capítulo 33.

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«LUCY»

Se mantuvo en silencio mientras el auto se movía, quería ver que tan lejos llegaría Monty, que excusa pondría. Estaba completamente segura que él no tenía las polaroids.

Cuando detuvo el auto, en un extremo de la ciudad donde también se mostraban construcciones abandonadas, todos bajaron.

—Hiciste demasiado por Bryce. Él te traicionaría para salvarse en un instante. Lo sabes ¿no?— dijo Alex, cosa que inmediatamente Lucy apoyó. Tenía razón.

—¿Sabes que tengo? Tengo amigos. Tengo al equipo. No tengo que llorar porque mi amiga murió, me dispararé en la cabeza para que sientan pena por mí— se burló. Le resultaba extraño verlo actuar así, porque cuando estaba solo con ella no se comportaba de ese modo. Entonces Alex volvió a sacar el arma y lo apuntó, haciendo que la castaña sintiera su piel estremecerse. Odiaba esa cosa. Un solo movimiento y podría causar un enorme daño.

—Alex, guarda el arma. Se supone que llegaremos a un acuerdo— le recordó, pero el chico hizo caso omiso. Monty sonrió, incluso divertido. —En serio. Déjame hablar con él— le pidió. Standall lo analizó por un momento y finalmente confió en ella, guardando el arma. Lucy se aproximó a Monty y lo tomó del brazo, arrastrándolo lejos de Alex. —¿Puedes dejar de provocarlo? No quiero que te dispare— indicó Lucy sintiendo algo de miedo.

—Cielos, ¿de verdad crees que me importa? No me importa— afirmó esforzándose por sonar relajado. —Si traiciono a Bryce o miento, igual mi vida se derrumba— Lucy lo miró escuchando con atención, quería comprenderlo. —No tengo a nadie a mi lado. No puedo ir a casa. El equipo es mi hogar. Las finales, el torneo estatal, ser deportista no es una diversión para mí. Es sobrevivir. Es todo lo que tengo. Lo único.

—Te equivocas. También me tienes a mí— se arriesgó a decir. Ya no le importaba demasiado la última discusión, podía entenderlo y perdonarlo. —Ya sé que no tienes las polaroids. Estabas conmigo cuando las robaron. No las tienes.

Él la miró, se notó impresionado.

—¿Por qué no me delataste?

—Porque decidí darte otra oportunidad— murmuró sincera. —Aún estás a tiempo. No tienes que seguir siendo esclavo de Bryce. Puedes elegir hacer lo correcto.

—¿Y qué es lo correcto?— cuestionó.

—Decir la verdad. Tú conoces a Bryce. Puedes declarar en su contra— sugirió, algo que de inmediato Montgomery descartó.

—Jamás haría eso. ¿Que voy a ganar?

—Amigos de verdad— respondió con seguridad.

—No lo creo— habló resignado. Entonces Lucy se aproximó y tocó su hombro de forma amistosa. Él chico por un segundo reaccionó a la defensiva, pero al instante se dio cuenta que Lucy no le haría daño.

—¿Puedes dejar tu orgullo de lado?

—Lo lamento, Lucy. No te lo tomes personal. Tú me importas— admitió. —Lamento las cosas que dije ayer. No eran ciertas— agregó. —Pero ¿los demás? Me importan una mierda— largó por último, haciéndole saber que no conseguiría lo que quería.

—¿Y las fotos?— Alex se acercó para apresurarlo, otra vez con el arma entre las manos.

—No sé, no las tengo.

—¿Qué?— Standall lo observó sin creerle.

—Lo dije para salir allí. No vas a dispararme, Alex. Ni pudiste dispararte a ti.

Lo último que hizo Monty fue quitarle el arma a Alex y volver a su auto, mientras esquivaba la mirada de Lucy porque temía ver su decepción. Ella apretó los labios, conteniendo su frustración porque su plan falló. Creyó que lo convencería. Creyó que podría con él. Pero nuevamente Montgomery la traicionaba.

Back to you ⇥ Justin Foley ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora