HASTA QUE EL APARECIÓ (con Yesung)

Capitulo 52

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NARRA YESUNG

Apenas estaba amaneciendo, desperté y estaba solo en la cama, voltee con rapidez mirando el otro lado de la cama, como lo presentí este estaba vacío.

— (TN) ____...—la llame pero ella no respondió. Empuje las mantas de la cama y tome mi ropa que estaba tirada sobre el piso comenzando a vestirme con rapidez—

Empuje la puerta del baño, pero allí no había nadie. Fui hasta a sala y entonces me encontré con ella. Suspire aliviado al verla allí de pie mirando a través de la ventana que daba hacia la calle; por un momento había creído que ella quizás se habría marchado... después de lo que sucedió anoche.

A pesar de haber hecho cierto ruido al llegar hasta allí ella parecía ignorar el hecho de que yo estaba allí a sus espaldas.

— (TN) _____...—mencione su nombre pero no hubo caso, ella continuaba abrazada así misma dándome la espalda—por un momento crei que te habías ido...—fue ahí cuando ella se giró y nuestras miradas por fin se encontraron—

— No podía irme sin antes hablar contigo...—susurro y un extraño presentimiento cruzo por mi cabeza—Yesung... lo que sucedió anoche...

— Hicimos el amor...—murmure interrumpiéndola, (TN) _____ arrugo sus cejas como si aquella palabra dicha por mi le hubiera causado todo menos satisfacción—esa es la verdad—dije dando unos pasos hacia ella, solo unos cuantos tampoco quería asfixiarla—

— Lo que sucedió estuvo mal—musito y su voz pareció quebrarse—ni si quiera se porque deje que esto sucediera... fue un error Yesung...

Solté el air por mis labios para luego apretarlos con fuerza, algo dentro de mí dolía y justo ahora lo comprendía, su rechazo me dolía. El oír de sus labios que la noche que pasamos juntos fue un error y que estaba arrepentida eran como cien puñales que atravesaban mi pecho pero ninguno de ellos lograba aniquilarme de una vez, era como si dejaran mis heridas a carne viva para que el dolor fuera más intense doloroso y sobre todo lento.

Existía algo que siempre me había sorprendido de ella pero así también era algo que me gustaba mucho. Siempre la había visto como una chica seria y reservada, pero cuando estábamos juntos era como si bajara todas esas barreras dejándose ver a sí misma, todo lo que ella era. (TN) ____ era tímida e inocente pero cuando se entregaba a mi perdía toda esa timidez y se entregaba por completo, amaba eso de ella. Me gustaba mirarla cuando cerraba sus ojos y tiraba de mi cabello con fuerza, ver ese gesto de placer que se formaba en su rostro cuando la hacía mía.

Anoche fue mía una vez más, la tuve entre mis brazos y la oí gemir y suspirar en mi oído, sus uñas se enterraron en mi espalda y en mis brazos cuando me adentraba en ella y mordía sus senos. Por un momento creí que lo nuestro seguía allí tan vivo como antes, antes de que yo mismo lo estropeara todo. La sentí mía y ahora me duele saber que ella dice estar arrepentida porque existe alguien más en su vida.

¿Por qué dejo que continuara? ¿Por qué no me detuvo? Acepto mis besos y mis caricias parecían gustarle, cuando besaba su cuello queriendo arrancar más suspiros que ella se negaba a soltar comencé a quitarle su ropa, pudo detenme y no lo hizo. Su respiración se entrecorto cuando estaba desnuda al igual que yo, cuando nuestros cuerpos se rozaban mutuamente y nuestras bocas se devoraban como antes lo hacían.

— Los dos estamos confundidos, es eso—repitió otra vez devolviéndome a la realidad—los dos sabemos que esto no debió pasar.

— No hables por mí—dije firme y me acerque a ella—lo que sucedió anoche fue por yo lo deseaba—exprese claramente tomándola de su brazos—tú lo deseabas, los dos quisimos que esto pasara ¡no mientas!—grite provocando que ella abriera sus ojos sorprendida por mi reacción —