Este tenia una mirada esceptisimo, la cual no saco de mi, hasta que repaso por un segundo mas los rostros de los demas, que seguían contemplándolo con avidez.
—Una sorprendente cantidad de personas se ofrecieron voluntarias para venir a buscarte.
—Yo no —dije rápidamente alzando mi mano—. Me obligaron. —explicó Lupin como si le hubiera leído el pensamiento; las comisuras de su boca temblaron ligeramente.
—Te dimos oportunidad para quedarte, niña —gruñe este, mirándolo con cierto recelo—. Sí... Bueno, cuantos más, mejor —agregó Moody en tono misterioso—. Somos tu guardia, Potter.
—Sólo estamos esperando que nos den la señal de que podemos marcharnos sin peligro —dijo Lupin, y miró por la ventana de la cocina—. Nos quedan unos quince minutos.
—Estos muggles son muy limpios, ¿verdad? —comentó Tonks, que observaba a su alrededor examinando la cocina con gran interés—. Mi padre es muggle y es un dejado. Supongo que habrá de todo, como ocurre con los magos.
—Pues... sí —contestó Harry—. Oiga —añadió, volviéndose hacia Lupin—, ¿qué está pasando? No he tenido noticias de nadie. ¿Qué hace Vo...?
Varios magos y brujas hicieron extraños ruidos silbantes; Dedalus Diggle volvió a quitarse el sombrero y Moody gruñó:
—¡Silencio!
—¿Qué pasa? —preguntó Harry.
—Aquí no podemos hablar de eso, es demasiado arriesgado —dijo Moody, dirigiendo su ojo normal hacia Harry. El mágico seguía clavado en el techo—. Maldita sea —añadió con enojo, y se llevó una mano al ojo mágico—. Se atasca continuamente desde que lo usó aquel canalla.
Y dicho eso se quitó el ojo, lo cual produjo un desagradable ruido de succión.
—Ojoloco, ya sabes que eso que estás haciendo es asqueroso, ¿verdad? —comentó con asco, apartando la mirada.
—¿Me das un vaso de agua, Harry? —pidió Moody.
Harry fue hacia el lavaplatos, sacó un vaso limpio y lo llenó de agua en el fregadero.
—Salud —dijo Moody cuando Harry le entregó el vaso. Metió el ojo mágico en el agua y lo empujó varias veces con un dedo; el ojo cabeceó mirando a los presentes uno por uno—. Necesito una visibilidad de trescientos sesenta grados para el viaje de regreso.
—¿Cómo vamos a ir... a donde sea que vayamos? —preguntó Harry.
—En las escobas —contestó Lupin—. Es la única forma. Eres demasiado joven para aparecerte, deben de estar vigilando la Red Flu y no vamos a jugárnosla montando un traslador no autorizado.
—Remus dice que vuelas muy bien —comentó Kingsley Shacklebolt con su voz grave.
—Vuela de maravilla —afirmó Lupin, que estaba mirando su reloj—. Bueno, será mejor que subas a hacer el equipaje, Harry. Tenemos que estar preparados cuando llegue la señal.
—Vamos a ayudarte —dijo Tonks alegremente, tomando mi brazo, haciéndome seguirla.
Seguimos a Harry hasta el vestíbulo y subimos con él la escalera, mirando alrededor con gran curiosidad e interés.
—Qué sitio tan raro —comentó—. Está demasiado limpio, no sé si me entiendes. Es poco natural. Ah, esto está mejor —añadió cuando entraron en la habitación de Harry y él encendió la luz.
Su habitación, en efecto, estaba mucho más desordenada que el resto de la casa. Confinado allí durante cuatro días y de muy mal humor, Harry no se había molestado en recoger nada. Casi todos los libros que tenía estaban esparcidos por el suelo; tampoco había limpiado la jaula de Hedwig, que empezaba a oler mal; y su baúl estaba abierto, dejando ver un revoltijo de prendas muggles y túnicas de mago desparramadas a su alrededor por el suelo.
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Destiny y La Orden del Fenix (DEH #5)
FantasyDestiny ha cambiado, desde psicológica, hasta físicamente, los sucesos ocurrido el curso pasado, dejaron marca permanente en la chica, su habilidad de predicir el futuro se volvio una maldicion. Nuestra protagonista ha pasado un verano entre el Qui...