HASTA QUE EL APARECIÓ (con Yesung)

Capítulo 54

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Si bien estaba enfadada todavía con él, esto no era precisamente una venganza. Sus ojos parecían tristes cuando su mirada pasó de mi hacia Yesung una y otra vez, sabía que en su cabeza estaban formulándose miles de ideas.

— De todos los lugares a donde pudiste haberte ido... ¿Por qué justo con él? ¿Por qué justo aquí...?—pregunto apretando sus dientes, soltó aire como si estuviera sufriendo algún tipo de dolor ya que su expresión era de dolor y confusión—

Pero su mirada ya no estaba sobre mí, sino sobre Yesung, intento dar la vuelta pero antes de hacerlo se volteo y golpeo a Yesung en su rostro.

— ¡Leeteuk!—grite llevando mis manos a mi boca—

— ¡Bastardo! No eres más que eso ¡un maldito idiota! Primero la usaste y la engañaste ¿ahora qué diablos pretendes? ¿Acaso quieres recuperarla? ¿Para qué? ¡Para volver a burlarte de ella!

Yesung limpio la sangre que caía de su nariz y lo miro.

— El bastardo aquí eres tú. Tú no sabes anda de mí, ni de nosotros. La historia que (TN) ____ y yo tuvimos es asunto solo de nosotros dos. No te metas en algo que no nada tiene que ver contigo...—Leeteuk rio al escucharlo hablar—

— ¿Pretendes que crea que ella te importa? No me hagas reír, tú no eres más que un pobre diablo que no se quiere ni así mismo...

— ¿Qué ella no me importa?—bufo haciendo una mueca— ¿tu dónde estabas cuando ella pasaba por todo esto? Cuando ella lloraba y se sentía triste por ti ¿Dónde mierda estabas tú? Claro, ya lo recuerdo, estabas de viaje haciendo lo tuyo mientras la dejabas a ella pasar por esto sola. No fuiste capaz ni siquiera de llamarla ¿a eso le llamas amarla?—Leeteuk apretó sus labios acercándose a él con rapidez para tomarlo de su camisa en un puño—

— ¿Quién mierda te crees que eres para hablar así de mí? (TN) ____ aún es mi prometida, tú no eres nadie, solo un triste pasado de ella...

— Ella ya me amo una vez... puede amarme de nuevo, porque yo todavía la amo...

Leeteuk volvió a golpearlo haciendo que cayera al piso, lo tomo de las extremidades de su remera sosteniéndolo para volver a golpearlo.

— Detente... ¡Leeteuk!—grite tirando de su camisa. Leeteuk parecía querer golpearlo de nuevo pero entonces me miro y se detuvo, tomo mi brazo con fuerza echándome una mirada acusadora y triste, sentí mi cuerpo temblar, era a primera vez que lo veía así, creí que me gritaría. Prefería eso a verlo así, con su mirada lamentable y de sufrimiento. Sabía perfectamente que era lo que estaba pensando ya que sus ojos ahora se hallaban en la remera que traía puesta, estaba claro que no era mía, sino de Yesung—

Cerro sus ojos derrotado y abrió su mano soltando la mía, tomo una bocanada de aire y dio media vuelta abandonando la casa de Yesung. Se había ido, no dijo nada, solo dio la vuelta y se marchó, mire a Yesung aun sentado sobre el piso con su rostro golpeado, no parecía sentir dolor, ni siquiera me miraba parecía tener una lucha interna con sus propios pensamientos. En mi cabeza aún estaba la mirada triste de Leeteuk cuando se marchó, la culpa parecía estar golpeándome por dentro lenta y dolorosamente como si quisiera torturarme. Retrocedí hacia atrás y sin pensarlo salí hacia afuera para correr tras Leeteuk. Salí hacia la calle y allí lo vi, de espaldas alejarse hacia el frente de mi casa donde había dejado su auto, corrí hasta alcanzarlo.

— Leeteuk—coloque mi mano sobre la suya que estaba a punto de abrir la puerta del auto. A pesar de que no lo creí, el se detuvo y me miro, esperando a que dijera algo—

Entramos al interior de casa, mis padre aún no habían llegado de sus vacaciones, por lo tanto tendríamos privacidad para hablar de todo lo que había pasado. Mire su mano la cual estaba enrojecida y parecía dolerle.