No estaba en la cocina así que la busque en el dormitorio, allí tampoco estaba, el único lugar que quedaba era el baño. La puerta estaba cerrada, di tres golpes seguidos.
— Lisa ya llegue... ¿estás bien?
— Si—grito desde adentro— ¿me da unos minutos por favor?
— Claro—me aleje de la puerta y me apoye en la pared cruzado de brazos esperando por ella—
Al cabo de unos segundos la puerta se abrió y ella salió, su mirada y la mía se encontraron y supe que algo no andaba bien. Ella agacho su rostro al ver mi mirada sobre ella. Sus ojos estaban enrojecidos e hinchados.
— Oye... ¿Qué sucedió?—acune su rostro en mis manos obligándola a que me mirase— ¿estás bien?
— Estoy bien...—respondió con voz dolida—
— No mientas, estuviste llorando ¿Por qué? Dime.
— Yo...—apretó sus labios y evito mi mirada—discutí con mi madre, ya sabes la misma historia de siempre.
— Oh...—bese su frente abrazándola—lo siento mucho. Ya no pienses en eso —parte de todo esto era mi culpa. Los padres de Lisa no estaban de acuerdo con nuestra relación, ellos no aceptaban que ella hubiera regresado conmigo, era el motivo por el cual siempre discutía con su madre—ya no llores ¿sí?—ella asintió y se alejó de mi—
— Estoy bien, no tienes que preocuparte—quise agregar algo pero ella me interrumpió—por favor ya no hablemos de esto—dio la vuelta y se marchó a la cocina—
La cena fui bastante silenciosa, ella ni siquiera comió, por momentos vi que algunas lagrimas caían de su rostro, pero de inmediato se encargaba de limpiarlas con el dorso de su brazo. Era la primera vez que la veía así desde que vivíamos juntos, tal vez la pelea con su madre había sido peor de lo que yo creía y de lo que ella dijo, pero preferí callar y no volver a mencionar este tema que por lo visto le hacía sentir muy mal.
Por la mañana todo continuo igual, solo me dijo "buenos días" no quiso desayunar y se marchó a su trabajo sin decir nada más.
Tenía el resto de la tarde libre, Lisa volvería a casa al anochecer y estar solo en casa, solo significaba comerme la cabeza con todo lo sucedido el día de ayer, el sueño que tuve, el recuerdo que después me dejaron más confundido aun. Lisa no merecía esto y sobre todo ahora que estaba pasando por un mal momento.
En cuanto salí del trabajo fui hasta la casa de Krystal, su padre había tenido un accidente hace algunos días, una bicicleta lo había volteado al costado de la calle por lo cual ahora tenía un yeso en su pierna derecha, ahora debía hacer mucho reposo.
Por alguna razón que no lograba comprender quería ir hasta allí, deseaba ver a mi tío ya que me preocupaba por él, pero también quería saber algo más.
— Que agradable visita Yesung—mi tío se alegró cuando me vio llegar—
— ¿Cómo te sientes tío? ¿Cómo llevas esto de tener que faltar al trabajo?—bromee riéndome junto a el—
— Pues nada mal, aunque debo admitir que pensé que sería mucho peor.
— ¿Estas solo en casa?—pregunte mirando por todos lados, la casa estaba bastante silenciosa—
— Tu tía salió a hacer las compras de casa y Kristal está en el jardín con Henry...
En ese preciso momento recordé algo que Lisa me había dicho hace algunas noches "Vi a Krystal muy extraña, parecía triste. Pero no quiso contarme acerca de lo que le pasaba"
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HASTA QUE EL APARECIÓ (con Yesung)
RomanceSINOPSIS ¿Por qué tenía que ser él? ¿Por qué de todos los hombres justo a ti tenía que verte así? (TN) _____ vive cuestionándose así misma por nunca haber estado con un hombre y cree que se quedara sola por siempre. Cree que nunca más encontrara a a...