capítulo 16.

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«LUCY»    

La sonrisa. Esa misma que él puso justo al final del beso, cuando sus rostros todavía se hallaban cerca, se había convertido en la debilidad de Lucy. No podía pensar en si estaba mal o bien lo que hacían, no cuando él le sonreía de aquel modo. ¿Al menos era consciente de su encanto?

—¿Ya es tarde, no crees?— pronunció la chica, intentando a travesar la situación con normalidad. Pero, ¿como podía? Después de besarlo solo sentía que quería hacerlo otra vez. —Deberíamos volver.

—Volver. Sí, claro— reaccionó, quién por un momento se había perdido en los ojos de Lucy. —Ya sé. Primero saquemos una foto— dijo mientras buscaba el celular en el bolsillo de su pantalón.

—No, una foto no... Mira como estoy. No puedo salir así— exageró. La realidad era que todavía sentía sus mejillas enrojecidas y el corazón acelerado después del beso.

—¿Como? Estás muy linda. Ven— insistió, haciendo que Lucy sintiera calor y se riera nerviosamente, mientras él se acercaba a tomar la fotografía. Colocó la cámara frontal y se vieron reflejados en la pantalla. Sonrió al mismo tiempo que lo abrazaba por el cuello y luego él volteó y besó en un instante su mejilla, quedando retratado para siempre.

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«JUSTIN»    

Quería perdonarse y permitirse estar con alguien más. Estar con Lucy, quién lo hacía olvidar de los errores. No podía arrepentirse de haberla besado, aún cuando sabía que no la merecía. En ella veía todo lo que necesitaba para estar mejor: su alivio entre tanto dolor.

Por un instante deseó que la noche nunca terminara. Pero ahí estaban, en el patio trasero de los Jensen, frente a la pared que debían trepar para ingresar a la casa nuevamente. Él fue primero porque se suponía que "tenía experiencia" y sabía como abrir la ventana desde afuera. Eso hizo. Subió, entró y esperó a Lucy del otro lado, extendiéndole la mano para ayudarla a subir los últimos pasos. La chica se metió, todavía aferrada a su mano y por inercia, sus cuerpos volvieron a encontrarse cerca. Se rieron por lo bajo, conscientes de que rompían reglas, que se comportaban como dos niños traviesos que al mismo tiempo, se divertían. Justin se hipnotizó al verla sonreír por décima vez en la noche y no pudo evitar atraerla en un beso. Gesto que Lucy continuó, separándose con las comisuras de los labios elevadas.

—Ve a la cama. Descansa. ¿Te imaginas si Clay despierta y se da cuenta de qué no estás?— indicó, haciéndolo caer en la cuenta de que si debía regresar. —O peor aún, nos encuentra aquí en mi habitación.

—Tienes razón. Me iré, solo sí me das otro beso—pidió, usando su expresión de <<cachorrito>> que solía utilizar para conseguir lo que quería. Ella rodó los ojos, divertida.

—Conmigo no, Foley. No funcionarán tus ojos de cachorro— dijo divertida, todavía cerca. Justin mantuvo la expresión, haciendo que Lucy no se resistiera a besarlo una última vez.

—Con qué no funcionaban, ¿eh?— pronunció burlándose de modo inocente, a lo que la chica reaccionó oprimiendo el labio inferior con los dientes, conteniendo la sonrisa.

—Ya basta, Jus. Ve a dormir— rompió la cercanía aproximándose hacia la puerta, que abrió para invitarlo a salir.

Lucy le recordó la persona que solía ser: alguien repleto de energía que podía reír. Una parte de sí mismo que quería conservar.

Sin embargo, cuando ella cerró la puerta y su presencia se esfumó, se encontró nuevamente en el pasillo. Casi a oscuras. Apenas deslizarse unos pocos pasos alcanzó para oír que Lainie y Matt continuaban en la sala, donde tenían otra especie de conversación-discusión acerca de él. Se notaba que se esforzaban por hablar en voz muy baja, pero no podían contenerse.

Entonces se dio cuenta de que no podía seguir ahí, trayendo problemas, convirtiéndose en un peso para familia que no tenía obligación alguna en ayudarlo. Era frustrante oír que discutían por él. Así como también darse cuenta que lo de él y Lucy era demasiado bueno para ser verdad. Lo arruinaría. Acababa de pasar, pero él ya podía sentir que lo echaría todo a perder. Como un final anticipado.

Regresó a la habitación de Clay pero no se acostó a dormir, sino qué se dedicó a guardar sus escasas pertenencias en el bolso para luego, cuando tuvo la oportunidad, dejar la casa en medio de la madrugada.

Volvería a huir. Pero antes, necesitaba dinero y tenía un lugar donde hallarlo: la casa de su madre. Con algo de temor se dirigió al lugar, tocó la puerta y se ocultó entre las sombras, hasta que vio a una figura femenina asomarse: su madre.

—Hola, mamá— pronunció, encontrándose con ella después de meses.

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«LUCY»    

Las consecuencias de pasar gran parte de la madrugada despierta, aparecieron esa mañana, cuando la tarea de salir de la cama fue realmente difícil. Debió apresurarse, ni siquiera tendría tiempo de desayunar. Horas atrás, cuando Justin abandonó su habitación, a Lucy le costó conciliar el sueño. Cerraba los ojos y solo podía pensar en la forma que Justin la había besado en el parque. Y luego, otra vez en la habitación. Y como le había pedido un último beso al que ella no pudo negarse. Era la primera vez que sentía una conexión tan especial con una persona y eso le producía un cosquilleo intenso. La hacía soñar.

Así que no lo preocupó demasiado la hora. Llegaría a tiempo si se daba prisa.

—Al fin— murmuró Clay cuando la vio aparecer bajando las escaleras. —Estaba a punto de irme.

—Lo siento. Pero llegué a tiempo, ¿no?

Clay asintió.

—Ya vámonos— indicó abriendo la puerta, Lucy aceleró el paso y lo siguió por detrás.

—Espera. ¿Y Justin?— no tardó en notar que el chico faltaba.

—Se fue— respondió como si no le importara. Lucy frunció el ceño, de pronto la invadió la confusión.

—¿Como qué...?— no logró completar la frase. —No, no puede haberse ido— continuó, evidenciando su dificultad para asimilar que Justin la había dejado. Después de besarla. Justo después. —Hay que buscarlo. No tiene a donde ir.

—Lucy, te diré lo mismo que le dije a papá. Aquí tenía un lugar donde dormir, comida, ropa nueva, incluso mamá le compró un teléfono... Pero se fue de todos modos. ¿Para qué lo quieres buscar? Déjalo— era obvio que Clay estaba molesto, pero a Lucy le dolía saber que se había ido teniéndola a ella.

<<No quiero perderte>> le había dicho justo antes de que él la besara. Lo recordó todo y sintió un extraño vacío. La ilusión hecha pedazos y unas molestas ganas de llorar. Molestas, porque no podía llorar ahí.

—¿Vienes al colegio o no?— indagó Clay justo antes de subirse al auto. La castaña sin pensar demasiado se subió, sentándose en el asiento de co-piloto. Tragó saliva, tratando de contener esa especie de angustia que empezaba a devorarla. —Lo siento, Lucy— Clay de pronto notó que su amiga estaba afectada. —No quería tratarte mal. A mí también me molesta que se haya ido— reveló. —Sé que dije que no era de confianza... Pero últimamente si creí que podía confiar en él— concluyó. Lucy asintió, tratando de recuperarse.

—Yo también lo creí, Clay. 

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Solo voy a decir una cosa: atentxs que se viene el drama 😨💔.

Back to you ⇥ Justin Foley ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora