Estábamos en el coche.
Su boca se había abierto, pero ningún sonido salió de ella, por lo que soltaba un suspiro de frustración. Creo que iba a dejarme morir sin saber la verdad, por lo que cuando llegamos a la casa, fue en completo silencio.
—Han llegado jus... ¿Des? —se detuvo Grayson, mirándome sorprendido con la mano en la boca, evitando que su perplejidad no se le notara en la boca—. Destiny.
—Me cortaron el cabello —comente cruzándome de brazos, ruborizándome suavemente—. Creo que ibas a decir que llegamos justo a tiempo para comer.
Lo pasaba de largo, con los brazos todavía cruzados sobre mi pecho.
Toda la tarde fue en calmada y tranquila, me sumí en la lectura de la clarividencia, un poco tediosa, porque repetía palabras como concentración, sentidos, tacto, vista y cosas así... aunque por el título del capítulo, debí asumir que esas palabras se repetirían «Los sentidos en la clarividencia». El árbol era bastante cómodo, y me otorgaba la dicha de ver el sol caer, el cielo teñirse de naranjas y amarillos, para darle paso a la noche... era muy poético, pero le faltaban bocadillos, para acabar.
Así que bajaba al árbol, ayudada por el aire, y cuando ponía lo pies en la tierra, el piso tembló, y mi cuerpo vibro con mucha fuerza, indicándome que el peligro era nocivo, y debía huir, la señal me taladraba la cabeza, cuando ignoraba aquello. Mi familia estaba ahí, y suponía quien estaba ahí.
Mandy.
Pero no andaba sola, había cuatro hombres a sus costados, divertidos por el hecho de poder destruir matar a mi familia, veía a mis tíos, a mi padre, y a mi abuela asustados, por lo que me ponía enfrente de todo ese alboroto creando una barrera de tierra, entre los atacantes, y ellos, me cubrí en esa barrera.
—¡Te van a expulsar de Hogwarts! —exclamó mi padre, yo negué con diversión, con las piernas temblándome del temor, pero ellos aquí perjudicarían, si, estaría pendiente de que no los maten. Solo tengo mis poderes Ruddians, mi magia de bruja no la puedo utilizar.
—Nada pasara, ahora váyanse.
—¡¿Qué demonios crees que haces?! —exclamaba mi padre, cuando la pared vibraba y se cuarteaba detrás de mí, colocaba mi mano en ella.
—Proteger —respondí, colocando mi mano derecha en la piedra, mientras que la izquierda apuntaba a ellos—, salgan cuando derribé la pared.
—¡No seas tonta! ¡Eres menor de edad! ¡Destiny! —era el regaño de mi tía Constance, pero alzando una detrás de mí, evitando que cualquiera de ellos fuese a interferir en la batalla, ellos estarían a salvo.
Era mucho la fuerza necesaria, alcé dos paredes, y por consecuencia, también levantaba la que tenia enfrente, con toda la fuerza de mi brazo derecho, le di una palmada, y recorria el salón, destrozando el azulejo, junto algunas paredes, alzo mucho polvo.
—Acabé muy rápido —dije confiada, sacudiéndome la mano, y lista para bajar la que tenia detrás mío, hasta que soy golpeada por un maldición, los huesos me dolían, y quería arrancarme la piel, que parecía ser quemada con rocas calientes.
—No, esto ni siquiera a empezado —comentó mi hermana acercándose a mí, su cabello rubio cubría la parte izquierda de su ojo, por lo que cuando se colocaba enfrente mi, colocaba su pie en mi pecho, presionando contra él—. Me dejaste en ridículo frente a mi maestro, Destiny, pero el te ve como una amenaza, un bien que puede adquirir a su ejército.
—¿Quiere reclutarme? —le cuestione con diversión, acumulando las vibraciones de magia en mis manos, observando que tenía enfrente.
Reí por lo bajo, y luego una extraña risa salió de mi boca, siendo interrumpida, por la presión de Mandy en mi pecho.
—No estás en posición de reírte, Des —comentó está señalando los pequeños cuchillos que llevaba con ella—. Tengo la varita, y las armas para matarte.
—¿Crees que me uniré a él? —le cuestione lanzándole una explosión mi mano con rayos, este le había dado directo en su cara, haciéndola caer, me paraba en un tirón, con las manos centellando, mire a los dos magos que quedaron de la pared—. ¿O dejare que me mates? ¡Estas muy equivocada!
Se andaba retorciendo del dolor, miraba a los dos, que parecieron temer lo que les pudiera pasar, y deberían, porque aumentaba la vibración de magia, para crear los rayos, y así luego con mis manos a los costados, una explosión inmensa de largo alcance salió, destruyendo aun mas el lugar, pero a quien le importa.
Esos fueron golpes poderosos, que dejaron mis manos algo acalambradas, y a mi bastante agotada, por suerte, no habia recibido mucho daño, como para espantar a mi padre o a Constance.
Aplausos sordos, inundaron la sala, era el hombre de la otra vez, este se acercaba a mi, me puse en posición de pelea, con los puños arribas, por cuestión de bromear, y al parecer, este lo entendio riéndose del gesto.
—Bien hecho, aunque creo que es momento de que empieces a pensar con la cabeza —dijo este cuando, me caia en mis rodillas—, esos golpes fueron poderosos, y levantaste dos grandes y gruesas paredes de piedra.
Vi la que todavia tenia atrás, esta habia roto el azulejos, ambas habían roto el azulejo, yo solo sonreí para mi misma.
—Pero, aun así, llevaron mucha energía tuya —señalaba todo el lugar destrozado—; todos tus ataques fueron a largo alcance, a excepción ese que le metiste a la chica.
Mandy estaba en el suelo inconsciente, con la mitad del rostro quemado por el golpe que le eche un rayo... echo de magia... no podía sentir lastima por ella, esa se lo merecía. Alzaba el rostro, cayendo en su bronceada tes, y lo bien que la luz alumbraba su cuadrado rostro, con una barba algo escasa, y su cabello un cuanto largo, oscuro y rizado.
No me di cuenta en el callejón, pero este hombre es bastante atractivo.
—Se lo que hice —comente con pesadez, escuchando los pasos viniendo del pasillo derecho.
Era mi familia, todos estaban bien, sonreí y solte un suspiro de alivio, cuando miraba mis manos que dejaban el calambre aun lado.
—Tambien sabes, que ellos vinieron por ti.
Horrorizada, me quede viendo la palma de mis manos.
—Ahora fueron cinco, pero la próxima vez, serán diez veces más, y no podrás con ellos —me advirtió el hombre cuando se agachaba a mi altura. Colocó su mano en mi barbilla—. No como estas ahora, Destiny, si yo te entreno, podrás con veinte mas de estos débiles hechiceros, vamos.
Soltó mi barbilla, y extendió su mano para que la tomase.
Era mucho que asimilar, pero tenia razón, estos eran como reconocedores del territorio, la próxima podrían ser diez, y me costo mucho trabajo vencerlos, aunque en el cementerio, fueron más... estoy segura, que ahí tenia en la mente morir peleando, ahora solo quería vivir, y no preocupar a mis familiares.
Él es un ruddian, y hasta ahorita solo he aprendido de magos, que creen saber lo que es un ruddian, por lo que, el me enseñé, será la mejor opción para mejorar, asentí mientras tomaba su mano.
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Destiny y La Orden del Fenix (DEH #5)
FantasíaDestiny ha cambiado, desde psicológica, hasta físicamente, los sucesos ocurrido el curso pasado, dejaron marca permanente en la chica, su habilidad de predicir el futuro se volvio una maldicion. Nuestra protagonista ha pasado un verano entre el Qui...