miles de pedazos, y así fue como me liberaba.

—Creo que fue mala idea entrar a la orden —dije sacudiéndome la parte negra de la ropa.

—¿Por qué lo dices?

—La clave principal para derrotar a Voldemort, creo que es Harry, y hay unas cuantas más claves —respondía dubitativa, luego me quede mirando a la nada, porque no sabia como se eso, aunque supongo que será la clarividencia hablando—. ¿Tu que piensas Miklaus?

—Nunca te a preocupado lo que pienso —responde este con pocas ganas de formar una conversación conmigo, a lo cual repetí lo que dijo en manera mas aguda para luego reír.

—Eres parte de la orden, aunque somos un poco superiores a los magos...

—Seguimos siendo magos, si con unas cuantas cosas superiores a ellos —responde este mirándome detenidamente—, pero Voldemort no es el mayor de mis preocupaciones.

El mero nombre me hizo temblar, al parecer este me miró con diversión colocando su mano en mi cabeza, como si fuese un perro, para lentamente ir dibujando una sonrisa.

—Si, esa persona se asocia con Voldemort, los magos tendrán problemas Des, y tu... eres la única que puede detenerlo —desconcertada le miraba, sus ojos azules parecían estar desolados, su sonrisa burlona ocupo una de preocupación, como cuando alguien nombraba al otro hechicero—, ya que ustedes dos están iguales de poder.

—¿De qué hablas? —le cuestionaba con diversión, no hay nadie más fuerte que yo, no con los poderes ruddians en mí. Retire su mano de mi cabeza un poco avergonzada por la acción que realizaba.

—Yo igual soy un ruddian, y en el mundo hay miles de libros ocultos, esperando a ser encontrados o siquiera robados —explicaba este, dándome la espalda, continuamente—, tu libro es el mas poderoso de todos, aunque en tus manos, parece solo un libro más.

—Gracias por las palabras de aliento —dije cruzándome de brazos e inflando mis cachetes, como señal de que me había ofendido.

—Tu libro tiene todas las partes buenas de la magia —giraba, mirándome con cierta esperanza, acercándose lentamente a mi—, la purificación, curación... mientras que el libro Umbra, es todo lo contrario, sus partes son malditas, putrefactas, solo buscan la destrucción, y ese mismo libro ha caido en manos equivocadas.

Le escuchaba con mucha atención. Pero algo no me ha quedado claro en todo esto.

—¿Y que tiene que ver eso conmigo? —le cuestionaba ciertamente fastidiada—. Mi pelea ahorita son los magos.

—Pero Des —se vio un poco exasperado porque yo no entendiera—, muy pronto la batalla de los magos se combinara con los ruddians, y hasta ahora solo somos dos, quienes estamos dispuestos a luchar contra todos los que él reúna.

Destiny y La Orden del Fenix (DEH #5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora