Estaba acostada en mi cuarto, hoy era el día, escuchaba como todas las titulares se habían levantado y armado para ir, un gran alboroto se formo en el piso de abajo, estaba segura de no ir, aunque le haya dicho a ese hombre, que estaba muy segura sobre que me harían jugar, pero ahora, lo dudo mucho.La entrenadora, Andrea, vino a verme, me reprendió porque no estaba en el coche con las demás, para el partido, no tuvimos mucho tiempo para hablar, pero la mujer me arrastro fuera de mi habitación a medio vestir, con unos pantalones oscuros, que he empezado a utilizar de pijama, porque mi pijama, se volvió bastante corta.
—¿No cree que deba vestirme? —cuestionaba cuando estábamos fuera del edificio, y veía la furgoneta que nos llevaría hasta el estadio estatal de Gales.
—Te vestirás en los casilleros —comenta la mujer, vi nuevamente mi ropa, tenia esos pantalones holgados, una camiseta verde, algo larga, que decía que era de la selección de Irlanda, y unas pantuflas verdes afelpadas de ranitas.
Ahí es cuando entiendes que tienes que estar bien vestida, en todo momento, en especial, cuando hay camarógrafos, y has atraído la atención de todos, por la vestimenta tan inusual a un juego, además teniendo una fama durante el torneo y los mundiales, muchos de los entrevistadores bromearon con mi apariencia.
—Si, me sacaron de la cama —dije con cierta irritación—, aunque no creo jugar, después de todo, solo soy reserva, y ni me han dejado entrenar o saber las jugadas del partido.
—¿A que se debe eso? —cuestiono la entrevistadora, no era Rita Skeeter, después de todo, tenemos un trato, que si rompe... habrá exclusiva de los interiores de Azkaban. Quería poner en evidencia a Jones sobre el trato que me ha dado toda la semana—. Con alguien como usted que hizo varias jugadas exitosas, creo que seria de gran ayuda para ganar un partido contra los tornados.
—Creo que me temen —le respondí mirando a las demás que avanzaban y saludaban sin ningún problema, porque yo era la única que tenía una multitud de paparazzis alrededor de mi—, temen a que pueda reemplazar a las titulares.
—¿Y cree poder? —preguntó otro entrevistador, con un vuelapluma a lado.
—Por supuesto, cuando me propongo algo, lo logro señores —decía con un poco de carisma, y sonriendo al hombre.
—¿Y que piensa del partido? ¿Cree que los tornados tengan alguna posibilidad? —pregunto este, solté un pequeño suspiro, y me llevaba el cabello por detrás de la oreja, viéndome un poco indecisa por la respuesta, tuve a todos los reporteros sobre mí.
—No quiero precipitarme, porque me han dicho que los Tornados han estando ganando —comente con apuro, con mis manos alzadas, y comenzando a retroceder—, y yo solo he sabido de su mala racha, por los últimos siglos, asi que hay veremos.
Me zafe de ellos, cuando la entrenadora me jalo con fuerza de donde me encontraba, y estaba agradecida por el rescate, pero cuando entrabamos, ella me reprendió por segunda vez en el día, con respecto a atraer la prensa.
—Eres famosa, si —señala desesperada—, aunque me alegro de que hayas podido arreglártela.
—Créame quise decir un montón de cosas —le aclaré, viendo a Gwenog recorrer los vestidores de un lado a otro—, pero el equipo está siendo influenciado por una sola persona.
—Aunque por mucho que sea la capitana, Wright vas a jugar —dijo la mujer entregándome una jersey del equipo.
—¿Qué? —preguntamos Jones y yo al mismo tiempo.
—¿Creías que iba a dejar a Sullivan jugar, con el alcohol todavía en su sistema? —le cuestionó la entrenadora, cuando yo tenia un rostro de perplejidad, con el equipo en mis manos—. Vamos Wright, a vestirte.
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Destiny y La Orden del Fenix (DEH #5)
FantasyDestiny ha cambiado, desde psicológica, hasta físicamente, los sucesos ocurrido el curso pasado, dejaron marca permanente en la chica, su habilidad de predicir el futuro se volvio una maldicion. Nuestra protagonista ha pasado un verano entre el Qui...