A la mañana siguiente, Destiny se había levantado, y veía como Lavender se vestía, con la varita muy cerca suyo, con razones de molestar, se levantó, acercándose lentamente, llegando a donde la chica se encontraba poniéndose la corbata escolar, soplo suavemente cerca de su oído; intento contratacar con un golpe, pero la ojo plateado, sostuvo su mano.
—¿Intentabas golpear a alguien? —le preguntó riendo, yéndose a su baúl, sacando su uniforme, como comida para sus perros.
—Destiny —la reprendió Hermione, llegando desde un baño matutino.
—No le quites la diversión al momento —comentó Destiny riendo entre labios—. ¿Estaban llenos los baños?
—No tendrás tiempo de asearte —respondió Hermione, desenredándose su enmarañada caballera.
Ignorando su comentario, se hizo camino a los baños, que estaban desocupándose, por lo que no tardo mucho, en encontrar una cabina para bañarse. Desprendiéndose de su pijama, encendia la regadera, con la manija de agua fría, y abriendo de poco a poco la caliente, hasta que el agua se encontraba lo suficiente confortable para un baño matutino.
Sin darse cuenta, los baños se quedaron solitarios, y de poco en poco, el agua tuvo un repentino bajón de temperatura, dejando un fina capa de hielo cubriendo su cuerpo, como las gotas del agua en finos cubos de hielo.
—¿Qué demonios? —cuestionó castañeando.
Cerciorándose de no moros a la costa, tomó las cosas en su mano, sabiendo que tenía que controlar sus poderes para no incendiar el lugar con sus poderes, así que libero un ráfaga de increíble calor, dejando el resto del baño húmedo y algo encharcado.
Lo único que interpreto del hielo, fue que alguien le jugo una broma, y no se quedó para echarle frente.
Se alisto, secando su cabello amarrándolo en una cola alta, luego de observar su aspecto, tomó sus cosas, creyendo que la obra de esa broma de mal gusto seria de Lavender, pero no se quedaría con las manos cruzadas, la haría pagar por ello.
Cuando bajaba las escaleras de dormitorio encontró a sus amigos viendo el letrero de los gemelos, acompañados por una Hermione enojada.
—Se han pasado —comentó Hermione con gravedad, y descolgó el letrero que Fred y George habían clavado encima de un póster que anunciaba la fecha de la primera excursión a Hogsmeade, que sería en octubre—. Vamos a tener que hablar con ellos, Ron.
Ron se mostró muy alarmado.
—¿Por qué?
—¡Porque somos prefectos! —exclamó Hermione mientras trepaban por el agujero del retrato—. ¡Es tarea nuestra impedir este tipo de cosas!
Ron no dijo nada, pero, por la apesadumbrada expresión de su amigo, comprendió que la perspectiva de evitar que Fred y George hicieran lo que les gustaba no lo ilusionaba.
—¿Qué te pasa, Harry? —continuó Hermione mientras bajaban un tramo de escalera cuya pared estaba cubierta de retratos de viejos magos y brujas que no les hicieron ni caso, pues se hallaban enfrascados en sus propias conversaciones—. Te veo de muy mal humor.
—Seamus cree que Harry miente acerca de Quien-tú-sabes —contestó brevemente Ron al comprobar que Harry no respondía.
Destiny soltó un gruñido, mirando los retratos, Hermione suspiró, lo cual sorprendió a Harry, que esperaba que su amiga manifestara indignación.
—Ya, Lavender también lo cree —comentó Hermione con tristeza.
—Seguro que han tenido una interesante charla con ella sobre si soy o no soy un mentiroso y un presumido que sólo busca llamar la atención, ¿no? —dijo Harry en voz alta.
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Destiny y La Orden del Fenix (DEH #5)
FantasyDestiny ha cambiado, desde psicológica, hasta físicamente, los sucesos ocurrido el curso pasado, dejaron marca permanente en la chica, su habilidad de predicir el futuro se volvio una maldicion. Nuestra protagonista ha pasado un verano entre el Qui...