«JUSTIN»
La reunión en honor a Hannah Baker llegaba a su fin. Todos empezaron a dejar el lugar y él también lo hizo, junto a una sensación extraña. Había cruzado miradas con Jessica, porque sin dudarlo, tenían cosas pendientes de qué hablar. Pero también sentía que le faltaba algo: ver a Lucy. Se preguntó si ella también deseaba verlo, o tal vez estaba realmente molesta porque él se negó a su visita en el correccional.
Clay conducía y Justin se había echado hacia a un lado acomodado en el asiento de co-piloto, contemplando las calles de la ciudad, después de un mes sin poder recorrerlas. Apenas habían transitado unas pocas cuadras desde Monet's, cuando alcanzó a divisar una figura femenina que caminaba apresurada, su cabello castaño se movía ligeramente por la velocidad. Podía reconocerla perfectamente pero tardó en reaccionar.
—Clay.
—¿Ahora que pasa?
—Tenemos que volver a Monet's. Acabo de ver a Lucy dirigirse hacia allá... O eso creo— indicó. Los ojos le brillaban.
De inmediato, su amigo dio la vuelta para regresar a la cafetería. Y allí fue cuando comprobó que sí era ella. Estaba de espaldas, en dirección a la entrada.
Clay detuvo el auto para que Justin pudiera bajar y caminar hacia la chica.
—¿Buscabas a alguien?— murmuró unos cuantos pasos tras su espalda.
«LUCY»
Sonrió en cuanto escuchó su voz, no podía creerselo. Al instante giró para comprobar que realmente era él y no pudo contener la alegría.
—Por Dios— dijo acompañada en un tono de emoción. —No puedo creer que seas tú— se arrojó para abrazarlo como si eso dependiera su vida. Olvidando cualquier cosa que pudiera estar mal.
Sintió que Justin la rodeaba con sus brazos y se dio cuenta lo mucho que había extrañado tenerlo tan cerca.
—Sí. Soy yo. Te lo juro— dijo divertido, riendo por la reacción de Lucy, quién segundos después tomó distancia y él deslizó las manos por su cintura, sin soltarla.
—¿Estás bien?— sus ojos estaban humedecidos, pero sonreía con felicidad. —¿Que te pasó en la cara?— preguntó al notar que tenía una mejilla lastimada.
—Nada importante— respondió el chico que también demostraba alegría por verla. —Tuve algunos días malos, pero estoy bien. Mejor, ahora que te veo— Lucy volvió a sonreír sin dejar de mirarlo y se echó por segunda vez a sus brazos. Nunca había sido tan intensa, pero es que no podía detenerse, sus abrazos eran espontáneos y sinceros.
—Te extrañé tanto. Y maldición, estaba tan preocupada— pronunció, dejando ir toda la tensión que había convivido con ella el último mes. Estaba más aliviada.
—Yo también, Lucy— correspondió acariciando suavemente su cabello. —Lo siento.
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Clay la dejó en su casa, pero antes la invitó a cenar esa noche a su casa. A fin de cuentas, Lucy era parte de la familia y tenía que estar allí, para celebrar que Justin estaba de vuelta.
Los saludó a los dos antes de irse, sintiéndose bien. Completa. Como en los viejos tiempos.
«JUSTIN»
—Entonces, ¿hice bien en invitar a Lucy?— preguntó Clay parado sobre el marco de la puerta de su habitación. Justin, sobre la cama, hojeaba un comic.
—Sí. Está bien— respondió.
—Es que luego me di cuenta de que quizá no querías hacer nada. Ya sabes, es tu primer día y seguro estás cansado.
—¿Qué? No. Lucy jamás me molestaría— dijo sincero. —Pensé que estaría molesto. Pero estaba contenta, así qué...
—En realidad nunca estuvo molesta. Más bien, le dolió no poder visitarte— aclaró Jensen.
—Lo sé. Se lo explicaré cuando tenga que hacerlo— volvió la vista al comic, pero Clay siguió allí.—Y la invitaré al baile— comentó. Aquello último le hacía bastante ilusión.
—Perfecto. Suerte con eso— murmuró. —Por cierto, papá y yo iremos a buscar sushi. ¿Quieres venir?
—No, estoy bien aquí— aseguró. —Estos son adictivos.
—Si, ¿verdad?— Clay amaba esas historias, sin embargo, se percató que algo no estaba del todo bien. —¿Estás bien? Te ves... ¿raro?— cuestionó.
—Creo que... Estoy feliz— trató de sonar convencido.
—Genial.
Entonces, Clay dejó la habitación y lo escuchó salir escaleras abajo.
Ojalá estuviera realmente feliz. Ojalá esos comic's fueran la adicción que lo invadía... Al menos sería más sano que la heroína que ocultaba en su bolso. Era difícil lidiar con esa tendencia. A pesar de las charlas de recuperación, de todo lo bueno que pasaba por su vida, había una parte de él que aún seguía angustiada. Y de a ratos, sentía que nada tenía sentido. Quería alegrarse por la adopción y lo hacia, pero al mismo tiempo necesitaba a su mamá. Aunque sea saber que se encontraba bien, que diera alguna señal o una explicación de porqué lo había abandonado en su peor momento. Justin conocía a su madre, era consciente de que no podía esperar nada de ella, pero en el fondo siempre deseó que lo sorprendiera, que volviera por él.
Sentía que había perdido la fe en sí mismo. Se estaba rindiendo ante una adicción que era más fuerte que él.
Sacó la jeringa y de algún modo, en su mente viajó al pasado. Se recordó de niño, los maltratos, las cosas que lo habían hecho sufrir. Dolía. Por último recordó que tal vez sí merecía toda esa mierda.
Y se inyectó.
Tan débil.
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No le costó bajar con una sonrisa cuando Lucy llegó e iniciaron la cena. La heroína lo hacía sentir sencillamente bien; sin tantas vueltas. Pero se vio obligado a esquivar la mirada de la castaña en más de una ocasión, porque sentía que lo conocía tanto, que temía que se diera cuenta.
Después de comer el sushi, Lainie trajo helado. Disfrutaron el postre en una conversación que duró casi hasta medianoche. Luego el señor y la señora Jensen subieron, dejando a los tres solos.
—Te llevo a tu casa, Lucy— sugirió Clay, pero Foley enseguida intervino.
—Yo te acompaño. Si quieres— después de todo, se merecían una conversación a solas.
—De acuerdo. Como quieran. Estaré arriba, por si se arrepienten— dijo el pelinegro antes de despedirse y desaparecer de escena.
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hasta acá el capítulo de hoy, mañana subo otro😋
voten y comenten porfa 💛🌻😘
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Back to you ⇥ Justin Foley ®
Fanfiction❝Puedes romperme el corazón, pero cuando sana, late por ti. Si pudiera hacerlo todo de nuevo, sé que volvería a ti❞. Lucy y Justin tenían diez años cuando prometieron que serían amigos por siempre. Sin embargo, la promesa se rompió cuando Lucy se m...