Capitulo 49

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Luana quedó pasmado mirándome, cerro sus ojos con pesar.

—Él no te lo dijo ¿Verdad?—sacudí mi rostro soltando un gemido, no entendía nada, mejor dicho no lo quería entender—(TN) _____ yo... lo siento tanto—dijo acelerada—no debí meterme en un asunto que no es mío. Lo siento, de verdad lo siento...

— ¿Cómo lo supiste?—pregunte de repente, Luana no respondió, apretó sus labios sin decir nada—Luana ¡responde!—grite sin importarme que se trataba de ella—

— Creo que deberías hablarlo con...

— Por favor necesito saberlo—agarre su mano ejerciendo demasiada presión, pero lo cierto es que estaba desesperada—dímelo—tal vez mis voz implorante y las lágrimas que comenzaron a adornar mis mejillas hicieron que ella hablara—

— Ella me llamo hace unos días... y me lo conto—hizo una pausa y continuo—el no respondía sus llamadas entonces se comunicó conmigo para que le diera un mensaje...

Lleve una mano a mi pecho sintiendo mis labios temblar.

— No quiero saber...—pronuncie a duras penas, un nudo en mi garganta comenzaba a formarse—no quiero saber más.

— (TN) ____...—puso su mano sobre mi hombro dándome su apoyo—en verdad lo siento, sé que nada de lo que te diga hará que te sientas mejor...

— Necesito irme...—logre ponerme de pie y comencé a caminar con urgencia y al mismo tiempo torpeza—

— No puedes irte—Luana tomo mi brazo sujetándome—no estás en condiciones...

— No me importa, tengo que salir de aquí...—tire de mi brazo y prácticamente corrí hasta la salida, sentía los pasos de Luana atrás de mi—

— (TN) _____ espera, no puedo dejar que te vayas...—entre a mi auto pero antes de que cerrara la puerta Luana me lo impidió—¡no dejare que te vayas!—repuso firmemente—por favor—suavizo el tono de su voz—vamos adentro, hablemos necesitas tranquilizarte...—solté todo el aire que tenía en mis pulmones y asentí. Ella se hizo a un lado para dejarme salir pero en cuanto vi que se alejo, fui veloz y cerré la puerta del auto y acelere todo lo que pude—

No voy a preguntar porque sucedió todo esto, ni voy a sentir pena de mi misma. A esta altura de mi vida creo que ya eh tenido suficiente de situaciones desastrosas, situaciones en donde solo yo termino mal. Para todo existe una explicación y sé que para esta también lo hay, será buena o mala eso ya no puedo saberlo, solo sé que quiero escuchar de sus labios la verdad, sea la que tenga que ser.

Creí que nunca jamás me atrevería volver a este lugar, pensé que porque me sentía desorientada llegue hasta aquí, pero ahora entiendo que se trata de otra cosa. Cuando todo termino con Yesung vine aquí, me metí en las aguas del mar y me hice una promesa, prometí que lo olvidaría y que nunca jamás dejaría que alguien jugara conmigo y lo cumplí al pie de la letra, bueno, hasta cierto punto.

Me senté sobre la arena sintiendo la brisa fría que aquí corría, llevaba sola una blusa delgada que no abrigaba en lo absoluto.

— Esta vez hare otra promesa—susurre mirando las olas del mar—si tú me dices que es cierto mirándome a los ojos. Entonces...—gemí reteniendo las lágrimas que luchaban por mostrarse—entonces, te prometo que te dejare libre...

Mi cuerpo se sobresaltó cuando sentí que mi celular sonaba, mire la pantalla viendo figurar el nombre de Leeteuk, lo mire sonar por unos segundos, creo que una parte de mi esperaba que el dejara de llamar y la otra parte me decía que era una cobarde por no enfrentarme a la verdad. De seguro Luana ya lo había alertado. El celular dejo de sonar, respire un poco más aliviada pero no pasaron ni 3 segundos y este volvió a sonar. Mi mano temblorosa lo sujeto y lo lleve directo a mi oído.

HASTA QUE EL APARECIÓ   (con Yesung)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora