La mañana del día 14, Harry se vistió con especial esmero. Ron y él entraron a desayunar en el mismo momento en que llegaban las lechuzas con el correo. Hedwig no estaba allí (aunque Harry no la esperaba), pero Destiny estaba cogiendo una carta del pico de una desconocida lechuza marrón cuando ellos se sentaron.—¡Ya era hora! Si no hubiera llegado hoy... —comentó; a continuación, abrió con ansiedad el sobre y extrajo un pequeño trozo de pergamino. Leyó el mensaje a toda velocidad, y una expresión de triste placer apareció en su cara—. Oye, Harry —dijo, levantando la cabeza—, esto es muy importante. ¿Crees que podrías reunirte conmigo en Las Tres Escobas hacia mediodía?
—Pues... no lo sé —contestó Harry, vacilante—. A lo mejor Cho espera que pase todo el día con ella. Nunca hemos hablado de lo que íbamos a hacer.
—Bueno, si es necesario ven con ella —concedió Destiny algo disgustada—. Pero ¿irás?
—Sí, pero ¿por qué?
—Ahora no tengo tiempo para contártelo. Tengo que contestar cuanto antes esta carta.
—¿Y el entrenamiento de quidditch? —le cuestiona Ron horrorizado.
—Angelina por fin podrá poner el entrenamiento que quiere —responde audazmente—, pero regresare cuando acabe con esto.
Señaló la carta jalando a Hermione con la mano libre, saliendo a toda prisa del Gran Comedor, con la carta en la mano y una tostada.
—¿Vienes? —le preguntó Harry a Ron, pero éste movió negativamente la cabeza con gesto tristón.
—No puedo ir a Hogsmeade; Angelina quiere entrenar todo el día. Como si fuera a servir para algo; sigo siendo el peor del equipo. Ian y Elias mejoran rápidamente, gracias a los entrenamientos de Des, pero tienden a pelear sobre algunas cosas sin sentido y atrasan mucho el entrenamiento —Exhaló un hondo suspiro y agregó—: No sé por qué Angelina no me deja renunciar.
—Porque cuando estás en forma eres bueno —repuso Harry con irritación.
Le resultaba muy difícil mostrarse comprensivo con Ron, porque él habría dado cualquier cosa por jugar el siguiente partido contra Hufflepuff. Ron debió de intuirlo por el tono de voz de Harry, por lo que no menciono el quidditch.
—¿Cómo te fue con Destiny, ayer? —atragantándose con el jugo de calabaza, miraba a Ron que estaba expectante con una sonrisa en el rostro—. Eso quiere decir.
—Nos fue... muy bien, tener citas es divertido —admitio.
—Des es una persona, y Chang es otra —le señaló—, ¿sera el mismo resultado?
Ron se marchó al campo de quidditch, sin poder escuchar la respuesta, pero Harry se habia puesto mas nervioso, tras intentar aplastarse el pelo mirándose en la parte de atrás de una cucharilla , salió al vestíbulo para reunirse con Cho, lleno de aprensión, y se preguntó de qué demonios iban a hablar.
Por un momento creyó que vería a Destiny esperándolo cerca de las puertas, pero se acordó que saldría con Cho, tenia el cabello recogido en una larga cola de caballo. Cuando caminaba hacia ella, Harry tuvo la impresión de que sus pies eran enormes comparados con el resto de su cuerpo, y de pronto no supo qué hacer con los brazos, que oscilaban estúpidamente a sus costados.
—¡Hola! —lo saludó Cho entrecortadamente.
—¡Hola! —repuso Harry. Se miraron un momento, y entonces él dijo—: Bueno..., pues..., ¿vamos?
—Sí, sí...
Se pusieron en la fila de estudiantes que esperaban la autorización de Filch para salir del castillo, mirándose de vez en cuando y sonriendo furtivamente, pero sin decirse nada. Harry notó un gran alivio cuando salieron; se sentía mucho más cómodo andando en silencio que allí plantado sin saber qué cara poner. Hacía un día fresco y ventoso, y al pasar junto al estadio de quidditch, Harry vio a Ron y a Elias, que volaban casi rozando las tribunas, y le dio una rabia tremenda no estar allí arriba con ellos.
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Destiny y La Orden del Fenix (DEH #5)
FantasyDestiny ha cambiado, desde psicológica, hasta físicamente, los sucesos ocurrido el curso pasado, dejaron marca permanente en la chica, su habilidad de predicir el futuro se volvio una maldicion. Nuestra protagonista ha pasado un verano entre el Qui...