Capítulo 53

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Los dos nos apartamos cuando vimos que era Lisa quien estaba detenida cerca de la puerta semi abierta. Ahora entendía como ninguno de los dos la oyó entrar. Yesung había dejado la puerta abierta. Lisa nos miró a ambos, su expresión mostraba confusión y al mismo tiempo dolor y tristeza. Quien prefirió no mirarla fui yo, era la segunda vez que ella me encontraba en esta casa y en circunstancias no muy deseadas.

— ¿Por qué estás aquí?—fue Yesung quien hablo primero ahora mirándola—

— Necesitaba hablar contigo...—expreso y entonces todo quedo en silencio. Me atreví a levantar mi mirada y me encontré con la suya puesta sobre mí. Comprendí que lo que necesitaban era privacidad—

— Yo...—musite haciendo una mueca—los dejare solos...—intente dar unos pasos cuando el sujeto mi mano deteniéndome, voltee a mirarlo y el se acercó a mi oído—

— No te vayas—susurro, levante mi mirada directamente a sus ojos, estos parecían tristes y suplicantes—solo dame unos minutos para hablar con ella, quédate... por favor...—asentí —

— Estaré en la cocina...

Camine hacia la cocina dejándolos solos. Por suerte desde allí no podía oírse nada, no me habría gustado oír de que hablaban esos dos, habría sido incomodo tanto para ellos dos como para mí también. Alrededor de 40 minutos o quizás más, oí la puerta de la entrada cerrarse, quizás eso significaba que Lisa se había marchado, antes de que bajara de la mesada donde estaba sentada Yesung apareció por la puerta de la cocina.

— ¿Tienes hambre?—pregunto como si nada acercándose a mí, me tomo de la cintura y me ayudo a bajar—podemos pedir algo para comer.

— Llamare luego a la rotisería—concluí estando entre sus brazos, no me moleste en hacer que el quitara sus brazos de mi cintura— ¿tu... estas bien?

— Lo estoy—asintió y luego hizo una mueca—perdón por lo que paso hoy en la mañana, por gritarte, por hacerte sentir mal y luego irme y dejarte sola—apoye mi cabeza en su pecho y también lo abrace—

— Yo también te grite...—admití sintiéndome una idiota—hice que toda la culpa recayera en ti, perdón por hacerte sentir de ese modo...—él se balanceo aun teniéndome entre sus brazos—

— ¿Me perdonas?

— Solo si tú me perdonas—levante mi mirada hacia la suya, él sonrió y eso basto para que parte de la culpa que sentía se disminuyera—

— Vamos a olvidarlo ¿ok?—asentí. Me alegraba la idea de olvidar esa tonta idea de que habíamos tenido— ¿Por qué no pides comida? Yo estaré en el baño.

— De acuerdo—palpe mis bolsillos buscando mi celular—no sé dónde deje mi móvil...

— Llama con el mío—dejo sobre mis manos su celular—

— ¿Qué quieres comer?—pregunte marcando el numero—

— Lo mismo que tu—sonreí como una tonta cuando el acaricio mi mentón y se acercó a mí para besar mi frente—me daré una ducha.

Pedí pizza para los dos, aunque él no hubiera dicho nada sabía que no tenía apetito. Tal vez e encuentro con Lisa había sido muy difícil así que pensé que al ver algo tan delicioso como una pizza sus ansias de comer volverían a él.

La pizza llego antes de lo esperado, la deje sobre la mesada de la cocina y fui hasta la habitación para buscar a Yesung, pero al parecer estaba en el baño ya que en la habitación no estaba y la puerta del baño estaba abierta. Me asome al baño viendo a Yesung tomar su medicamento, sostenía su cabeza su cabeza con sus manos ejerciendo presión en sus dedos para presionar su cabeza. Me acerque a él haciendo ruido con mis pasos a lo que le dio la vuelta.

HASTA QUE EL APARECIÓ   (con Yesung)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora