capítulo 4.

12.5K 939 194
                                    

«JUSTIN» 

La fiebre lo hacía delirar. Había dicho algunas tonterías antes de llegar a un acuerdo con Clay, en el cual dejaron claro el objetivo en común que tenían: terminar con Bryce. Luego, aunque sentía hambre e intentó comer la cena que Clay le llevó, no consiguió terminarla. Su estomago seguía revuelto y aún débil, cayó dormido al instante.

«flashback»

El libro de cuento estaba algo percudido -aunque hacía dos días se lo habían regalado- porque Lucy prácticamente no lo soltaba, se había convertido en su favorito y lo llevaba de un lado a otro, releía sus partes preferidas o lo volvía a leer por completo, pero siempre lo disfrutaba.

Justin llegó un atardecer encontró a la niña en la casa del árbol releyendo aquel monto de hojas con concentración. "Peter Pan" decía el titulo. Se sentó a su lado intentando no causar ruido, pero su torpeza lo llevó a derribar una pila de legos que yacía en el piso. Lucy dejó la lectura y lo miró, reprochando la interrupción.

—No tienes que hacer ruido cuando estoy leyendo— le explicó con su tono mandón como acostumbraba. Aunque la niña era más estricta y prolija, Justin la complementaba: la hacía reír, la divertía, inventaba cosas para ella. Y Lucy le enseñaba historias o le explicaba como hacer algo cuando él lo desconocía.

—Ya sé. Pero se cayeron— se encogió de hombros, acomodándose contra la pared de madera. —¿Qué es Peter Pan?— preguntó evidenciando curiosidad. La niña cerró el libro y le enseñó la ilustración de la tapa.

—Es un niño que no quería crecer— explicó.

Justin frunció el ceño.

—¡Que tonto!— exclamó sin comprender porque alguien no querría crecer.

—No es tonto— reprendió ella.

—Sí, ¿como no va a querer crecer? Cuando eres grande puedes hacer todo lo que quieras— justificó. Su fantasía de convertirse en adulto significaba que podría alejarse de los "monstruos" (novios de su madre que lo maltrataban). Soñaba.

—Pero no puedes jugar tanto— lo dijo como algo obvio. —Los grandes tienen que trabajar todo el día— agregó y no lo dejó responder, porque continuó. —¡Ya sé! Te leeré una parte para que veas que es genial.

Y entonces se posicionó alistándose para leer y bajo la mirada atenta de su amigo, entonó:

"Significas más para mi que cualquiera en este mundo..."

«fin del flashback»

Y entonces Justin despertó y lo supo.

Su voz amable. Su mirada compasiva. Su sonrisa.

Era la mismísima Lucy. La de siempre.

—Lucy...— murmuró entre dormido y Clay, que lo observaba desde la cama, frunció el cejo. —¿Que mierda miras?— cuestionó al abrir los ojos y descubrir la mirada entrometida de Clay.

—¿Que dijiste?— cuestionó Clay. —Nombraste a Lucy.

—Creo que la conozco— respondió sincero, todavía algo dormido y un tanto tembloroso, la fiebre lo seguía acechando. El contrario se dio cuenta y se acercó con una nueva manta.

—Estás diciendo tonterías. Tienes fiebre— murmuró al mismo tiempo que extendía la manta y lo cubría.

—No...— Justin intentó explicar pero nuevamente fue interrumpido.

—Justin, ¿crees que podrás controlarte hasta que alguien venga a cuidar de ti?— preguntó. Debía marcharse a la escuela en un par de horas, no podía perder demasiado tiempo.

—Estoy bien, no necesito niñera— contestó aferrándose a la nueva manta. —O puedes decirle a Lucy...— agregó.

—Ya basta. Deja de nombrarla— le puso un limite, empezaba a molestarse. —Por cierto, ve a ducharte. Hueles a podrido— le ordenó, a lo que Justin recibió con una expresión de disgusto -a pesar de saber que era cierto-. Pero también tenía hambre, el estomago le dolía por tanto vomitar y además, porque necesitaba algo con qué alimentarse.

«LUCY»

La mañana la encontró indecisa: ¿debía o no tocar la puerta? Solo planeaba ofrecerle su ayuda a Clay o preguntar que tal iba el asunto, pero después de la pequeña discusión el día anterior, se echó atrás. Se alejó de la puerta y atravesó las escaleras, hasta la cocina.

Como siempre, la señora y el señor Jensen la esperaba con el desayuno listo. Los saludo y tomó asiento, para luego servirse una taza de café y preparar algunas tostadas.

—Buen día, Clay— lo saludó cuando lo vio aparecer.

—¿Que tal, Lucy? Hola mamá, papá— saludó intentando pasar desapercibido, mientras buscaba comida para llevar a Justin. —Tomaré el desayuno en mi habitación. Mucha tarea— mintió y se encogió de hombros, partiendo como un rayo hacia las escaleras. Sin embargo, su padre notó la actitud extraña.

—Hablaré con él— miró a su esposa. —Está un poco raro, ¿no?

—Claro. Ve— Lainie se mostró de acuerdo mientras Lucy lo oía todo. Al ver a Matt seguir a su hijo, la castaña asimiló que el secreto de Clay podría estar en peligro, así que siguió al adulto, con deseos de distraerlo. Lo alcanzó cuando este ya estaba increpando a Clay, justo al lado del baño. Se escuchaba la ducha correr y el hombre cuestionaba que estaba sucediendo.

—Papá, es que yo...— trató de inventar una excusa y entonces, Lucy apareció para salvarlo.

—Me estaba ayudando a mí. Con el grifo. Por alguna razón no funcionaba el agua caliente, pero ya está solucionado... ¿No Clay?— rápido, Lucy se posicionó en la entrada del baño.

—Sí, ya te puedes bañar. Está listo— fingió hablar con seguridad.

—Genial, gracias— sonrió con intención de disimular.

—¿Quieres que compruebe por si acaso?— ofreció Matt.

—¡No! No, claro que no— a Lucy no se le daba muy bien mentir, pero hacía su mejor esfuerzo. —Me iré a bañar. No queremos seguir desperdiciando agua, ¿no?— trató de sonar divertida y de inmediato se metió al baño.

—Lo siento. Era meterme o que te descubrieran— habló cuando ingresó, consciente de que un chico se duchaba ahí mismo. Estaba de espaldas a él, por si acaso, a pesar de que una cortina los dividía. Suspiró incluso nerviosa, así de mal la pasaba cuando mentía.

—¿Lucy?— el chico asomó su cabeza y la observó de espaldas. Ella giró en cuanto escuchó que pronunciaban su nombre.

Por primera vez lo veía lucido. El rostro masculino despejado, la mirada chispeante e incluso la especie de sonrisa divertía que solía poner cuando las cosas andaban bien.

De inmediato esa expresión la trasladó al pasado. Siete años atrás: cuando eran dos niños correteando en el vecindario. Jugando en la acera. Haciendo una que otra travesura. Leyendo cuentos en la casa del árbol.

Era él.

Era Justin. 

  ♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡  

perdón si el capítulo quedó un poco corto, pero tuve un examen ayer, tengo otro el viernes y el próximo martes. prendí la compu solo para hacer un trabajo practico y aproveché para escribir un poco y traerles esto♡.

Back to you ⇥ Justin Foley ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora